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Trabajaba en una concesionaria de automóviles, a diario, tenía que lidiar con una gran cantidad y variedad de clientes, algunos quisquillosos a la hora de elegir un auto, subiéndose a todos sólo para elegir alguno que los haga sentir cómodos, parejas extrañas en búsqueda de un nuevo auto, padres buscando autos para sus hijos, podía ver todo tipo de personas y hablar con sus clientes era de las cosas que más se le facilitaban, así que no le fue imposible aprender a tratar con las diferentes personalidades de los clientes.
Pero ahora era un día diferente, importante en ciertos aspectos, debido a que el gerente de la concesionaria les había pedido llegar temprano y hacer su trabajo de la mamera más impecable posible, debido a que su jefe daría una visita por la concesionaria, no solía darles el "gusto" a los trabajadores de recorrer las oficinas, pero parecía que iba a ser una ocasión especial. Su horario de trabajo comenzaban desde las 8:00AM hasta las 8:00PM.
Eran ya las 5:00PM apenas era la mitad de su jornada laboral y el jefe aún no llegaba, acababa de cerrar un negocio con unos clientes que estaban en búsqueda de un nuevo auto para celebrar el cumpleaños 18 de su hija, solían contarle toda su vida y gracias a ello, encontraba el auto perfecto o el que les satisfacía más que la gran cantidad de opciones que les daba, se despidió de la pareja, dejándolos en manos de otro trabajador que era el encargado de seguir dándoles más información sobre el coche para que lo pudieran ver más de cerca que los que tenían en exhibición, hasta que una de sus compañeras se acercó a él, con una sonrisa nerviosa y pasos rápidos y torpes.
-Checo, el jefe está por llegar.-Habló al oído de Pérez, quién asintió con la cabeza.
-¿Y sabes para qué viene?
-Sí, creo que...
Sus palabras se vieron interrumpidas cuando la puerta principal fue abierta, un hombre de cabello negro con unas cuantas canas amenazando su cuero cabelludo, una camisa blanca perfectamente planchada, sin arruga alguna, un traje negro que lucía también impecable, zapatos de vestir brillantes y unas cuantas arrugas que amenazaban su rostro, una cara de molestia pero con una extraña sonrisa en su rostro, era su jefe. De inmediato, todos tomaron sus puestos y la mujer que antes estaba con Sergio, corrió a recibir al hombre.
-Bienvenido sea, señor Hervé Leclerc, buena tarde.
-Buena tarde, Alice, luce hermosa.-Halagó a la rubia, quién sonrió nerviosa y empezó a caminar junto con el jefe.
Y detrás de él, caminaba un hombre más joven que él, que vestía ropas mas informales a comparación del hombre mayor, miraba a sus alrededores, a los autos y parecía tener una expresión casi asombrada en su rostro, cómo un niño pequeño.
Luego de unos segundos, Hervé se acercó al mexicano, quién dibujó de inmediato una sonrisa para recibirlo.-Señor Leclerc, es un honor tenerlo aquí.-Saludó, estrechando la mano con su jefe.
-Sergio, debo decir lo mismo, hace mucho tiempo que no te veía.
Sergio y el jefe tenían una relación cordial, pues él personalmente había sido el encargado de contratarlo, incluso su jefe le había dado la confianza de tutearlo, pero Sergio mantuvo su manera formal de dirigirse a él, sería extraño darse ese tipo de libertades.
-Digo lo mismo, señor.
-¿Cómo te va con tus niños?
-Bien, señor, en poco tiempo es la graduación de Andy.
-Debes de invitarme, me sentiría ofendido si no.-Avisó sonriente.
-Por supuesto, usted es bienvenido en mi casa.
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Te daría mi vida pero la estoy usando ❛❛Checlerc❜❜
FanfictionSergio se quedó al cuidado de sus dos niños luego de una trágica noche. ⸦⸧ִֹ ◌ ⸦⸧ִֹ ◌ ⸦⸧ִֹ ◌ ⸦⸧ִֹ ◌ ⸦⸧ִֹ ◌ ⸦⸧ִֹ ◌ ⸦⸧ִֹ 𖧧 ָ࣪ Esto NO es omegaverse 𖧧 ָ࣪ Historia algo extensa 𖧧 ָ࣪ Capítulos cortos 𖧧 ָ࣪ La finalidad de la historia no es ofender n...