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Jimin estaba sentado en su despacho, tomando una segunda taza de café y leyendo el correo electrónico cuando algo lo hizo levantarse e ir a mirar por la ventana. Justo como había imaginado Yoongi estaba allí fuera paseando por los jardines. Era como si hubiera desarrollado un sexto sentido que lo hiciera sentía su presencia. 

En solo un mes se había convertido en parte de su vida y le costaba hacerse a la idea de que se marcharía cuando el bebé naciera y de que las cosas cambiarían. 

Apoyo la frente contra el frio cristal y lo observo mientras caminaba, fijándose en los cambios que poco a poco se hacían en su cuerpo, ese vientre abultado que se notaba poco ante las camisas que utilizaba el castaño. 

Desde aquella noche en que casi lo había besado habían conseguido guardar las distancias. Era como si hubieran llegado a un acuerdo el cual ninguno de los dos traspasaría los límites de una convivencia de amigos sin derecho a ningún roce. 

Había veces que él conseguía pasarse un día entero sin ningún pensamiento indebido, pero de pronto cuando veía a Yoongi, o cuando el castaño tan solo pasaba a su lado rozándolo, tenía que hacer un esfuerzo inmenso para no caer en la tentación. 

Y aun así, a pesar de sus esfuerzos por comportarse, había una tensión creciente entre ellos y Jimin tenía la sensación de que antes o después, aquello iba a explotar de alguna forma. 

Aunque desde la muerte de Jisoo casi nunca abandonaba la casa, en ese momento sintió el impulso de hacerlo. Salió a los jardines y encontró a Yoongi. 

──Buenos días ── Lo saludo. 

──Buenos días ── Le dijo Yoongi ── Has salido de la casa. 

Por el tono que había usado parecía que aquello le había sorprendido. 

──Y no te has convertido en cenizas ── Comentó divertido. 

──¿Ceniza? 

──Bueno, es que como en la casa las cortinas casi siempre están corridas y hay tan poca luz, al principio cuando vine a vivir aquí pensé que eras un vampiro ── Bromeó Yoongi. 

Jimin no pudo reprimir una sonrisa. 

──¿Quieres pasear conmigo un poco? ── Le pregunto el castaño ── Solo unos minutos ── Le insistió cuando lo vio girar la cabeza hacia la casa. 

──Está bien, pero solo unos minutos ── Asintió.  

Mientras paseaban por el camino de tierra que bordeaba extensiones de verde césped, árboles y arbustos, charlaron sobre la película que Jimin estaba pensando en producir, pero al cabo de un rato se quedaron callados los dos. Jimin se sentía tan cómodo con él que en ese momento le habría parecido lo más  natural estirar el brazo y acercarlo a él, pero no lo hizo. No debía. Sin embargo sabía que aquella era una sola batalla y que tendría que vencer a muchas otras para ganar la guerra, lo cual sin duda iba a volverse más y más difícil cuanto más tiempo pasara. 

──El día está bueno, ¿verdad? ── Comentó Yoongi. 

──Si es verdad, aunque por desgracia dentro de un momento tendré que volver dentro ── Contestó mirando el reloj de pulsera ── Estoy esperando una llamada a las once. 

Embarazado de un millonario [Jimsu] [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora