●♡●★ Capítulo dos ★●♡●

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-Mejor regresa a tu empresa. 

-¡Demonios Zhan! Lo que tenías no es cosa sencilla.

-Era consulta de control. Y como dijiste "tenia" ya no lo tengo. 

-Tenías un maldito tumor en tu garganta y solo me dices que no ibas a morir! 

-No me voy a morir, el tratamiento funcionó. 

-¡No te entiendo realmente! Trato pero no puedo. 

-Por quien deberías de preocuparte es por Dilmuraba y por tu hija. Estas perdiendo tu tiempo. 

-¿Cuánto más debo decir que la relación que tenia con ella se acabó? 

-Yibo ya te dije que no me importa que me expliques. No voy a entender lo que me digas. -seguía caminando-. 

-¡¿QUE MÁS DEBO HACER?! 

-...

-¡Al único quien ama mi corazón es a ti! 

Las muestras de cariño que mostraba Yibo eran falsas para su percepción, algo a lo cual estaba acostumbrado desde que cumplió seis años de matrimonio, sin contar que a cada rato Dilmuraba venia hacerle una charla educativa, a la cual no le prestaba la más mínima atención y desquiciaba a la pobre mujer. 

-Lo siento, pero yo no te amo y tampoco creo que pueda amarte. 

Sin más que decir se fue a la que aún era su casa por siete meses más. Fecha que estipulaba la cláusula para dar concluida la unión. 

Era irónico pero Yibo ahora se sentía como sus antiguos amantes, usado y desechable. 

-¿Por qué tuve que enamorarme de un tipo como tú? .-miraba al cielo con pesar-. 

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Su cabeza aveces trataba de entender, pero no lo culpen por no ser como los demás. En todos estos años viviendo en la ignorancia, descubrió que no sólo Ren Mi se mostraba "amigable" aunque no le mostrará como se debía, también estaba el chiquillo regordete que siempre le sonreía y buscaba su compañía. 

No sabía porque pero solo por ese pequeño mocoso, hizo que el contrato se dilatará un año más, ya que hubo algo en su rostro que motivo a que reaccionará su cerebro dormido de la emociones y sensaciones sin ser consciente del asunto. 

Todavía recuerda cuando Wang Yuan se cayó de las escaleras y nadie venía para ayudarle pensando que estaba haciendo una broma para llamar la atención, pero horas más tarde recibieron la reprimenda del siglo cuando los encontraron a los dos desmayados. 

Ese día Wang Yibo lea redujo el salario a todos sin excepción por haber descuidado a su hijo. De ese día aprendieron que debían tener los ojos puestos en Xiao Zhan y el pequeño heredero. 

-¡Zhan Zhan!

-Hola A Yuan.

-¡Vamos a jugar!

-Primero me daré un baño y después jugaremos. Recuerda que estoy llegando de un lugar contaminado. 

-Ok. Entonces te espero en el jardín.

Su recuperación se la debería a ese niño si se sometía al tratamiento que propuso Li Qing en un comienzo cuando iba a la psicóloga del colegio de Xiao Ying. 

Aquel tratamiento no dejaba duda alguna sobre las posibles complicaciones que podrían traer como dolores recurrentes de cabeza, palpitaciones que con el tiempo mejorarían pero el éxito está garantizado.

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