IV

21 1 2
                                    


Para: Jeon Jeongguk

De: Kim Taehyung

Hoy el socio Shin quiso saber por qué no te llamo señor y tu solo asentiste de acuerdo. Me parece un poco Fifty Shadish*, pero estoy dispuesto a intentarlo. Simplemente no me obligues a usar una mordaza de pelota junto con ello.

Dejándolo dormido, bajo las escaleras y vuelvo a la cocina para prepararme un café y guardar la comida. Tomo mi taza y me acerco a la pared de vidrio, miro hacia el jardín --hay un patio con muebles de mimbre y parece bien cuidado. Puedo suponer que Jeongguk emplea a un jardinero, porque no puedo imaginarlo ahí afuera con sus tijeras de podar.

Me siento en la mesa de la cocina, saco mi teléfono y la tableta de mi bolso. Un par de horas más tarde, la agenda de Jeongguk está despejada por unos días, he reprogramado algunas citas y despejado muchos de los pequeños trabajos innecesarios. Y ahora el silencio está empezando a aburrirme, necesito ruido a mi alrededor, aunque sea solo una radio, así que decido ir a encender la televisión en el salón de Jeongguk.

Es hora de espiar. No debo sentirme mal por eso, voy a cocinar para él, un hecho que me debe conocimientos.

La decoración es demasiado apagada para mí, pero se ve aliviada por las piezas de arte que llenan las paredes. Lo que más llama la atención es una belleza que domina toda una pared, me encanta porque, de hecho, conozco a la artista. Veo un tocadiscos junto a estantes vinilos, me acerco para revisar la música y ver sus gustos. Me sorprende descubrir que compartimos muchos gustos similares.

Probablemente esté traspasando muchos, muchos límites, pero soy un entrometido y esta puede ser la única oportunidad que tendré de descubrir qué hace que el hombre detrás el idiota gruñón.

Hay estanterías, llenas hasta rebosar de libros, los tomos históricos comparten espacio con libros de poesía maltrechos que indican un lado más suave. Intento imaginarlo vestido con una bata, declamando poesía a Gyuchan, pero en realidad es más fácil imaginarlo cogiéndoselo sobre el sofá. Sacudo la cabeza, prefiero imaginarme a Jeongguk tumbado en el sofá, leyendo con una copa de vino, pero cuando mis pensamientos empiezan a incluirme a mi mismo trabajando en su cocina, los alejo de inmediato.

Miro alrededor de la habitación y me doy cuenta de lo que falta: no hay fotos por ningún lado. Tengo fotos en un enorme tablón de anuncios en la cocina con varias capas de fotografías, sin embargo, Jeongguk no tiene nada. Si muriera y la policía examinara su casa, no podrían obtener una imagen clara del hombre más allá de los libros de historia y poesía y los desafíos a su hígado en la cocina.

A continuación examino su estudio, tiene un escritorio y también está lleno de libros, las opciones aquí son más profesionales y se centran en las herramientas de su oficio. Jeongguk es un abogado muy exitoso, especializado en contratos y derecho laboral. Al ver una hilera de libros maltrechos, tomo uno y lo abro, veo su nombre escrito en una versión juvenil a diferencia de los garabatos elegantes que suelo hacer ahora.

Estoy a punto de irme cuando veo una foto en la pared detrás de la puerta y sonrío cuando me doy cuenta de lo que es —Jeongguk con toga y birrete. Incluso entonces, era absolutamente hermoso, su cabello estaba más largo de lo que jamás lo había visto, le sienta bien y le da un aspecto un poco rockero, también era más delgado, a diferencia de su estructura musculosa de ahora. No hay más fotos, y me pregunto por qué esta es la única, ¿Para recordar un momento de éxito? eso sería muy él.

No quiero que me encuentre husmeando en su oficina, decido salir. Todo lo relacionado con el lugar me desconcierta, porque a pesar de la ausencia de fotografías, es evidente que se trata de una casa decorada según sus exigentes gustos. Se siente casi como una casa familiar, una familia que ama el beige. Jeongguk sigue siendo un enigma, pero ahora un enigma con una hermosa casa que quiero.

You(r) Rules | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora