5 - Inaceptable

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Los pies descalzos de Jungkook y Taehyung se dirigieron hacia la sala común, el espacio amplio estaba ocupado con miembros de la milicia, sentados en numerosas mesas de distintos tamaños, cada una con sillas que no parecían del mismo juego y manteles con bordados de colores, dando al ambiente una sensación de alguna forma acogedora en lugar de intimidante. Parecía la cafetería en el gran dormitorio de un grupo de amigos.

La comida en la mayoría de las mesas tenía un aroma intenso, a fermentado, algo picante, o algo salado, suavizado con el aroma de dulces pasteles de arroz y bebidas que Taehyung desconocía. Los hombres lo veían con interés, con expresiones que variaban entre serias, amigables y curiosas. Todos aparentaban estar entre los 20 y 30 años de edad y aunque Taehyung intentó disimular, se sentía un tanto decepcionado de no encontrar más de cinco mujeres en toda la habitación. 

Era probable que los hombres que ayudaron a Jungkook fueran de las mismas unidades, por lo que comprendía su ausencia, pero, como omega, habría deseado compartir con ellas, pues escuchó que poseían instintos similares a los suyos, pero nunca había conocido a una como para confirmarlo. 

Jungkook llamó su atención tomando su mano con suavidad.

—¿Te parece bien sentarte aquí?

Taehyung asintió y el menor movió la silla para que se acomodara. La mirada de los demás y el silencio empezaban a causarle inquietud, aunque quería creer que Jungkook no lo pondría en peligro, seguían siendo humanos. 

—¡Hyung! ¿Vas a sentarte con nosotros?

Jungkook llamó a Namjoon, el humano que lideraba al resto, que aún cargaba una venda en su mano.

—Voy de camino, Hoseok no me dejó traer la charola —Namjoon se acercó, con un bowl de plástico que colocó en la mesa frente a la pareja —Traje ensalada y pescado a la plancha ¿Hay algo en especial que debamos buscar?

Hoseok llegó a la mesa y acomodó una tras otra dos charolas, una con sopas y otra con guarniciones de algas y verduras. 

—Se parece mucho a lo que comemos... —Taehyung no pudo evitar notar la similitud con su desayuno cotidiano, opuesto al de su hermano, que pese a ser alfa, prefería comer frutas a esa hora y hacer un almuerzo y cena más cargado. 

Jungkook le agradeció a ambos por llevarles comida y agregó —Han convivido con un híbrido por varios años, lo tomaron en cuenta. 

Dos hombres más y una mujer se acercaron a la mesa donde se encontraban, Taehyung sonrió y esperó un segundo sin tocar nada, pues desconocía las costumbres y el protocolo para la comida. Notó que Jungkook, Namjoon y todos a su alrededor estaban de pie y su ceño se frunció levemente, confuso. 

Trató de ponerse en pie al igual que los demás pero Jungkook se inclinó, creyó que para explicarle algo, pero continuó bajando hasta quedar sobre su rodilla derecha.

El omega dio un corto respiro en sorpresa, era una genuflexión, reverencia que nunca había hecho en su vida. De acuerdo a su título, no tenía por qué arrodillarse ante ningún monarca, y Jungkook tampoco. 

Namjoon siguió el ejemplo de Jungkook y Taehyung se sintió extrañamente escandalizado de ver al resto de humanos inclinarse. 

Fue Namjoon quien habló primero. 

—Alteza, Kim Taehyung —Su voz se proyectaba a los oídos de todos —Es un verdadero honor contar con la realeza de los Kim entre nosotros. Mi nombre es Namjoon, Kim Namjoon. Nuestra milicia busca la liberación de Seúl, la libertad de los hijos de la luna. 

Antes que Taehyung pudiera bajar las cejas o salir de su asombro, Jungkook agregó, con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Alteza... Me enorgullezco de presentarme ante ti, como un sirviente que espera ser de utilidad a la causa y digno de llamarse tu prometido. Todos los hijos de la luna son bienvenidos en este cuartel que es más nuestro hogar, pero en especial aquellos con quienes los Jeon tenemos una promesa inquebrantable.

S(t)igma «KookTae »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora