VIII

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—Mira—susurró Minjeong que le mostró el celular con la nota de la presentación, tenía la nota máxima. 

—Felicitaciones—susurró Karina—¿Luego de esto vamos a celebrarlo?

—¿Puedo reservar esta noche para una sesión de besos y algo más? 

—Lo que usted desee, mi amor. 

Winter guardó su celular y miró hacia al frente. Se encontraban en pleno juicio contra el padre de Karina. Tiffany había hecho la demanda luego de que Karina les confesara que su padre la iba a visitar tres veces a la semana y la llamaba todos los días por teléfono. Minjeong fue la que propuso la demanda y las cuatro leyeron todo lo que podían para saber hasta qué punto podrían llevar a ese hombre. 

Minjeong leyó que si una persona con la orden de alejamiento no lo cumplía una vez tenía una multa, pero si no lo cumplía como el padre de Karina lo hacía y además la golpeaba al frente de miles de testigos, tenían la opción de que pagara una millonaria multa o llevarlo a prisión. Ambas opciones asustaron al hombre. 

La menor apoyó su cabeza en el hombro de Karina y comenzó a acariciar su mano. Se sentía mal por no darle la atención suficiente y que Karina pudiera ocultarle su sufrimiento solo por un proyecto. Karina parecía ser experta en ocultar sus marcas, ya que cuando se sacó el maquillaje y la ropa para mostrárselo a su madre, eran mucho más de lo que se imaginaron cuando dijo que su padre había vuelto. 

¿Lo peor de todo? Es que Giselle y Ningning lo sabía en todo momento. Ambas se encontraban en ese momento sentado al lado de la pareja, observando como el abogado de Tiffany le mostraba al jurado las fotos que Giselle había propuesto que sacaran y que Ningning obligó a Yeji y a Beomgyu que hicieran. Donde se veía al padre de Karina alzándole la mano y agarrándole con fuerza el hombro mientras le gritaba en la calle. 

Karina miró a Minjeong al no soportar verse a sí misma. Winter se encontraba tan enojaba que Karina pensó que era capas de darle otro golpe a su padre sin siquiera dudarlo. En el momento que el hombre gritó sobre la orientación sexual de su exesposa, el juez golpeó el martillo para pedir orden de en el lugar y después dijo con enojo el tiempo que iba a estar en prisión y cuál sería el valor final de la multa. Minjeong notó como los hombros de Karina se había relajado y mientras sacaban a su padre del lugar con dos guardias, le dio un beso en los labios que hizo que el hombre dejara de pelear contra los guardias al verlo. 

—¿Y ahora qué?—preguntó Ningning—¿Vamos a beber para celebrar? 

—Yo ya traje vodka—susurró Giselle. 

—Como si pudieran aceptar un no—se quejó Karina. 

—Yo también compré alcohol—susurró Taeyeon que estaba sentada cerca—Para ustedes y para nosotras. 

—Mamá, te dije que ya no iba a beber. 

—Me dijiste que no volverías a beber afuera, por eso lo dejé en la casa. Hija, no seas una agua fiestas. 

Las chicas se fueron el auto, con Ningning sentada en las piernas de Giselle, que se dedicó todo el camino a hacerle cosquillas en la nuca. Fue un viaje llena de peleas, como siempre cuanto estaban a las dos juntas con más gente. 

Cuando llegaron las dos invitadas fueron las primeras en entrar, yendo directamente al refrigerador para sacar el alcohol y luego subiendo hacia el cuarto de Minjeong y Karina. Taeyeon no se podría creer el cómo esas dos chicas entraran a su casa con más confianza que las cuatro que vivían ahí. 

—Llévense todo lo que necesitan, que no quiero que luego bajen y nos arruinen el momento—dijo Tiffany.

Las chicas subieron con comida hacia su habitación y se encontraron con Ningning sacando un juego de cartas de su mochila. Winter ya se imaginó la resaca que iba a tener, los juegos de Ningning siempre las hacía beber todo el alcohol que tenían. 

