"Esta es la historia de un chico que conoce a otro chico. Pero no supongan nada, esta no es una historia de amor."
Aquino es un escritor de tarjetas de felicitación, se sorprende totalmente cuando su novio, Natalan, repentinamente lo abandona. Él an...
Ambos disfrutaban su noche en el bar, no discusiones ni problemas para ambos, solamente pasar rato los dos juntos. Aquino hablaba sobre algunos temas como vestimenta mientras que el contrario solo escuchaba atento, hacia varios comentarios al respecto pero eran pocos.
El momento de ambos se fue un poco al caño cuando llego otro chico azabache más alto que los dos, vestía de traje al igual que ambos, llego saludando cortésmente a Natalan, entre los dos se dieron miradas de "¿Quién es él?" pero el azabache decidió responderle el saludo. Era obvio que el tipo llego a coquetearle a Natalan, Aquino solo observaba sin decir algo, el otro azabache le invito un trago pero solo se negó el más bajo.
— ¿Estás con este tipo? - Dijo refiriéndose a Aquino.
— Hola, soy Aquino.
— Que importa - Dijo sin importarle - vamos, un trago solamente.
— Dije que no, gracias.
— ¿En serio vienes con esté?
— No seas grosero, me alagas pero no estoy interesado; solo déjanos tranquilos, gracias. - Dicho eso le dio un trago a su copa mientras que el chico lo miraba sorprendido, ¿De verdad venía con un tipo como Aquino?
Aquino y Nat estaban incómodos por la presencia de él, pero después de unos pocos momentos se fue, obviamente no sin antes comentar sobre su "novio". Cosa que Aquino no aguanto y termino en una pelea.
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Llegando al departamento del azabache, Aquino llego con una bolsa de hielo cubriendo su labio mientras le decía a Natalan los detalles de la pelea emocionado, quedo empate porque los interrumpieron pero claramente Aquino iba ganando. El castaño al ver que su pareja no estaba tan contento con lo sucedido.
— No entiendo como pudiste hacerlo, te comportaste completamente irracional.
— ¿Ahora estás molesto conmigo? Me acaban de golpear por defenderte.
— ¿Fue por defenderme?
— Si, obvio que si.
— Pues no lo hagas, no necesito tu ayuda, mejor hablemos de esto mañana, estoy cansado.
Aquino y Natalan quedaron en silencio, el más alto lo miro con mucha molestia, iba a caminar hacía la puerta para irse pero se detuvo y regreso para hablarlo de una vez cara a cara con Nat.
— No me iré a ningún lado hasta que me digas que pasa.
— Nada está sucediendo... nosotros... somos amigos.
— No me vengas con eso, ni siquiera lo intentes, ¡Así no es como se trata a un amigo!, ¡¿Besos en el cuarto de copiado?! ¡¿Tomados de la mano en Ikea?! ¡¿Sexo en la ducha?!
— Me gustas Aquino, pero es que no quiero una relación-
— ¡¡No eres él único que puede opinar en esto!!, ¡también tengo derecho! y digo que somos pareja carajo.
El castaño salió del departamento completamente enojado, el azabache estaba confundido y un poco triste por lo ocurrido pero solo lo vio irse.
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Ninguno pudo dormir bien esa noche, ninguno quería perder su orgullo; Aquino quería agarrar el teléfono y llamarle a su amado pidiéndole perdón pero no lo haría. Natalan esperaba a que Aquino llamara pero la llamada que quería nunca llego; parecía que Natalan no quería a su amante pero en realidad si lo quería, no de forma romántica pero le tenía aprecio, y demasiado.
De madrugada y con lluvia, tocaron la puerta del castaño y con desánimos fue a abrir, para su sorpresa era Natalan. Aquino creía que él más bajo llamaría pero no que iría hasta su departamento con la lluvia. Mojado y triste fue solamente a pedirle perdón a su amante.
