Capítulo 44.

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Se oyó caer al suelo la varita de Harry y luego se hizo el silencio, sólo roto por el goteo de la tinta que aún manaba del diario

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Se oyó caer al suelo la varita de Harry y luego se hizo el silencio, sólo
roto por el goteo de la tinta que aún manaba del diario. El veneno del basilisco había abierto un agujero incandescente en el cuaderno.

Harry se levantó temblando. La cabeza le daba vueltas, como si hubiera recorrido kilómetros con los polvos flu. Recogió la varita y el sombrero y, de un fuerte tirón,
extrajo la brillante espada del paladar del basilisco.

Le llegó un débil gemido de dolor del fondo de la cámara. Hailey se movía.

—Hailey— hablo Theo.

Harry corrió hacia ella, la pelirroja se levantó del regazo de Theo, y sus ojos desconcertados pasaron del inmenso
cuerpo del basilisco a Theo a Harry, con la túnica empapada de sangre, y luego al cuaderno que éste llevaba en la mano.

—¿Y Tom?

—Ya no está— dijo Harry.

—Ginny me trajo aquí... ¿Aún no morí?

Harry y Theo voltearon a ver a la otra pelirroja.

—Harry..., ah, Harry, intenté decírselos  en el desayuno, pero delante de Percy no fui capaz. Era yo, Harry, pero te juro que no quería... Riddle me obligaba a hacerlo, se
apoderó de mí y... Lo último que recuerdo es que salió del diario.

—Ha terminado todo bien —dijo Harry, cogiendo el diario para enseñarle a Ginny Y Hailey el agujero hecho por el colmillo—. Riddle ya no existe. ¡Mira! Ni él ni el basilisco.

—¿Lo mataste? Bueno... En teoría...

—Si.

—Diablos Harry, Tom era bastante guapo... ¿Cómo este chico pudo terminar como el monstruo que vimos hace una año?

—¿Enserio?— pregunto Theo—, casi te mata y piensas en si era guapo.

—Bueno... Cada quien.

—Tienes que dejar de juntarte con Pansy.

—...

—Vamos, salgamos... —dijo Harry.

—¡Me van a expulsar! —se lamentó Ginny, incorporándose torpemente con la ayuda de Harry—. Siempre quise estudiar en Hogwarts, desde que vino Bill, y ahora tendré que irme y.. ¿qué pensarán mis padres?

Hailey se levantó del suelo con la ayuda de Theo.

Fawkes los estaba esperando, revoloteando en la entrada de la cámara. Harry apremió a Ginny. Dejaron atrás el cuerpo retorcido e inanimado del basilisco, y a través
de la penumbra resonante regresaron al túnel.

Tras unos minutos de andar por el oscuro túnel, a los oídos de Hailey llegó un distante ruido de piedras.

—¡Ron! —gritó Harry, apresurándose—. ¡Ginny está bien! ¡La traigo conmigo!

You're On Your Own, Kid | Draco Malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora