4

1.4K 162 43
                                    



                                           

                                                 

Yoongi, como cada mañana, subía con su viejo coche en la empinada carretera que llevaba al aparcamiento de los empleados, detrás del hotel. Se le había colado dos veces en el camino, y le había costado varios intentos ponerlo de nuevo en marcha.

El carburador funcionaba fatal, pero aún tendrían que pasar tres o cuatro meses para poder ahorrar el dinero suficiente y cambiarlo.

El mes pasado se había gastado todo sus ahorros en gasolina y en unos neumáticos nuevos y no permitírselo.

Tal vez si este domingo no compraba las verduras que había pensado comprar pudiera ahorrar algo, pero su médico le había dicho que estaba preocupado por él porque no estaba ganando suficiente peso.

Lo cierto es que se había pasado los últimos días pensando en la oferta de Jimin. Al menos se había dado cuenta de que le estaba diciendo la verdad, que no estaba detrás de su dinero, pero no entendía esa exigencia suya de que tenía que vivir con él durante el embarazo.

También seguía insistiendo en que dejara su trabajo.

En su adolescencia Yoongi había repartido periódicos, había trabajado en varios supermercados... cualquier cosa con tal de ganarse unos cuantos wons para poder ahorrar y marcharse del infierno que había sido para él la casa de su padrastro.

Si dejaba de trabajar, ¿Qué haría cuando tuviera a su bebé y aparte tener que arreglárselas por su cuenta de nuevo? Bastante incómodo se sentía ya con la idea de aceptar dinero de Jimin como para depender por completo de él.

Le había pedido que le diera unos días para pensarlo, pero todavía no estaba seguro de hacerlo.

Por fin había llegado al aparcamiento. Estacionó su vehículo, y al ver en su reloj la hora, maldijo por lo bajo. Diez minutos tarde.

Se bajó del coche y se dirigía a toda prisa a la entrada trasera del hotel. El gerente era un auténtico tirano. No toleraba la impuntualidad, y a Yoongi por culpa de su coche, era la tercera vez que llegaba tarde en dos semanas.

Entró en el edificio, e iba camino de los vestuarios del personal, cuando al dar la esquina se encontró al supervisor del turno de mañana esperándolo de pie.

──Siento llegar tarde ── Se excusó Yoongi── He tenido problemas con el coche.

El supervisor lo miró enojado.

──Eso díselo al gerente, te espera en su despacho.

Genial. El día no podía haber empezado mejor.

Se dirigió a la oficina del gerente.

En la antesala la secretaria lo saludo con una sonrisa.

──Pasa ── Le dijo ── Está esperándote.

Cuando Yoongi entró su jefe estaba hablando por teléfono pero le hizo un gesto para que se sentará en la silla frente a su escritorio.

Embarazado de un millonario [Jimsu] [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora