Para: Jeon Jeongguk
De: Kim Taehyung
¿Quieres que tome el dictado en la reunión? Lo siento, ni siquiera puedo escribir eso sin reírme.
Unos días más tarde salgo del minibús que nos llevó al chalet. Miro hacia la casa y sacudo la cabeza, chalet es la palabra equivocada, monstruosidad sería una mejor descripción porque es enorme, más como una mansión, probablemente tenga más espacio que el Palacio de Buckingham.
Los demás se ríen y bromean mientras el conductor saca sus maletas. Me tomo un segundo para alejarme de ellos y me acerco hasta el borde del camino de grava, contemplando la impresionante vista de las montañas cubiertas de nieve, respiro profundo y siento el intenso frío del aire llenar mis pulmones. Es un lugar hermoso, amo la nieve y amo esquiar, aunque lo apreciaría mejor estando con Jimin, en lugar de mi actual compañía llena de idiotas.
Lanzo una mirada hacia los hombres que ahora suben las escaleras del chalet. El viaje hasta aquí ha sido insufrible, lleno de historias que para mí era tan interesante como una conferencia sobre aaaa.
Los otros hombres del grupo son: Mark, cuyos padres son dueños del chalet y quien parece estar muy interesado en Gyuchan. Es modelo y tengo la impresión de que no es una forma de ganar dinero, ya que sus padres parecen pagarlo todo. Él luce maravilloso pero su acento de clase alta y su suprema confianza me irritan, me menosprecia en cuanto me ve y no oculta su desdén cuando hablo. También hay dos hermanos llamados Dae y San, modelos inquietantemente perfectos, se parecen tanto que todavía no puedo distinguir cuál es cuál. Los he bautizado como tonto uno y tonto dos.
El único lado positivo del viaje es un amigo de Jeongguk, Namjoon. En realidad, es el único amigo de Jeongguk y no a Gyuchan. Los dos parecen muy cercanos, y con un cuestionario no tan sutil deduje que había estado en la universidad con Jeongguk, especializándose en derechos de familiares. Es guapo –cabello negro, piel camelo, ojos pequeños y una sonrisa preciosa con hoyuelos. Para mi desgracia, no se quedará con nosotros en el chalet, pues también tiene una casa aquí, solo había aparecido en el aeropuerto de imprevisto y pidió un aventón.
Me alegré al instante en que cruzó la puerta del avión. No lo conocía personalmente hasta hoy, pero siempre había sido educado y amigable conmigo cuando llamaba a la oficina. Aunque, siendo sincero, en ese momento me habría alegrado hasta la llegada del maldito Hannibal Lecter*, cualquier cosa para bloquear el tedio de escuchar a los modelos hablar sobre otros modelos que no conozco.
Jeongguk se había tomado un minuto para escuchar, horrorizado, las cosas que decían, luego se había hundido en los papeles que trajo para seguir trabajando y me hizo un gesto para que me sentara a su lado. Vi a Gyuchan lanzarme una mirada venenosa, inclinarse más cerca de Mark y susurrar algo que hizo al hombre reír mientras me miraba con asco.
Me había puesto rígido, pero fue en ese momento que Namjoon subió al avión y Jeongguk lo saludó con una amplia sonrisa, levantándose y abrazándolo. Intenté no mirarlo fijo, pero vale la pena ver las sonrisas de Jeongguk — aunque poco comunes, llenan todo su rostro, haciendo que sus ojos se arruguen.
Me sorprendió cuando Namjoon se acercó y me abrazó, ya que no lo conocía pero parecía genuinamente contento de verme. Luego, él y Jeongguk se enlazaron en una larga conversación, intercambiando historias durante el resto del vuelo, mientras yo tecleaba en mi tableta y tomaba notas de las cosas que aún quedaban por hacer antes de Japón.
Era muy notable lo separados que estaban Jeongguk y Namjoon de los demás. Llevaban la riqueza y el éxito en sí mismos, pero no de la misma manera que los chicos. Tenían una sensación palpable de comodidad a su alrededor, su conversación fue animada y disfruté muchísimo escuchándolos ponerse al día. Los demás parecían tratarlos como si fueran mucho mayores; como si sus éxitos significaran ganar edad cuando ambos tienen sólo poco más de treinta.
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You(r) Rules | Kookv
FanfictionTaehyung ha trabajado dos años para Jeongguk, dos largos años de comentarios sarcásticos, dos largos años de insultos y tener que rehacer cuatro veces el café para cumplir con sus exigentes estándares. No es sorpresa que Taehyung dedique mucho tiemp...