Día tres

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Chat: Jiwoo

Shuhua

Perdí la hoja.

Literalmente se la llevó el viento.

No sé qué hacer.

¿Jiwoo?

¡Jiwoo!

PARA QUÉ MIERDA ME DICES QUE TE LLAME O QUE TE MANDE UN MENSAJE SI NO VAS A TENER SEÑAL.

KIM JIWOO.

ERES UNA MALA AMIGA.

😭😭

NONONO.

ESTO NO TE LO VOY A PERMITIR.

POR QUÉ NO HICISTE UN PDF COMO YUQI. 😭😭😭

No le puedo pedir ayuda a las demás porque nunca cuidaron a Miyeon y cada alfa es diferente en su celo.

:(

Y me da vergüenza pedirle ayuda a Sana porque le dije omega fea cuando estaba en celo.

REALMENTE VOY A LLORAR PORQUE NO SÉ QUÉ HACER.

UN ALFA IDIOTA SE QUISO SOBREPASAR CONMIGO Y MIYEON SE DIO CUENTA.

DEBÍ HACERLE CASO Y NO IR.

PERO YO QUERÍA POLLO FRITO.

ENCIMA MIYEON ME DEJÓ CON LA GANAS.

VOY A ENTRAR EN COLAPSO PORQUE NO SÉ QUÉ HACER.

ESPERO QUE SOOYOUNG NO TE FOLLE POR SER UNA MALA AMIGA.

Mentira no lo eres, te amo.

Pero estoy en crisis.

Shuhua dejó su celular sobre la isla de la cocina e hizo un pequeño berrinche infantil. Jiwoo no le contestaba las llamadas y los mensajes tampoco le llegaban.

Cuando Miyeon se despertó actuaba de una manera muy posesiva, su aroma era muy fuerte, estaba pegada a ella todo el tiempo y cada que tenía oportunidad, la impregnaba con su aroma. También no la dejaba salir de su regazo y de vez en cuando llenaba su cuello, más que nada en la zona de su marca, de besos húmedos y no le disgustaba, pero lo que sí le molestaba era que nunca podían concretarlo.

Shuhua no quería quedar como una pervertida, mas realmente deseaba tener sexo con su novia. No sabía qué le pasaba, pero su libido estaba muy descontrolado, tal vez es por el celo de Miyeon que estaba tan... urgida. Vamos, su novia era sexy, por muy inocente que se vea con esas prendas holgadas tenía un cuerpo de infarto, con una sola mirada te ponía de rodillas.

—Mierda no... —murmura abochornada por lo húmedo que empezó a sentirse su short.

Escondió su rostro entre sus manos y lloriqueó. No podía estar pasándole eso.

Mientras lloriqueaba una alfa pelinegra se acercaba sigilosamente a la omega, la tomó de la cintura hasta tener la espalda de Yeh lo más pegada posible a su pecho, empezando a olfatear su cuello.

Joder, tampoco debía pasarle eso.

—Miyeonnie... espera —obviamente la alfa hizo oídos sordos al pedido y se dedicó a seguir bajando la ropa interior de ambas—. Miyeon... ¡Ah!

Soltó un gemido cuando dos dedos se introdujeron en su coño, entrando fácilmente debido a su lubricante natural que salía sin parar. Intentaba parar la situación, pero joder, se sentía tan bien, ¿para qué resistirse si lo deseaba más que nada? Por lo tanto, se acomodó mejor en la isla de la cocina alzando su trasero y dedicarse a disfrutar del placer que le daba su pareja.

Cerró sus ojos y sin vergüenza soltaba esos melodiosos gemidos, sonriendo burlona al escuchar los gruñidos bajos de Miyeon. Esta apretó su cintura, sacando sus dedos para cambiarlos por su pene y entró complemente en ella, sin esperar comenzó a mover sus caderas de forma rápida y dura, tocando su punto sin problema.

Shuhua abrió sus ojos y un grito de placer escapó de su garganta, Miyeon estaba siendo demasiado brusca. Ella nunca era sí cuando tenían sexo, pero ahora era como bestia, era por su celo, era obvio, los alfas tendían a ser bruscos estando en celo, pero no pensó que tanto. Y raramente le gustaba como la estaba follando.

Fue tomada bruscamente de sus brazos y la sentó sobre la isla, abrió sus piernas y entró nuevamente tomando uno de sus glúteos para que no intente cerrarlas. Apretaba su cintura y muslo con mucha fuerza, tanta que dejaría marcas que se irían en días, pero no le importaba. No cuando la estaban follando tan bien.

Tiró su cabeza para atrás y abrió su boca para poder gemir lo más fuerte que podía. A estas alturas le importaba tres mierdas los vecinos. Los labios de Miyeon eran suaves y pomposos, ideales para compartir besos lentos, pero en este momento solo podía pensar en comerle la boca, mordiendo y succionando esos labios tan tentadores.

Faltaron solo cuatro para que Shuhua se venga y dos para que Miyeon termine dentro suyo, hizo una pequeña mueca al sentir su nudo crecer en su interior. Y solo ahí se acordó en que no usaron un preservativo.

—Agradece que tomo pastillas, alfa tonta —murmura tratando de regular su respiración.

—Bonita. Omega bonita —dice acariciando su rostro delicadamente, como si no la hubiese follado como una fiera.

—Realmente no puedo enojarme contigo —sonríe con ternura pasando sus delicados dedos por la marca de Cho en su cuello.

***

—Realmente sí puedo enojarme contigo —se queja dejando la cena sobre la mesa.

Sus caderas duelen y apenas podía caminar bien, era un dolor punzante y bastante incómodo. Miyeon la miraba con sus ojitos abiertos y pestañando sin entender del todo las quejas de su omega, pero no le gustaba verla así.

Cenaron tranquilamente y luego las quejas de Shuhua volvieron mientras lavaba los platos.

—Eres muy brusca —se queja secando sus manos—. Hace más de cuatro horas tomé esa jodida pastilla para el dolor, ¡y no se va! Maldito marketing barato...

—Bonita.

Shuhua rueda los ojos.

—Bonito es el dolor que tengo por tu culpa.

Miyeon se acercó y sin pensarlo la tomó en su hombro llevándola como una bolsa de papas ignorando las quejas de la rubia, la llevó a la habitación y la depósito en la cama para después acostarse a su lado dándole mimos en su cabello en forma de disculpa.

—No enojada —murmura algo afligida.

Y Shuhua cayó en la ternura de su novia.

—Bien... No enojada —dice besando los labios de su novia.

cuidando a yeh shuhua; mishuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora