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Por fin había llegado el momento más esperado: La boda.

Luz había terminado los preparativos y Amity eligió un vestido hermoso, sin pensar en lo que quería su madre para ella. A ambas las consumía una peculiar combinación de miedo y emoción por aquel gigantesco paso que tomarían en unas horas.

Los tacones de Amity hacían eco en su pequeña habitación, daba vueltas sin cesar. Lilith entró a la recámara, lo que hizo que la princesa parara en seco.

–Señorita, – dijo haciendo una reverencia, para luego cerrar la puerta tras de ella – ¿necesita algo? – al mirarle bien, notó el extraño tono rojizo que había tomado su rostro – Amity, ¿está todo bien?

–¿P-Podrías quitarme mi corset?

Lilith asintió, acercándose rápidamente y siguiendo la petición de su dama.

Al sentir la pieza desprenderse de su cuerpo, la chica respiró profundo, aliviada.

–Muchísimas gracias. –pronunció a la vez que se sentaba con fuerza sobre su cama.

–¿Algo más que necesite? – preguntó mientras se reverenciaba ante ella nuevamente.

–Necesito que me lleves con Luz.

–Pero, su majes-

–Lilith, – la miró con suavidad a los ojos, los cuales brillaban ante la luz del sol que se colaba por las ventanas – por favor.

–Será un placer.

La mujer se dió la vuelta, abrió la puerta y observó con cautela sus alrededores. Llamó con sutileza a Amity para que saliera, quien se puso una capa sobre la cabeza, solo dejando sus pies descalzos al descubierto.

En vez de realizar la misma ruta que los días anteriores, tomaron el camino del servicio. Era mucho más estrecho que en el castillo de los Blight, mas tampoco se describiría como una atrocidad.

Al salir de estos giraron por uno de los pasillos, deteniéndose justo frente a una de las puertas más grandes en el perímetro.

–Hemos llegado, princesa.

–Gracias, – le dijo casi en un susurro, a la vez que tomaba su mano – no sabes cuánto te lo agradezco.

La mujer simplemente le sonrió y, sin soltar su agarre, caminó junto a ella hasta la puerta. Levantó su mano libre y la tocó repetidas veces.

Luz abrió, encontrándose con su prometida, y próximamente esposa en el transcurso de unas horas.

–¿Amity?

–Su majestad, – replicó en voz baja su acompañante – la princesa desea tener un corto conversatorio con usted antes de la ceremonia, ¿estaría eso dentro de sus posibilidades?

Lo piensa un momento para finalmente asentir, abriendo mejor la puerta y así permitirle el paso a Amity, cerrándola tras de ella.

–Luz, no sé qué hacer. – dijo con un tono angustiado.

–¿Ocurre algo? – pregunta, acercándose rápidamente y tomando sus manos – ¿Te estás arrepintiendo o...?

–¡No! – respondió con rapidez – Digo, no, no me arrepiento, sencillamente... siento que esto es demasiado en tan poco tiempo, me asusta lo que podría pasar, me asusta pensar en aquello que nos depare el futuro que, tristemente, es incierto. Estoy asustada porque las personas son crueles, y sus palabras hieren tanto como cuchillos sobre piel desnuda, aunque doy por hecho que no debería de ser así... – finalmente levanta su mirada, encontrándose con los ojos de Luz – Tú me has hecho sentir mucho más en estos días, de lo que he llegado a sentir en toda mi vida, y eso me aterra.

[Nota:

¡Holi! No morí, estoy acá tratando de subirles algo "de calidad", lol.

La universidad me había estado ahogando en trabajos, pero ya estoy de vuelta ;)

Espero que les guste el capítulo, byeee <3 ]

Royal Fiasco [Lumity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora