"Esta es la historia de un chico que conoce a otro chico. Pero no supongan nada, esta no es una historia de amor."
Aquino es un escritor de tarjetas de felicitación, se sorprende totalmente cuando su novio, Natalan, repentinamente lo abandona. Él an...
Este día era lo contrario al día 282, los dos jugaban a tener su casa aunque fueran secciones del hogar en Ikea. Jugaban a la típica pareja recién casada donde la esposa le sirve de comer a su marido que llego cansado del trabajo.
La gente los miraba raro mientras corrían por los pasillos pero no les importaba para nada. Se acostaron ambos en una cama y mientras seguían con su rol de pareja recién casada, ambos se miraron fijamente con mucho cariño.
— Cielo, no se como decirte esto pero hay una familia de chinos en nuestro cuarto. - Cuando Aquino le dijo eso al azabache volteo y efectivamente, había una familia de chinos mirándolos extraños, aunque los dos solo se limitaron a sonreírles; los chinos solo los vieron un rato más y se fueron.
— Esto es divertido, tú eres divertido.
— Gracias. - Respondió Aquino dandole un beso a Natalan. Ambos se miraron tiernamente pero a Natalan se le fue la sonrisa como si se hubiera acordado de algo.
— Aquino... yo quiero decirte que no estoy en busca de establecer una relación seria... ¿Te parece bien?
— Si... - La respuesta del castaño fue tardía pero igual respondió algo inseguro ese si.
Natalan le siguió preguntando sobre cosas de ese tema, pues él en serio no buscaba algo serio y Aquino parecía dejar que Natalan jugara con él solo para sentir que el azabache le amaba o para poder seguir jugando a la pareja recién casada. Si Duxo lo viera en ese mismo momento de esa charla lo más probable es que agarre a Natalan y a su amigo a golpes.
Según Aquino se dieron un tiempo para conocerse y no presionarse, no le importaba mucho. Ambos se levantaron de "su cama" y caminaron por los pasillos del Ikea agarrados de la mano
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En esa misma noche Natalan termino en la cama de Aquino, los dos se besaban de una forma algo lenta que en el fondo los desesperaba para querer más del otro. Los besos empezaron a ser apasionados y desesperados; las manos de Aquino recorrían el abdomen y pecho del más bajo sacándole suspiros que eran callados por sus besos, el castaño dejo de lado los besos para repartirle besos por el cuello, en el fondo quería marcarlo y que todos vieran las marcas en su cuello, pero paro.
— ¿Me esperas un segundo? - Natalan no dijo nada pero vio como Aquino se iba al baño.
Aquino en el fondo estaba nervioso, no pensó llegar a ese nivel con Natalan, y menos tan rápido.
— Tranquilo Aquinin, es un chico... un chico que quiere todo casual - Se dijo a él mismo mirándose al espejo. - Por eso esta en mi cama ahora, porque es casual.
Aquino después de su pequeña charla motivacional con el mismo decidió salir del baño para continuar con lo que había empezado con Natalan. Se llevo una gran sorpresa al encontrar al azabache sin ropa en la cama, no se quejo para nada y se dirigió a él para besarlo y lo más probable no dormir toda la noche.
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Aquino salió de su departamento demasiado feliz, como si la vida le estuviera sonriendo, el sol brillaba, la gente lo saludaba feliz y su reflejo en los espejos era perfecto; se sentía como en una película de Disney donde todo le estaba yendo increíblemente bien. Sentir amor era lo mejor que le paso al castaño.
