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єѕρєcιαƖ ηανιɗєñσ

—cαƖιєηтє ηανιɗαɗ—

•Spreen x Auron x Reborn•

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La nieve llenabá las calles de la ciudad. El frío estaba en cada rincón de los suburbios y sus habitantes estaban abrigados hasta el cuello. Bufanda, guantes, gorro y un abrigo bien abrigador era lo indispensable para salir a las heladas calles.

La campana de la entrada de la cafetería hasta el tope de gente sonó, dando aviso de que un nuevo cliente había ingresado o uno había salido. La pareja entro al local en busca de café, pedido por el menor del grupo, a lo cual ninguno de los otros dos se negaron, pues ambos eran fans de esa bebida y más en esa época del año.

Spreen: ¿Cuál queres? -su mirada fue dirigida al de más baja estatura.-

Auron: Quiero un chocolate caliente.

Rebor: ¿Pero qué no querías un café? -cuestiono mientras sacaba su billetera del bolsillo, pues él sería el responsable del pago como la gran mayoría de ocasiones.-

Spreen: Che, déjalo. Vos cómprale lo que pide. -su mano fue colocada en el gorro del castaño, acomodandolo mejor en su cabeza junto con sus orejeras para el frío en forma de conejito.-

Reborn: Claro, como tú no pagas, hijo de puta. -se quejo mientras miraba al par, observando la acción del mayor de esos dos, negado leve con la cabeza con una sonrisa en el rostro que desconocía en que momento se había hecho presente.-

Auron: No seas quejica, coño y cómprame el chocolate. -ahora fue turno del heterocromatico de hablar, haciendolo para insultar a su pareja y pedir nuevamente su bebida chocolatosa. Sí, habían entrado ahí por café, pero vio el chocolate entre las opciones y no podía decir que no a la tentación.-

Reborn: Tu calla, no puedes hablar, nunca pagas nada, cabronazo. -ataco al contrario que colocó su mano en su pecho de una forma dramática, causando la leve risa del hibrido.-

Spreen: Uy, capo, ahí a tenido razón. Nunca pagas nada.

Auron: Porque me aman mucho. Por eso pagan por mi. -sus manos fueron a la cremallera de su abrigo. Empezaba a tener más frío a pesar de estar dentro del local y con el calor de las máquinas creadoras de las bebidas junto con el calor que creaba tanta gente junta.-

Reborn: ¿Y tú qué?

Spreen: Che sí, ¿no nos amas? 

Sus dos parejas se habían ido ahora contra el menor del grupo, que frotaba sus manos entre sí, en busca de crear calor con la fricción entre ambas extremidades. Auron paro sus movimientos al ver la mirada de el par en él.

Auron: Yo los amo, pero se los demuestro de otras formas. -antes de que pudieran seguir con esa conversación se alejo de sus parejas hacia la ventana, pues ya se le habían acabado sus justificaciones del porque nunca pagaba nada.-

Su mirada bicolor fue a las luces que brillaban en las calles, resaltando por sus colores entre la manta blanca que cubría cada rincorn. Sus colores eran rojo y verde, algunos variaban y agregaba el amarillo o azúl a la combinación. Muchas veces más antes había podido tener esa vista, en distinto lugar pero la misma vista. Ahora, el día de hoy, no solo variaba la localización, si no también el sentimiento que sentía en su pecho. Se sentía cálido, como nunca antes.