ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]

➳ 41 | Margaritas y púas | ➳

En ocasiones, ser honesto es mejor que los secretos.

Confianza.

Una cosa tan difícil de construir pero tan fácil de quebrar.

La mía es muy complicada para ganarla y sin embargo ciertas personas la tienen en este lugar. Becca y las chicas son una de ellas, luego esta Taylor y Asher pero después de ellos. Los Quinn. 

¿Por qué?. No lo sé, hasta yo misma me lo pregunto en ocasiones, ¿Cómo llegue a sentirme cómoda o segura con ellos?, Ni yo lo sé, aunque mi confianza pende de un hilo con Lucka porque en uno de sus episodios casi me mata y a pesar de todo... Sé que para otras cosas, si que le tengo confianza.

Pero gracias a Constantine mi confianza volvió a quebrarse.

Que el sepa todo acerca de mi me hace sentir que todos lo saben ya.

No lo estoy llamando la chismosa de la vecindad. 

Solo digo que ando paranoica.

Siento que cada que alguien me mira o me pregunta algo, es acerca de mi verdad y me pongo a la defensiva. Tengo que relajarme.

Solo en una charla de 3 horas, logró romper lo que llevo forjando desde hace un tiempo y no tienen ni idea lo encabronada que me encuentro.

Una charla de la cual ya habían pasado dos semanas.

Y las preguntas e interrogantes no dejan de surgir de parte de todo el mundo lo cual ya me tiene hastiada.

—¿Qué vas a comer?.

¿Lo ven?. Otra pregunta. 

Miro a Alessandro.

—Pídeme la hamburguesa mas grasienta que veas.

Estamos en la cafetería todo el escuadrón mientras comemos porque nuestros entrenamientos son todos a la misma hora al igual que nuestros desayunos, almuerzos o cenas.

Veo en las esquinas a los Quinn hablando entre ellos mientras me miran.

Sé que están molestos porque no les he contado de que hable con Constantine y desde entonces tienen dos estados de ánimo; o me ignoran o no paran de preguntar hasta cuantas veces me removí en el asiento delantero del escritorio aquel día

Alexey ha estado extraño.

Algo... atento.

No soy idiota, sé que lo hace para que suelte la lengua.

Me quedo mirándolo.

Tan atractivo y tan imbécil.

Lo segundo le resta como 10 puntos.

Se percata de que lo miro y se levanta, yo aparto la mirada maldiciendo en mi interior y cuando me doy cuenta se sienta a mi lado.

—¿Sucede algo Porcelana?.

—En efecto, me pregunto porque tu y tus hermanos me miran como si quisieran matarme.

—Mmm No lo sé, dímelo tu. Te fuiste, creímos que morirías y luego regresas sana y salva luego de tres horas y media, te subes en el auto y no dices absolutamente nada de tu charla con el mayor enemigo que hemos tenido los últimos años—me mira con una sonrisa falsa—. Dímelo tú.

—Ya te dije que solo hablamos de mi lado Destripador  y todo acerca de ello.

Veo como su expresión flaquea un poco al de mencionar aquella frase y mi mente sonríe.

—Sabes que no me lo creo Raven.

Justo en el blanco. 

No me llamo Porcelana y sus ojos demostraron todo.