¿Alguna vez habéis escuchado una leyenda?
¿Y os ha causado tanta curiosidad que os preguntáis si de verdad existió?
Pues bien, aquí os contaré una leyenda y a la vez, una canción de cuna.
Porque al fin y al cabo, una leyenda es eso... Una leyenda.
S...
Tonto el que no entienda, cuenta una leyenda, que una hembra gitana conjuró a la luna hasta el amanecer. Llorando pedía, al llegar el día, desposar un calé"
"Tendrás a tu hombre, piel morena" desde el cielo habló la luna llena. "Pero a cambio quiero el hijo primero. Que le engendres a él. Que quien su hijo inmola Para no estar sola, poco le iba a querer"
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Susurros.
Eso era lo que recordaba Seonghwa caminando por aquella calle de tierra.
Desde pequeño Seonghwa ha visto toda clase de cosas y siempre fue consciente de los susurros que decía la gente.
Solo por ser diferente a una edad muy temprana, incluso para el mismo.
Desde edad temprana fue rechazado por su familia, expulsándolo de su casa por leer y estar interesado en el mundo sobrenatural y todo lo que englobaba.
Él no entendia porque se alejaban de su persona, solo esperaba que alguien le entendiera, alguien que le protegiese y no le tuviera miedo.
Solo era una persona corriente, con mucha curiosidad de ese mundo del que nadie quería hablar, parecía un tema Tabú pero no para Seonghwa.
Tenía 15 años cuando eso sucedió, se cuido por él mismo como pudo pero pido conseguir una pequeña casita y lo suficiente para sobrevivir.
Ahora a sus 25 años era más maduro, se valía por si mismo pero un suspiro salió de sus labios al ver a un chico al otro lado de la calle.
Parecía que no había visto a Seonghwa, lo prefería a así aunque su corazón latía por él.
Seonghwa quería estar con él, quería tener un pequeño niño y cuidarlo.
Él podía, ya que nació como un doncel, tenía un útero asique eso era posible. Eran pocos casos que el conocía de donceles apenas nulos.
Pero tenía un plan, lo había estudiado cuando escucho a las personas mayores hablar sobre pedir a la Luna de una manera especial, poder tener un niño.
Seonghwa no era tonto, sabía que tal vez eso no existía y gastaría su tiempo pero si parte decidida y curiosa quería hacerlo.
Tenía que hacer un conjuro para ella.
Pero fuera de la vista de todos.
Así que Seonghwa continuó su camino, tomando el camino a la derecha para subir a la montaña en donde llevaría a cabo su ritual en la noche.
Caminando entre algunas ramas, intentando no perderse, pudo ver una cara conocida haciéndole sonreír aliviado, se llamaba San, siempre le ayudaba en todo lo que podían, incluso compartían comida.