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La mujer en la recepción les dio una tarjeta blanca con el nombre del hotel en el centro y una banda negra en la parte de atrás. Les escribe también el número de la habitación y les desea una buena noche.

En el elevador se siente la tensión y Jimin maldice mentalmente a la mujer que entró con ellos, se bajan en el mismo piso y cuando ve que la pareja se dirigió a la suite presidencial alza una ceja, juzgándolos.

—¿Qué ve? —prácticamente le ladra Jungkook, ansioso por entrar al cuarto y arrancarle la ropa al alfa

La mujer (una beta) abre los ojos como platos y se adentra en su propia habitación. En ese momento, Jimin logró abrir la puerta y enciende las luces.

Había un recibidor con un enorme sillón (quiere cogerse a Jungkook ahí mismo) y tres puertas más que dan a otros cuartos que el omega planea conocer. Se dirigieron a la habitación más cercana, la cual resulta ser la principal.

Antes de que Jimin pueda darse cuenta, Jungkook lo tiene contra la pared (el hecho de que ahora sea levemente más alto lo calienta un poco (mucho)).

—Eres mío, alfa.

—Completamente—respondió sin aliento, ama cuando Jungkook toma el control.

El rizado lo besó bruscamente, disfrutando de los jadeos del mayor contra su boca y desabrochó la camisa que Jimin vestía, pero dejó la corbata y sonríe con travesura cuando un escenario tentador se desarrolla en su cerebro. Le quita la prenda blanca y la arroja hacía algún lugar.

Lo obliga a sentarse sobre una banca ottoman al pie de la cama, hecha de cuero negro y niega con la cabeza cuando el alfa extiende sus manos para tocarlo.

—¿Tan rápido, Jimin? —hizo un puchero— Es mi turno de jugar, alfa—se aleja un poco, viendo la pantalla de su celular y buscando algo, camina lo suficiente para que el alfa no lo alcance pero aún tenga una buena vista de Jungkook—. Disfruta, amor —le pica a algo en su móvil y suena música que combinada con la forma en la que el omega lo está viendo, es tortura pura.

Jungkook mece sus caderas al ritmo de la música, eleva una mano hasta su camisa y comienza a desabotonarla con una lentitud dolorosa. Llega hasta el último botón y mueve los hombros de manera circular hasta que el pedazo de tela le cuelga apenas del cuerpo. Se la lanza al alfa con una sonrisa y suelta una risa por lo bajo del aliento cuando lo escuchó gruñir.

Luego se desabrocha los pantalones, pero no hace nada más al respecto y sigue bailando al compás de Redbone (Jimin realmente quiere matar a Jungkook por hacerle esto con una canción que nunca podrá escuchar de la misma forma). El omega por fin se deshace de sus pantalones y bajó al suelo hasta que sus rodillas chocaron con la alfombra.

Una mano deambula por su pecho y cuando el alfa se inclina hacia adelante, el rizado le lanza una mirada de advertencia y suelta un "No-huh". Vuelve a su lugar y observa a Jungkook mover sus dedos hasta la tela de unas bragas de encaje rosa pastel que contrastan su piel bronceada y... maldita sea, parecía que estaba completamente depilado.

—Jungkook —lo llamó, aunque su voz sonó ahogada.

—Calla.

El omega metió una mano dentro de su ropa interior y comenzó a moverla.

—Jungkook, quiero verte, por favor, déjame verte.

El omega soltó un suspiro tembloroso y asintió, se levantó del piso y caminó hasta la cama, se posicionó en el centro, dándole a Jimin una vista perfecta.

Volvió a lo que estaba haciendo antes, esta vez, simplemente haciendo la ropa interior hacia un lado y bombeándose con lentitud. Dejó de aferrarse a las sábanas con la otra mano y descendió hasta su entrada, húmeda y lubricándose a sí misma. Primero insertó un dedo y jadeó ante la sensación cuando no fue suficiente e introdujo un segundo. Al sentir un familiar cosquilleo en su vientre se detiene y se sienta en la cama, con la respiración agitada. Se estira hasta tomar a Jimin por la corbata y lo jala hacia él, acostándolos en la cama, une sus labios por unos segundos antes de cambiar la posición para que el alfa quede debajo de él.

Fire on fire [Jikook adap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora