Capitulo 10

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Durante el mes siguiente, dediqué toda mi energía a limpiar la casa de mis padres. Intenté estar lo más borracho y ocupado posible en todo momento. En realidad, nada de eso me ayudó a olvidar lo que pasó con JungKook, pero al menos me hizo perder el conocimiento por la noche para no quedarme despierto pensando en toda la mierda de lo que podría haber sido/tendría que haber sido/debería haber sido.

Después de encargar a un servicio de limpieza que arreglara todos los desperfectos que había causado durante mi rabieta, pedí que vinieran expertos a valorar lo que quedaba, contraté a empresas para que subastaran o vendieran literalmente todo lo que no había hecho pedazos y puse la casa a la venta.

No quería ni un solo recuerdo de aquel lugar, y JiSoo dijo que ella tampoco. Acordamos repartirnos el dinero, aunque al principio se opuso. Pero yo insistí.

Honestamente, esperaba que cuanto más dinero pudiera poner en sus manos, lejos de ese imbécil con el que se había casado, más cómoda se sentiría para dejarlo finalmente.

—Siento llegar tarde —dijo JiSoo, deslizándose en la mesa de enfrente y cogiendo mi bebida de la mano para dar un largo sorbo.

—Sírvete —dije, poniendo los ojos en blanco mientras ella vaciaba mi vaso—. ¿Estás bien?

—Estoy fantástica —dijo, sonriéndome.

Se la veía fantástica. No la había visto tan radiante desde... bueno, ni siquiera recordaba cuándo.

Habíamos quedado para cenar y celebrar que habíamos terminado las obras de la casa de mamá y por fin la habíamos puesto a la venta. Además, no nos habíamos visto mucho en las últimas semanas y los dos queríamos vernos y ponernos al día.

—¿Qué ocurre? —le pregunté sonriéndole. le pregunté, sonriéndole.

—Estuve en la oficina de mi abogado —admitió, su sonrisa se ensanchó aún más—. Voy a dejar a BoHyun.

—Eso es genial, JiSoo. —Me acerqué y apreté su mano—. Dios, me alegra tanto oír eso.

—Sí —soltó un suspiro y se dejó caer contra la cabina—. Sé que debería haberlo hecho hace años, pero tenía miedo.

—Lo entiendo —le aseguré—. Y siento haber sido tan idiota contigo.

—No. —Sacudió la cabeza—. No más disculpas entre nosotros, ¿vale? Tenías razón y, sinceramente, yo también la tenía. Pero todo acabará pronto, y JiWoo y yo podremos seguir con nuestras vidas, y BoHyun con la suya. Esto será bueno para todos.

—No te está dando ningún problema, ¿verdad? —pregunté, con la mirada entrecerrada.

—No, Jin. En realidad, se está portando muy bien. Así que no... no sé... no vayas a por él ni nada, ¿vale?

—No lo haré —le prometí—. ¿Quieres que retire la casa del mercado para que JiWoo y tú puedan mudarse?

—Me quedo con nuestra casa —dijo—. No, tienes razón sobre la casa de mamá. Necesita irse. Es como Amityville Horror. Que sea problema de otro.

Pedimos la cena y nos conseguí una botella de champán para celebrar la gran noticia de JiSoo, además cada uno pedimos bebidas adicionales también.

—Voy a tener que pedir un coche para volver a casa —dijo JiSoo mientras cogía su copa de champán y se la bebía de un largo trago.

—Maldita sea, supongo que sí —dije riéndome mientras rellenaba su copa—. Podemos compartir coche.

—¿Cuándo fue la última vez que estuviste lo bastante sobrio como para conducir? —me preguntó, enarcando una ceja.

—No he necesitado ir a ningún sitio —respondí encogiéndome de hombros—. Me he quedado en casa y me lo han traído todo.

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