Karina se sentó en el suelo, al lado de las dos chicas, y se dedicó a prepararles los tragos. Al no poder beber, ella se encargaba en controlar sus bebidas y en que nadie hiciera trampa en los juegos. Aunque no era muy neutral en sus cosas, siempre hacía lo posible para que Winter terminara ganando. 

—¡Gané!—gritó Ningning y apuntó a Winter—bébete todo lo del vaso. 

—Me vengaré, Ning Yi Zhuo—susurró y se bebió todo su vaso para luego comerse una papa—Mi amor, revuelve bien las putas cartas. 

—¡Le dijo "Mi amor"!—chilló Giselle—Winter ya está completamente ebria. 

—No lo estoy. 

—Entonces besa a Karina—dijo Ningning. 

—¿Por qué lo haría?—preguntó Karina, pero fue interrumpida por los labios de Winter. 

—Siempre quise ver como se besan—susurró Ningning. 

—Muy bien jugado—susurró Giselle y ambas chocaron los puños—aunque ahora no se detienen. 

—¿Nos quedamos viendo? 

—No, será su primera vez, démosle privacidad—le agarró la mano a Ningning y salieron en silencio de la habitación. 

Caminaron hasta las escaleras y escucharon una tranquila canción en el primer piso. La primera en bajar fue Ningning y se detuvo al ver a las dos mayores bailando un vals. Ambas la miraron, eso era muy tierno para unas señoras como ellas. Subieron nuevamente las escaleras y se sentaron en el escalón. 

Ambas se quedaron en silencio. Giselle miró a Ningning que no solo estaba sonrojada por el alcohol. Sabía lo que pensaba. Esa casa era muy romántica para dos solteronas. Ninguna de las dos han tenido ni una sola pareja en su vida, o al menos que ese chico que conocieron a los tres años y le agarraron la mano, contara. 

Ningning soltó un suspiro al recordar su primer beso. Cuando se lo dio a Giselle para proteger a Minjeong de los rumores. Ninguna de las dos hablaron del tema y esperaron que la otra soltara alguna burla para así burlarse de la otra por horas. Que besaba mal, que era desagradable, que no se lavó los dientes, que no babeaba, que fue asqueroso. Ambas pensaron un sin fin de quejas antes del beso, pero ninguna se quejó, ya que lo encontraron bastante agradable. 

—Me gustas—soltaron al mismo tiempo y ambas se miraron con odio para luego pegarle a la nuca de la otra. 

Karina se separó de Minjeong cuando escuchó un fuerte golpe a lo lejos. Le restó importancia y miró a Winter que se encontraba acostada en el suelo ya con la camiseta levantada y un par de marcas en el abdomen. Se acercó a sus labios y le dio otro tierno beso. La burbuja hizo que no se escuchara la pelea de sus amigas en el pasillo. Minjeong con un poco de inseguridad colocó sus manos en la orilla de la blusa de Karina y por primera vez Karina no se alejó para detenerla, sino que lo hizo para ayudarla a sacarle la prenda. 

Miró por un segundo las marcas de su cuerpo. Especialmente el de la operación que tuvo al ir al hospital al tirarse del auto y se rompió una costilla. Acarició esa cicatriz y luego se estiró para besar a Karina. Comenzó a acariciar con delicadeza su cintura mientras Karina besaba su cuello. Ambas estaban con el corazón acelerado, Karina lo podía sentir en sus labios el pulso de Minjeong. Era la primera vez que lograban llegar a ese punto, sin miedo y sin dudas. Se sentían completamente cómoda y segura ante la piel de la otra. Karina bajó sus besos por el pecho de Minjeong, haciendo que soltar un gemido suave.

—No puedo—dijo Karina al separarse—No puedo hacerlo en el suelo, vamos a la cama. 

—¡Dios! Me asustaste—dijo golpeando levemente su hombro. Haciendo reír a Karina. Ambas se fueron a la cama y luego de una larga serie de besos cortos, el ambiente íntimo de las dos volvió. 

—Te amo—le susurró en el cuello. 

—Te responderé eso cuando termines. 

—Eso es una gran motivación, mi amor—susurró luego de besar su clavícula. 

Fin



Attention [Winrina] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora