➳ 43 | Ardor | ➳

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Riposa in pace



Mi vista seguía en el suelo. Vacía.

Todo el cuerpo entero me ardía. Tenía quemaduras superficiales y ardían como la mierda. Mi piel blanca, casi transparente, estaba de un color naranja rojizo, por todos lados. Me ardía el cuerpo con locura, ardía demasiado.

En otros momentos, estaría quejándome del dolor.

Pero no hoy.

No hoy.

Mis ojos estaban perdidos en algún lugar, se paseaban por todos lados mirando cualquier cosa pero en realidad no lo miraba. Como dije, mi vista estaba perdida.

El único movimiento que hacía era seguir el curso de mi respiración que me hacia subir y bajar el pecho mientras las escenas se reproducían una y otra vez en mi cabeza. Mis ojos estaban en todos lugares y a la vez en ninguno.

Mi rostro, sin expresión alguna, ardía como la mierda y seguía lleno de sangre seca, en las aletas de mi nariz, en mis oídos, mis lagrimales aún llenos de ellas. Mi aspecto era deplorable y también debía oler muy mal.

Pero no me importaba.

No hoy.

Estaba en la base, dentro, segura. Lejos del fuego, lejos del caos y me encontraba en el garaje.

A mi lado estaba Becca, tirada en el suelo, en su estado. Con la mitad de su cuerpo roto y con más sangre en el cuerpo que yo.

A nuestro alrededor, todos.

Taylor estaba en el suelo, con una pierna siendo vendada por Asher, que también estaba herido y con el hombro cubierto de vendas. Las chicas estaban unos pasos mas lejos de Becca, no soportaban la escena, lloraban y se consolaban entre ellas.

Los chicos estaban a su lado, mirándonos fijamente, Jaxon estaba en shock, Anubis, se pasaba la mano por el cabello rubio y los Quinn, solo me miraban a mi, yo no los veía, no veía a nadie, mi mente estaba en blanco pero sabía que sus ojos estaban puestos sobre mi.

Todos de pie observando.

Menos Alessandro.

El estaba en el suelo, meciéndose y abrazando sus rodillas mientras lloraba viendo el cuerpo de su hermana muerta.

Mi corazón se partió en mil pedazos cuando lo vi.

Yo estaba sentada con las piernas cruzadas, encorvada mirando a la nada, como si mi vida se centrara en eso ahora.

Todos hacia ruido, Alessandro gritaba de dolor, los sollozos de las chicas, los gruñidos de dolor de Taylor mientras le hacían quien sabe que en esa pierna. Los chicos maldiciendo a los cuatro puntos cardinales, todo era ruido, pero yo estaba aislada de alguna forma.

Mi audición era borrosa, lejana.

Solo quería quedarme conmigo y mis pensamientos.

Pasaron horas.

Cada uno se fue yendo cuando quiso y yo no me inmutaba por nada.

Todos se fueron yendo y cayendo por el dolor que los recorría. Alessandro fue de los que más duró hasta que no pudo con el sufrimiento que le hacia sentir ver a su hermana muerta a sus pies.

Todos y cada uno de ellos se fueron.  Y supieron que debían dejarme ahí cuando se llevaron el cuerpo de Becca y yo aún seguía sentada.

Todos se fueron menos ellos.

Esas tres caras que veía todos los días.

Que me fastidiaban todos los días.

Y que sin importar como fuera o lo insoportable que me tornara, ellos iban a estar ahí.

ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora