CAP; 1

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LUNEDÌ  LUNEDÌ    LUNEDÌ


Estaréis diciendo y esta quién es, soy Adela Di Marco, soy de Venecia pero mi madre y yo nos acabamos de mudar a una pequeña isla de Italia, después de la separación de mis padres todo se descontroló y... Bueno prefiero no hablar de eso, hoy va a ser mi primer día de clase, me han asignado 2do D.

Iba de camino con mi bici a toda prisa, observaba el mar, en esa isla parecía el más precioso que había visto nunca, era lo que más me gustaba hacer, observar el mar y el amanecer desde mi bici, el estar tan distraída casi choco con un chico.

—Wow, ¿qué no sabes ir en bici? —yo pensaba en disculparme ya que casi caemos por mi culpa pero al hablarme así no lo pensé ni dos veces más.

—¿Perdona? Mira tu por donde vas —dije enfadada y él me miró de arriba a abajo analizándome pero no le dejé mucho tiempo antes de volver a montarme en mi bici e irme de ese momento incómodo para mi, pero para mi mala suerte este chico me siguió.

—¿Quién eres? —preguntó curioso.

—Adela, ¿y tú? —a mi también me interesaba ese chico.

—Pietro Maggi, ¿vas al colegio de Marina Piccolo? —hizo otra pregunta, ¿qué no se cansaba de preguntar?

—Sí, me he mudado desde Venecia —conté y el sonrió sorprendido, al final me había caído bien.

Justo llegamos al colegio y a Pietro le llegó un mensaje, ahí supe que era mi momento para escapar e ir a clase pero me detuvo su voz.

—Aquí todos nos conocemos, pero cada uno va a lo suyo, esta Arianna que se cree Miss Universo, junto con sus amigas —comenzó narrándome mientras dejábamos las bicis y noté la mirada penetrante de esa chica en mi, si las miradas mataran, estaría bajo tierra —, la que esta allí leyendo es Livia, Miss perfeccionista —me señaló, a ella la encontré interesante, hablaría con ella.

—Cuidado no gastes el libro —llamó Pietro la atención de la chica la cual nos miró y su mirada se encontró con la mía pero antes de decirme algo le habló al chico a mi lado.

—Al menos yo sé lo que es un libro —se burló ella con una sonrisa antes de levantarse en mi dirección —, soy Livia, encantada —dijo estirando su mano hacía mi.

—Adela Di Marco —sonreí estrechando su mano.

—Vamos Adela, te tengo que presentar a más gente —habló Pietro por los pasillos ya lejos de mi y Livia.

—Voy con él —reí y me despedí de ella, que ya iba a entrar a clase.

Me junté con Pietro el cual ahora se encontraba discutiendo con unos chicos más mayores que él.

—Grimo eh —dijo un chico a su lado mirándome entrar junto a Livia.

—¿Quién es esa? —escuché hablar de mí cuando llegué donde el castaño que me guiaba.

—Adela

—Nadie —dijimos Pietro y yo a la vez, y yo le miré confundida, ¿por qué había dicho "nadie"?

Pero toda esa escena quedó atrás cuando el más grande de todos paso por mi lado mirándome con una sonrisa y llegando donde estaba Livia para besarla.

—Vaya —dije sorprendida.

—Pues sí, Miss Perfeccionista está con él, ella cree que es buen chaval —me quedé sorprendida ante esas palabras y las expresiones de Pietro, a lo mejor al chico le gustaba Livia, pero esos pensamientos se vieron interrumpidos por un chico que gritaba el nombre de Pietro, yo lo miré y me dijo que fuera con él con una sonrisa, una muy bonita.

¿Pero qué me pasa?

—Date prisa —gritó antes de mirarme —¿y tú quién eres? —me preguntó sin descaro.

—Adela Di Marco, soy nueva —me presenté y él maldijo dejándome confundida.

—Mierda, ahora tendré que añadir un nombre más —dijo él y tanto Pietro como yo nos miramos confundidos.

—¿A dónde? —preguntamos antes de que este chico de pelo largo nos dejara paso al baño —, espera, solo chicos —dijo poniendo una mano enfrente mía, rodé los ojos y me fui resoplando, que impertinente. Llegué a clase como pude encontrándome con varios grupos, y antes de que pudiera elegir donde sentarme escuché una voz llamándome, era Livia.

—Adela —me saludó con la mano y me indicó que fuera donde estaba ella con un par de chicas más.

—Adela estas son Isabelle y Mónica, son de las más listas y justas de la clase —presentó Livia y yo les sonreí, gesto que ellas me devolvieron.

—Soy Adela Di Marco y me he mudado desde Venecia —me presenté.

—¿Y por qué te mudaste? —preguntó la de pelo liso, Mónica era.

—Emm —no sabía que inventarme, no quería decir que mis padres estaban separados, me daba miedo admitirlo o derrumbarme en clase —, el trabajo de mi madre —dije rápido después de pensar y al parecer ellas me creyeron.

Menos mal.

Poco después aparecieron todos los chicos y se juntaron en una mesa justo detrás de nosotras, las cuatro nos miramos confundidas queriendo saber que hacían.

Se escuchaban gritos de los chicos como "cuenta ya" "¿a quién has votado?2 "Arianna" "yo quiero cambiar mi voto" "yo voto a la nueva".

Y cada vez la curiosidad por ver que hacían nos carcomía asi que Isabelle decidió acercarse.

—Pietro, ¿qué estáis haciendo? —preguntó la chica antes mirando por encima sin conseguir ver nada, la cara del chico dejó de estar alegre a enfadada y yo le miré curiosa, después su mirada se encontró con la mía y me guiñó un ojo, yo sonreí muy ampliamente y podía notar el rubor en mis mejillas.

—¡No devuélvemelo! —gritó un chico y todos miraron que pasaba incluida yo y Pietro que dejamos de mirarnos.

—¿Qué es Isabelle? —preguntó Mónica a mi lado.

—No puedo creerlo, una clasificación, de las chicas —dijo pasando el papel a su amiga y ella a Livia y Livia a mi.

—Era una broma —dijo el amigo de Pietro.

—¿Una broma Guilio? —preguntó Isabelle.

—Si, para reírnos y reíros vosotras también —dijo excusándose.

—Sí reíros vosotras también —dijo Pietro apoyando a su amigo aunque por su cara no parecía estar muy de acuerdo.

—Pues no tiene ninguna gracia, no esta nada bien —dije ganándome la mirada de todos —, podríais haber ofendido a alguien.

—No te quejes nuevita, tienes demasiados votos y yo estoy segunda, Livia primera —dijo quejándose de su clasificación repitiendo seguidas veces que había quedado segunda.

—Oye Guilio, ¿qué significa No Clasificada? —preguntó Mónica por encima de los gritos de Arianna.

Oh no.

—Pues que normalmente las chicas empollonas no participan en los concursos de belleza —explicó y toda la clase comenzó a reírse.

—Que cutre —dijo Ari, como no.

—Nadie ha pedido tu opinión Arianna —dije defendiendo a Mónica a la misma vez que Isabelle decía:

—Cierra la boca —cosa que hizo para que justo después entrara la profesora.

Pase por al lado de Pietro sin dirigirle una sola palabra, ni una mirada, estaba enfadada con él, pero él me cogió del brazo antes de que me fuera de su lado.

—Oye Adela —dijo en un susurro.

—Suéltame —dije soltándome de un tirón y yendo atrás del todo.


𝐐𝐔𝐄𝐃𝐀𝐓𝐄, pietro maggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora