Capitulo 22.

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Mientras caminaban la pelirroja iba en medio de sus dos amigos que intentaban protegerla de que nada malo le pasará a ella.

—¿Oyes algo? —susurró Ron.

—¿Crees que será un fantasma?

—No lo sé… a mí me parecen alas.

Llegaron hasta el final del pasillo y vieron ante ellos una habitación brillantemente iluminada, con el
techo curvándose sobre ellos. Estaba llena de pajaritos brillantes que volaban por toda la habitación. En
el lado opuesto, había una pesada puerta de madera.

—¿Crees que nos atacarán si cruzamos la habitación? —preguntó Ron.

—Es probable —contestó Harry—. No parecen muy malos, pero supongo que si se tiran todos juntos… Bueno, no hay nada que hacer… voy a correr.
Respiró profundamente, se cubrió la cara con los brazos y cruzó corriendo la habitación. Esperaba sentir picos agudos y garras desgarrando su cuerpo, pero no sucedió nada. Alcanzó la puerta sin que lo
tocaran. Movió la manija, pero estaba cerrada con llave.
Los otros dos Gryffindor lo imitaron. Tiraron y empujaron, pero la puerta no se movía, ni siquiera cuando
Hermione probó con su hechizo de Alohomora.

—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Ron.

—Esos pájaros… no pueden estar sólo por decoración —dijo Theodore.
Observaron los pájaros, que volaban sobre sus cabezas, brillando… ¿Brillando?

—¡No son pájaros! —dijo de pronto Hailey—. ¡Son llaves! Llaves aladas, miren bien. Entonces eso debe significar… —Miró alrededor de la habitación, mientras los otros observaban la bandada de llaves
—. Sí… miren ahí. ¡Escobas! ¡Tenemos que conseguir la llave de la puerta!

—¡Pero hay cientos de llaves!
Ron examinó la cerradura de la puerta.

—Tenemos que buscar una llave grande, antigua, de plata, probablemente, como la manija.

Cada uno cogió una escoba y de una patada estuvieron en el aire, remontándose entre la nube de
llaves. Trataban de atraparlas, pero las llaves hechizadas se movían tan rápidamente que era casi imposible sujetarlas.

Después de unos minutos moviéndose entre el remolino de plumas de todos los colores la pelirroja detectó una gran llave de plata, con un ala torcida, como si ya la hubieran atrapado y la hubieran introducido con brusquedad en la cerradura.

—¡Es ésa! —gritó a los otros—. Esa grande… allí… no, ahí… Con alas azul brillante… las plumas están aplastadas por un lado.

Ron se lanzó a toda velocidad en aquella dirección, chocó contra el techo y casi se cae de la escoba.

—¡Tenemos que encerrarla! —gritó Harry, sin quitar los ojos de la llave con el ala estropeada—. Ron, ven desde arriba, Hermione, quédate abajo y no la dejes descender. Yo trataré de atraparla. Bien:
¡AHORA!
Ron se lanzó en picado, Hermione subió en vertical, la llave los esquivó a ambos, y Harry se lanzó tras ella. Iban a toda velocidad hacia la pared.

Theo y Blaise también perseguían la llave que intentaba escapar de ellos hasta que Harry la agarró.

Aterrizaron rápidamente y Harry corrió a la puerta, con la llave retorciéndose en su mano. La metió
en la cerradura y le dio la vuelta… Funcionaba. En el momento en que se abrió la cerradura, la llave salió volando otra vez, con aspecto de derrotada, pues ya la habían atrapado dos veces.

—¿Listos? —preguntó Harry a los otros, le tomo la mano a su hermana y  la mano libre la puso en la manija de la puerta. Asintieron. Abrió la puerta.

You're On Your Own, Kid | Draco Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora