✦𝐍𝐎𝐑𝐓𝐇𝐄𝐑𝐍 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐒 [𝐒𝐨𝐧𝐢𝐜 𝐓𝐡𝐞 𝐇𝐞𝐝𝐠𝐞𝐡𝐨𝐠]

𝐼𝐼-𝐶𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑖̀𝑎.

ℕ𝕒𝕣𝕣𝕒𝕕𝕠𝕣 𝕆𝕞𝕟𝕚𝕔𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖

—Ve a tu casa, cámbiate el pañal, piensa en tus decisiones y dile a Eggman que lidiare con el más tarde— Exclamó el erizo mientras avanzaba a una entrada circular completamente de metal. Para resumir, se había enfrentado a la versión bebé de Eggman y ahora solo quería escapar —Ahora tengo que encontrar a mi amigo Zorro— Finalizó para entrar con un spindash al tubo de considerable tamaño.

Dejando al pequeño Babble haciendo un berrinche desde el exterior, con los Badnicks ayudándolo.

Sin saber, que habían algunas caras conocidas que lo habían visto todo desde el exterior, específicamente, un equidna y una murciélago.

Ya cuando había ingresado al tubo, se dio cuenta que era una especie de líneas de trenes, dejándolo algo aturdido después de la confusa batalla.

—Vaya, me vendría bien un rostro conocido en este momento en este momento— Murmuró para si mismo, buscando con la mirada entre todos los tristes ciudadanos.

Hasta que encontró unas muy reconocibles orejitas naranjas sobresaliendo de la multitud, sabiendo de inmediato quién era.

—¡Tails, amigo!—Chillo con entusiasmo, y una sonrisa aliviada, se adentro en la multitud siguiendolo —¡Tails!— volvió a llamar, sin dejar de seguirlo.

En un momento, había visto como entraba en uno de los túneles, y al asomarse no vio nada, dejándolo confundido —Espera, ¿Qué?—.

No tardo mucho en encontrar una puerta y sin cuestionar, lo primero que pensó fue en que su pequeño amigo estaría en ese preciso lugar. Con algo de preocupación, metió el código rogando que fuera el mismo de siempre.

soltó un suspiro aliviado cuando pudo tener acceso, se abrió paso admirando a su alrededor —Que raro, esto no se parece en nada al taller de Tails— Murmuró, más para si mismo, mientras volteaba, y se encontraba con lo que se suponía que era su amigo zorro.

fue hasta el, y le doy vuelta para que lo viera de frente —¡Sorpresa!— dijo con entusiasmo, algo que duró muy poco al ver la caseosa expresión del zorro, que se convirtió en un gruñido enojado.

—Tails, soy yo! tú mejor amigo— Dijo el azulado preocupado al ver su reacción, confundido de igual manera.

—¿Cómo me llamaste?— dijo de una manera sombría, apretó el botón de su cintura, haciendo que se sus otras siete colas dieran a relucir su afilado metal.

—Tails...— Dijo asustado el erizo.

—Me llamo...¡Nine!—Grito el zorro lanzándose a atacar al intruso, por suerte el azulado alcanzó a esquivarlo.

El zorro empezó a escalar con sus colas metálicas tal y como una araña lo haría —¿Que es lo que quieres?— preguntó desde las paredes, —¿Quién te envío?— Tomo la linterna del techo para cegarlo y tomarlo desprevenido, cosa que logró.