31 Diciembre

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La salida de ayer me dejó exhausto, y el arrepentimiento de mi confesión me golpeó fuerte al despertar, nunca había sido tan sincero con alguien, y tenía una sensación reconfortante, pero extraña, tenía miedo de que Morgana se alejara, aunque sabía que ya había estado ahí en uno de mis malos momentos.

Tenía una fila de gente que quería hablar conmigo después de lo sucedido, era corta, pero la presión de cada uno era grande, empezaría con mi psiquiatra, él estaba en Londres, así que haría una videollamada.
Después de desayunar, comenzó la sesión, estaba asustado de hablar y de lo que él diría, creía que acabaría mandándolo a terapia, como Alec Benjamin, pero al terminar sentía que si podía mejorar y que todo iría bien.

Los siguientes en la fila eran mis tíos, hablar con ellos era más extraño de alguna manera, porque los tendría cara a cara y seguiría viviendo con ellos el resto del invierno.

—Se que ya lo saben, que esa es la razón por la que estoy aquí, pero quiero que lo escuchen de mis propios labios, tengo depresión, yo no quiero acabar con mi vida, quiero terminar la universidad, quiero amar a la gente que amo, quiero formar una familia, quiero escribir y publicar mis historias, quiero vivir, pero eso se está volviendo cada vez más difícil, yo mismo me traiciono, se que quieren ayudarme, y que a veces no saben cómo, algunas veces yo tampoco lo sé, pero agradezco demasiado todo lo que han hecho por mi, lamento todo el dolor que les causo —Las palabras ya no salían de mí, mi garganta fue estorbada por el llanto

—Nada de esto es tu culpa, tu eres increíblemente importante para nosotros, en verdad haríamos cualquier cosa por ti, cualquier cosa que esté en nuestras fuerzas –Entre sollozos hablo mi tío

—Si nos dices que algo te molesta, no lo haremos, si quieres que hagamos algo por ti, lo haremos, pero si hay algo que sabemos que no te hará bien, también lo haremos, tenlo por seguro –mi tía me abrazo, estos últimos días había recibido más abrazos, que en toda mi vida

—Pero quiero decirles que en este momento no quiero hablar con mis padres, lo hare, pero no ahora —no quería decir cosas de las que me arrepentiría después

—Esta bien, lo entendemos, y entendemos tus razones —el tono de mi tía sonaba que hablaba en serio.

Los últimos de la fila tendrían que esperar un poco más su turno, yo era el que tenía que llamarles, ellos no lo habían hecho, ni lo harían. Solo mandé un mensaje de señal de vida.

Mi mente estaba cansada y quería descansar, mis tíos permitieron que subiera a dormir, después de la comida, era el último día del año e iríamos a celebrar con unos amigos de mis tíos, así que tenía que recobrar mis fuerzas que gastaría en la fiesta.

Fui despertado por una mano en mi mejilla, era mi tía, ellos ya estaban listos y esperarían a qué me preparara. El atardecer estaba en todo su esplendor y cuando terminé los tintes de la noche estaban ya pintandolo.

Llegamos a la casa que estaba llena de gente, todos fueron muy amables conmigo, la celebración comenzó entre música, bailes, risas y bebidas, era mayor y podía tomar, pero los antidepresivos y el alcohol no se llevan bien, así que cuando vi a mis tíos perdidos entre todo ese jubilo, salí, la verdad no tenía un lugar a dónde ir, no quería ver a Morgana y enfrentar el quedarme solo en un nuevo año, pero mis pies eran desobedientes y me llevaron a la playa.

Y ahí estaban sus pies descalzos en la arena, llevaba un vestido verde de lino y su cabello liberado, todos esos rizos y ondas volaban libres en el viento, cada uno en su dirección, rebeldes como siempre, y sus párpados cerrados sintiendo el aire.

No quería hablar, ni moverme para no interrumpir la maravillosa escena que había ante mis ojos, pero nunca las cosas estaban de mi lado, las focas se empezaron a acomodar alrededor de ella y abrió los ojos y me miró

—Definitivamente eres una selkie, dime qué aún no vas a irte

—Tal vez, pero aún te falta mucho tiempo conmigo pequeña foca —caminó hacia mí

—¿Ibas a pasar aquí el fin de año? —pregunte

—Si, ¿que mejor lugar para terminar, que mi hogar y el único lugar en el que siento que todo es posible?

—Tienes razón, ¿Puedo quedarme?

—Claro que si, ¿Porque celebramos el fin de año?, entiendo porque, pero es como celebrar el cumpleaños de la Tierra, y cada persona celebra dos fines de año en un año, y los que nacieron el treinta y uno o el primero,  no disfrutan bien.

—No lo sé, yo cumplo el trece de enero y si es raro, celebrar que comienza un año y doce días después celebrar otra vez por la misma razón

—¡Pues entonces celebremos de una vez por todo! —la emoción se notaba en cada parte de ella —There once was a ship that put to sea, The name of the ship was the Billy of Tea, The winds blew up, her bow dipped down... —comenzo a cantar Wellerman a todo pulmón y a bailar entre la arena y las rocas, las focas hacían coro a su voz

—Estas loca, pero en el buen sentido —rei ante lo que veía

—No estoy loca, solo vivo, y no se si haya un buen sentido para esa palabra —interrumpio su danza y canto para reprocharme

—Tranquila, creo que yo también lo estoy y eso me gusta —me deje caer en la arena y Morgana se sentó a mi lado

—¿Enserio? —su cara quedó demasiado cerca a la mía y su cabello hacia cosquillas a mi nariz y labios

—Si —mi mano obediente a mi cerebro que tomaba sus desiciones, tomo su cara y la acerco más a la mía, no se en qué momento estuvo más cerca, pero nuestros labios ya estaban juntos en un beso y sin necesidad de un muérdago.

Nos separamos y los dos solo sonreímos tontamente, ella se paró de golpe y me jaló para imitar su acción, continúo su canción y me miraba pidiendo que bailara junto con ella, nunca baile bien, pero con ella era fácil dejarse llevar, la lluvia llegó, pero eso no impidio que pararamos, los gritos lejanos de celebración nos indicaron que el nuevo año estaba aquí y yo lo estaba recibiendo al lado de la persona más increíble que haya conocido.

De Vuelta Al MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora