5

1.4K 177 26
                                    

Su día pasó con lentitud y con rapidez, todo a la vez. La música se colaba por sus oídos, relajándolo, paseándose por todo el sendero de las calles. Pasando árboles y edificios.

Sus manos reposaban en los bolsillos de su pants, no hacía frío, ni tampoco había un viento efusivo. Cuando llego a la cafetería cerca de su casa estaba cerrado, le extraño, pero enseguida se fue su confusión, claro que estaría cerrado, todo estaría cerrado a las 4:30 de la mañana, por lo que tuvo que aguantar el hambre hasta que abrieran algo. Por un momento pensó en regresar a su casa, hacerse algo de comer (algo casero) y de una vez por todas limpiar el desorden que dejo días atrás en la cocina. Pero solo se quedó en eso, en un pensamiento que en un momento a otro se esfumó.

Cruzo la entrada a la universidad y para ese momento ya habían llegado varios de sus compañeros de carrera, se dirigió a su laboratorio para seguir con la investigación que había dejado pendiente, y aunque la entrega de esa investigación era para la primera semana del siguiente mes, la ansiedad lo incomodaba, la insaciable sensación que el tiempo se Iba volando le hacía sentir un vacío.

Al poco tiempo llegó su amigo Carlos, con el cual pasó tiempo en la cafetería. Este le preguntó - ¿qué tienes... ¿Pasa algo?- como siempre Carlos era el que más se preocupaba, era ese típico amigo que no se le escapaba nada y sabía perfectamente lo que ocurría con solo verte, pero siempre lo camuflaba con solo sospechas y te interrogaba hasta sacarte información, hablar contigo de lo ocurrido y después proponía soluciones, sin duda una persona enormemente amable y empática.

-estoy bien... solo que no dormí bien y me desperté muy temprano - se adelantó a las preguntas que le haría su amigo, las cuales eran "¿qué pasa?, ¿por qué estás así?, ¿pero estás bien?"

-¿Estás seguro? Si quieres, te llevo a tu departamento para que duermas un rato y te justifico con la rectora.

El pelinegro sonrió por las ideas que su amigo siempre le proponía por su bienestar, incluso llegando a sentirse culpable por no ser un amigo igual que Carlos.

-Estoy seguro, además... necesito avanzar en la investigación del testeo en animales, que, por cierto, he descubierto muchas cosas, estoy seguro de que el profesor me dará una excelente calificación.

Carlos lo miro por un momento, sabía que no estaba bien, y que no era solo el que no haya dormido, sabía perfectamente que algo no estaba bien, porque se veía demacrado, afligido y extrañamente tranquilo y pensativo, algo que no definía a Checo en ninguno de los aspectos desde que lo conoce, sin embargo, sabía que no le podría sacar nada, no al menos por el momento y simplemente lo dejo pasar, al menos hasta el día siguiente.

Después de eso, las horas llegaron a su fin, al menos las del horario escolar, y se pudo retirar a su casa, con una mochila pesada, con la presión de la investigación, que volvió a dejar pendiente, y el hecho de tener que regresar a su departamento.

Estaba enfrente de él, de su puerta, solo necesitaba abrirla y estaría dentro de "su hogar", el cual ya no se sentía así, ya no después de la noche anterior, de lo que pasó.

Suspiro y entró después de abrir la puerta con sus llaves, aliviado porque esta estaba cerrada y no estaba abierta como el día anterior.

Prendió los focos que no recordó haber apagado. —Qué extraño —pensó el pelinegro, dejando su mochila en la mesa y yendo a la cocina por un bazo de agua.

-Que...

Suelto un suspiro de confusión que se transformó en miedo.

Ya no había platos sucios en su lavabo, lo cual no debería ser así, porque él no estuvo en su departamento, Él no lavó los platos, había salido de su departamento para comer en otro lado, precisamente porque no quería lavar nada.

YOUR MINE  (Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora