I|| The youngest victor: Finnick Odair

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El cuatro era considerado un distrito "rico" entre los doce de la nación de Panem; costas preciosas a su total alcance y de donde sacaban su principal elemento y comida; cercanía al Capitolio, lo que los hacia un distrito de lo más cotizado; consi...

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El cuatro era considerado un distrito "rico" entre los doce de la nación de Panem; costas preciosas a su total alcance y de donde sacaban su principal elemento y comida; cercanía al Capitolio, lo que los hacia un distrito de lo más cotizado; considerado como uno de los distritos con más gente "atractiva" que le llamaba la atención al Capitolio; y grandes tributos para los juegos del hambre, todos con impresionantes habilidades de pelea y en varias veces voluntarios para estos mismos.

Ese no fue el caso de Finnick Odair.

Un joven de catorce años que se había quedado sin padres tan sólo tres años atrás y que luchaba con todo lo que tenía para que no lo separen de su pequeña hermana de tres años.

Él no se imaginaba a si mismo dentro de los juegos pues un paso en falso y dejaría a su hermana completamente sola en el mundo, no estaba ni en sus más alocados planes ser parte de los infames juegos del hambre y, aún así, el destino le dijo todo lo contrario.

Su nombre expuesto ante todo mundo y la falta de voluntarios le hizo caminar hacia el frente para presentarse en los juegos.

Ver a su hermana llorando mientras su vecina la consolaba o tal vez evitaba correr hacia él, le hizo entender desde ese momento una única cosa: El sería el vencedor de los 65° juegos del hambre.

No porque creía ser el mejor con el tridente, ni porque podía usar su notable encanto para seducir al Capitolio y así ayudarlo en la arena, era porque su hermana se merecía conservar a su familia y tener una vida donde valga la pena seguir adelante.

Y eso fue lo que hizo.

Mostró sus encantos de joven adolescente al Capitolio, aprendió todo lo que pudo de su mentora y nueva amiga Mags Flanagan, entrenó con su tridente hasta que se le entumieron los brazos y tuvo el estómago suficiente para tener que matar por supervivencia, y finalmente, ganó los juegos, volvió a su preciado distrito cuatro con la victoria y el cariño del Capitolio detrás de él, justo para llevarse a su hermana en brazos a la nueva vida que le deparaba tanto a él como a ella.

Finnick recordaba perfectamente el primer día de vuelta al Distrito cuatro, después de esa exhibición de él ante la comunidad y su discurso de victoria. Cuando estuvo a solas y los agentes de la paz escoltaron a su hermana a esa oficina, esta vez para reunirse y no para despedirse.

Nadie se la tuvo que arrancar de los brazos mientras lloraba, nadie lo tuvo que alejar de ella. Ahora ambos estaban juntos para siempre y el iba a ser capaz de darle la vida que se merecía a su pequeña Morgan.

La aldea de los vencedores del distrito cuatro estaba ubicada en uno de los extremos más vistosos del lugar en un largo acantilado frente al mar, eran casas hechas de piedra que resaltaban entre todas las demás,  justo en el punto donde sus residentes vieran el sol entre el cielo y el mar desaparecer y sus privados trozos de playa a los cuales podías acceder por escalera cuando quisieran desde ese vistoso risco, eso era suficiente y mucho más para la diminuta familia Odair.

The Manuscript [The Hunger Games]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora