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La chica en la entrada del restaurante del Country Club batió sus pestañas en cuanto vio a Jimin. Sus mejillas enrojecidas se levantaron junto a su sonrisa coqueta y enrollaba un mechón de su pelo en su dedo, disipo sus feromonas hacia él, pero solo provocaron nauseas en Jungkook y Jimin la ignoro.

El alfa incluso parece que ni lo nota, su nariz no da indicio alguno de hacerlo, pero el omega sabe que a Jimin le sale natural el coqueteo y cuando sonríe encantadoramente, totalmente despistado a los encantos de la omega, jungkook observa en silencio.

—Hace mucho que no venías por acá, Jimin —dice ella. "Yujin" se lee en su etiqueta —. Yeeun y yo te extrañamos. —eso parece incomodar a Jimin, pues se tensa un poco y su sonrisa cae un poco. —¿Ya conseguiste otras omegas que te ayuden con tu celo? —el puchero que viene después de esa pregunta le pone a hervir la sangre

Jimin se rasca el antebrazo con incomodidad, un tic que él más grande tiene y presenta con frecuencia cuando está ansioso o incómodo.

—¿Podrías darnos una mesa, por favor?

La sonrisa se le cae y sus mejillas se le encienden.

—Sí, claro —los guía hasta un lugar desocupado y les ofrece dos menús—. Enseguida los atienden. —se va sin más, ocultando su vergüenza con desatino.

—Lo siento —murmura apenado el alfa.

—No pasa nada. —Pero sí pasa, le arde el pecho y su quijada está apretada. Jungkook siempre ha sido un omega celoso y posesivo.

—No supe qué decir.

—No pasa nada —repite, pero internamente es un desastre y su cabeza lo hace pensar cosas que no quiere.

¿Lo peor?

Sabe que no es culpa de Jimin, pero de todos modos se siente como mierda.

Lo ve levantarse de su silla y se agacha a su lado, un brillo preocupado en sus ojos.

—Hoy, mañana, el día después de mañana y los que vengan, te quiero solo a ti. Quienes hayan estado antes no me importan una mierda ¿Entiendes? —le da un beso en los nudillos y sonríe—. Solo te quiero a ti.

Jungkook ve en ese momento que Jimin está lejos de un simple "Te quiero", la intensidad detrás de esas orbes oscuras le indican que lo que el alfa siente hacia él va mucho más allá, pero por alguna razón no se atreve a decirlo.

—Yo también te quiero solo a ti.

Parece que la vida le vuelve al chico frente a él, pues sonríe y vuelve a su lugar después de besarle la mejilla. Un mesero se les acerca y les toma la orden, minutos después su desayuno llega.

Jungkook estaba a punto de llevarse uno de los pequeños triángulos que partió de su pan cake cuando el aroma a enojo le llega a sus fosas nasales haciéndole arrugar la nariz y levantar la vista, interrogante, hacia Jimin.

—¿Pasa algo? —preguntó, porque el cambio en el ambiente fue notorio

Jimin se quedó callado, pero Jungkook casi pudo oír al alfa gruñir bajo.

—Jimin, qué sorpresa verte por aquí, mi cielo, no pensaba verte hasta el domingo —escuchó Jungkook una voz suave detrás de él, aunque la incomodidad de Jimin lo puso de la misma forma por alguna razón

Después, un potente aroma a roble le llega y lo congela en su asiento, un alfa poderoso estaba atrás suyo y quiere hacerle saber al omega quién es superior.

—Buenos días, hijo —la reacción del rubio, el cambio de postura y olor, le provocan nervios.

Jimin aún no decía ni una palabra, pero los hombros tensos y la forma en la que su quijada se apretó en cuanto el hombre apareció le bastaron a Jungkook para hacerle entender que algo malo había ahí.

Fire on fire [Jikook adap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora