Antes de despedirse el día de los batidos, Jihyo le había pedido su número. Sana no cabía de felicidad mientras miraba el contacto de la chica en la pantalla de su móvil.
—¿Piensas enviar un mensaje o vas a guardarlo en una vitrina como un trofeo toda la vida? —se burló Momo, que había ido a casa de Sana para probarse juntas los uniformes que usarían en el festival navideño del instituto.
Sana salió de su trance y dejó el móvil en el escritorio.
—En realidad ya nos hemos enviado un par de mensajes. Ella envió el primero —puntualizó. La sonrisa presumida en sus labios hizo que Momo pusiera los ojos en blanco.
—Felicidades —dijo Momo sin entusiasmo—. Ahora haz el favor de dejar de restregarme tu ligue de navidad en la cara y ayúdame con esto, ¿quieres?
El uniforme de las chicas constaba de un vestido negro sencillo con botones en el torso y un cuello con forma de V muy discreto, que alternaba entre elegancia y comodidad. Ceñido a la cintura, debían atarse un delantal blanco que contenía un pequeño bolsillo para guardar la pequeña libreta de comandas. Sana ayudó a Momo con el lazo del delantal.
—Nada mal —opinó Sana mientras Momo daba vueltas sobre sí misma una y otra vez, mirándose en el espejo interior del armario—. Y no sé de qué te quejas, si casi me arrojas a los brazos de Jihyo en la cafetería después de acribillar a la pobre con preguntas. Solo te faltó decir que yo tampoco tengo pareja.
—Pensé en decir que eres una lesbiana excesivamente enamoradiza que necesita un poco de amor por Navidad, pero quería salir viva de ahí. Me reservo mis mejores comentarios para otro momento.
—Inteligente decisión.
—¿No te parece que los hombros están demasiado rectos? Creo que debería devolvérselo a Suhee para que los arregle.
—Sí, un poco de hilo y aguja serán suficientes.
—Genial. Te toca. —Momo deshizo el nudo de un tirón y arrojó el delantal a un rincón antes de desplomarse en la cama de Sana—. ¿Y de qué habéis hablado? ¿O solo te dedicas a mirar la foto de perfil de Jihyo como una acosadora?
—Claro que no. —Sana comenzó a quitarse el pijama, riendo por lo bajo—. Hemos hablado de todo un poco, la verdad. Es difícil aburrirse con ella. Anoche ni siquiera me di cuenta de lo tarde que era mientras nos escribíamos.
—Ah, por eso estabas durmiendo cuando llegué —señaló Momo, mientras Sana se ponía el vestido—. Chica, ni siquiera ha pasado tanto tiempo para que te desveles por ella. ¿Te gusta tanto?
Sana se abotonó la parte superior del vestido, intentando distraerse para no terminar colorada hasta las orejas.
—No es eso.
—Por supuesto —murmuró Momo con escepticismo, sin dejar de sonreír.
—No, en serio.
—Sí, claro.
ESTÁS LEYENDO
Propósito de Navidad ➳ SaHyo
ContoEstas Navidades, Jihyo tiene un propósito: enamorar a la linda chica vestida de Santa que le robó el corazón.