ᛰCapitulo 22ᛰ

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Una sola vez al pasar los treinta días, el defensor de los dragones se escabulle hacia un lugar totalmente diferente, entre la oscuridad se desliza y llega hasta la gran casa de una mujer

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Una sola vez al pasar los treinta días, el defensor de los dragones se escabulle hacia un lugar totalmente diferente, entre la oscuridad se desliza y llega hasta la gran casa de una mujer.

La observa sin razón, su corazón siente algo pero no logra descifrar  lo que nace en su interior cada vez que ve las lágrimas de esa mujer de cabellos cafés, sus lamentos rompen su alma de dragón. Algunos recuerdos llegan a su mente, sin embargo no logra quedarse en su cabeza, porque al día siguiente su sentir se vuelve parte de la gran lucha que tiene que seguir cada día desde que nació de la gracia del fuego y la voluntad de los dragones Luminosa.

—¿Que soy realmente?_Se pregunta así mismo mirándose a través del reflejo del agua.—¿Soy un dragón o un humano?_Hoseok observa su orejas puntiagudas, deja salir sus colmillos, siguen sin entender su existencia.

Al pasar los años se acostumbró a su imagen, pero en su interior siempre habían enigmas que nunca iba resolver. Intentaba acercarse a los humanos, ¿pero cómo podría hacerlo?

Día tras día, él veía la crueldad humana a través de sus ojos verdes, cuando la noche era irreconocible, sus alas negras visitaban el sufrimiento mortal. En sus travesías, se encontró con un humano observando a los dragones, él no hacía mayor cosa, solo se quedaba ahí esperando.

Por un momento se sintió acompañado, pero cuando ese hombre decidió atacar contra el bienestar de su hermanos dragones, no tuvo alternativa que desecharlo de sus intereses.

—Creí que serías mejor._ Susurro para si mismo, a la dirección de aquel moreno.—Vamos Noor, es hora de volar.

Los encuentros con aquellos que asesinaban a sus amigos, se hacían con más frecuencia, los humanos lo consideraban como un enemigo. Su fuerza aumentaba al tener más experiencia en batalla, sus instintos como dragón eran más finos y casi imperceptibles, de no ser, por esos varones. Al cruzar miradas con aquellos asesinos, sus manos temblaban y no podía seguir lanzando flechas, aquellos que lideraban las emboscadas hacia los dragones salían ilesos por su compasión.

—¿Por qué nunca puedo atravesarle una flecha?_Suspiro cansado, Nube buscaba de sus acaricias.—He matado a cientos de humanos, pero nunca he podido apuntar hacia esos dos, y el observador nunca me molesta, solo…No se que me pasa. A veces mi alma se fragmenta y no logro entender lo que siento.

Las quemaduras desaparecían, el dolor nunca se percibió, la cura a todos sus males era ver un hermoso rostro familiar que añoraban con besar y tocar, pero la sorpresa les gano, cada varón se mantenía en silencio, Hoseok ayudaba a sanar las quemaduras, que él, en defensa propia, había provocado.

Haerin miró extrañada a su padre, luego a sus tíos y por último a los demás, sus expresiones eran extrañas e incómodas, ya que Hoseok era el punto de atracción.

—¿Está segura que él es tu padre?_Hoseok se acomodo al lado de la niña, susurro un poco decepcionado.

—Sí, él es mi padre, ¿por qué?

Entrenador de Dragones-[BtsxHoseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora