Mi tiempo

Capítulo 4

Orión se acercó al único sanador de la sala, con la molestia retumbando a través de él. Su tallo sereno y sin prisas, y el sanador se giró para darle un gesto de agradecimiento, los Black habían donado tanto que nadie voluntariamente quería enemistarse con el mago, incluso si no les agradaba. Afortunadamente, encontraron bastante agradable tratar con el heredero Orion Black, aunque algo distante. Descaradamente quería estar en otro lugar, pero Yule apenas se estaba calmando, sin duda estaba extrañando los últimos días de toda su familia a su alrededor para estar aquí.

"Si encuentro que los registros médicos del heredero Peverell todavía están expuestos en diez minutos, iré directamente al administrador y me aseguraré de que todos los que hayan pasado por esta sala se queden sin trabajo". Orión declaró seriamente; se sintió gravemente ofendido por el hecho de que mostraran, incluso accidentalmente, el expediente médico privado de alguien. "Entonces se lo haré saber al público en general y se encontrará con escasez de pacientes y donaciones".

Eso fue hasta que abrió la boca, pero no se sintió enojado, se sintió avergonzado por su propio fracaso. Había estado trabajando el doble de tiempo y estaba agotado; no es excusa para tanto. El heredero Black tenía toda la razón, si alguien más se hubiera dado cuenta y no hubiera sido tan amable de mencionarlo, muy bien podría haber perdido su trabajo o haberle pedido que se tomara unas vacaciones. Por petición fue realmente una demanda. "Por supuesto, me disculpo y gracias por informarme, heredero Black", dijo, "Disculpe", y con eso el sanador rápidamente se dirigió directamente a la habitación en la que habían colocado a Peverell.

Orión siguió a un ritmo más tranquilo, contento con los resultados. Había aterrorizado al sanador y, con suerte, un incidente así no volverá a suceder. Claramente no notó todas las miradas que lo observaban, con miradas de admiración, todas deseando tener el tipo de atracción para conseguir a un mago tan guapo.

"Sólo quiero agradecerte de nuevo", dijo una de las jóvenes medibrujas, siguiéndolo al interior de la habitación. "Has hecho felices a tantos niños esta noche". Dijo maravillada, parándose frente a él, impidiéndole moverse hasta que respondiera.

Orión aguantó su exasperación; esta noche le habían agradecido un millón de veces. Todos ellos intentos vacíos de hablar con él, y sólo unos pocos realmente lo dicen en serio. Miró más allá de la medibruja y notó que Peverell estaba escuchando, con la cabeza inclinada hacia un lado observándolo. Los ojos verdes brillaban llenos de diversión, al menos alguien estaba divertido, pensó con ironía. Aunque escuchar conversaciones ajenas es de mala educación.

"Me alegro", respondió Orión, su tono suave y desinteresado, todo lo que había hecho fue darles a los niños algunas baratijas y algo de comida. La comida sería objeto de burla y las baratijas se desecharían en cuestión de minutos. No vio particularmente el sentido, pero desafortunadamente sus padres esperaban eso de él.

"Estás haciendo algo increíble", continuó la medibruja, "¿Tienes más protecciones que hacer? ¿Puedo ir contigo?" casi pestañeando ante Orión. Él era hermoso, ¿quién podría culparla por sus intentos de pasar más tiempo con él?

"Meredith, ¿no tienes que completar tus rondas?" El sanador Smethwick ladró mientras caminaba por el pasillo, claramente molesto por todos los que merodeaban por la sala en lugar de cumplir con sus deberes. "Heredero Black, ¿tu prometido no está contigo?" el sanador tenía edad suficiente para saber que las futuras esposas generalmente también eran atraídas al trabajo.

Meredith se sonrojó de un rojo intenso, antes de escabullirse no sin antes darle a Orión una última mirada de anhelo.

Hayden arqueó una ceja, por lo que ya estaba comprometido con Walburga, el pobre diablo. Si ella se pareciera en algo a su retrato, la banshee que era, él estaría constantemente sangrando por sus oídos. Sin embargo, no tenía idea de cómo funcionan los compromisos, tenía mucha investigación que hacer para encajar aquí. Las cosas eran tan enormemente diferentes (lo que lo sorprendió) que no esperaba mucha diferencia en el mundo mágico.