CAP; 2

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PIETRO  PIETRO    PIETRO


Sabía que estaba mal lo de la clasificación pero aún así lo hice, ahora ya no importaba, Adela, la chica nueva, era muy guapa era obvio que la había votado a ella pero nunca lo diría, había llamado mi atención y que se enfadara conmigo no me hacía mucha gracia.

—Chicos tenemos una alumna nueva, recién llegada de Venecia —comenzó hablando la profesora y yo me giré hacía esa chica la cual maldecía en voz baja hacía Mirko quien sonreía por lo que esta chica decía, yo entrecerré mis ojos pero no pude escuchar lo que decía y me giré hacía delante de nuevo algo enfadado, ¿por qué? Ni yo lo sé.

—Adela preséntate —dijo la profesora.

—Bueno hola, soy Adela Di Marco y me he mudado desde Venecia aquí y no hay mucho más que decir —dijo con una sonrisa perfecta que dejaba embobado a cualquiera, pude ver esas miradas de algunos chicos en ella y eso me molestó.

—Bien ahora, vamos con matemáticas, Paccanini sal a la pizarra.


Y después de unas cuantas clases más aburridas conseguimos salir del colegio, era mi momento de hablar con Adela, no quería que se enfadara conmigo por esa tontería, pero mi amigo llegó donde estaba y me paró.

Isabelle y Mónica pasaron por nuestro lado chocando con Giulio, no escuché la conversación que tenían ya que estaba buscando a cierta rubia y la encontré con Livia... Y LOS DE TERCERO, esto no podía estar pasando.

—¿Has visto que idiotas? —me dijo Giulio, que me hizo volver a la realidad.

—Si claro —afirmé sin saber a lo que se refería.

—¿Me has escuchado? ¿A quién miras tanto? —me preguntaba mi mejor amigo quien siguió mi mirada y dio con la rubia que observaba —. A si que Adela, prefiero a Arianna —dijo humildemente —, la has votado a ella, ¿verdad? —eso si que me hizo girarme hacía él.

—¿Qué? ¿A Di Marco? No, que va, a ver es muy guapa pero no, paso de las tías son todas iguales —me defendí, no quería que Giulio supiera que de verdad había votado a la chica pero siguió pensando en ello.

—¿Entonces has votado a Livia? —me preguntó y negué rotundamente —, ¿entonces a Arianna? 

—Sí, he votado a Arianna —dije rodando los ojos.

—Lo sabía —dijo para después mirar a la chica quien hablaba con sus amigas, yo también la miré un poco pero después mi mirada volvió a la rubia y nuestras miradas chocaron, la había pillado mirándome pero fue ella quien rompió ese duelo de miradas dándome completamente la espalda.

—Lo siento tío, pero Arianna es mía, esta colada por mí —dijo y yo reí —, mira. Hola Arianna —saludó y su mirada se dirigió aquí.

—Hola —dije yo también

—Hola Pietro —dijo coqueta con una sonrisa, solo me saludó a mi —, ven aquí anda, ni siquiera te visto —tenía que quitarle esa obsesión a mi mejor amigo, Arianna no era para él.

—Solo es una táctica, me trata mal y me ignora para que nadie sepa que le gusto —dijo con una sonrisa, de verdad él pensaba eso.

—Ya claro —dije con una sonrisa sarcástica —, sabes, la besaría ahora mismo para que te olvides de ella —dije, las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera evitar decirlo y instintivamente miré a Adela, ahora no me miraba.

—Te propongo una apuesta, si la besas te regaló mi caña de pesca, y mi neopreno si besas a Livia también —dijo Guilio en forma de apuesta pero no era ninguna de esas chicas a las que quería besar —, y para complicarlo te regaló mi bici si también besas a la nueva —terminó y ahí le miré a los ojos, iba a aceptar.

—¿A Adela? —pregunté.

—Exacto, pero si no puedes, me quedó tu tabla de surf —sonrió mi mejor amigo con aires de superior y estiró su mano hacía mi y yo la acepté.

—Pero luego no te enfades, ¿vale? —dije riendo, era una apuesta estúpida, no iba a pasar nada, ¿no?

Que desastre.


Ahora nos encontrábamos jugando al baloncesto, nuestro pasatiempo favorito, derrotar a Giulio al baloncesto me animaba, pasaba de todo, el colegio, las chicas, los concursos y las apuestas, mi forma de evadirme, pero era difícil cuando dos de las chicas que tenía que besar estaban corriendo a solo unos metros lejos de mí.

Noté la mirada de alguien en mí pero no le di ninguna importancia hasta que escuché a Adela gritar a Livia.

—¡Vamos Livia que te gano! —rio y las dos dieron todo lo posible por superarse la una a la otra entre risas, cuando llegaron a las dos les entregaron una chaqueta y agua.

Seguí concentrado en el partido contra Pac todavía con la risa de la rubia en mi cabeza, no podía dejar de pensar en mirarla pero me desconcentraba y mi amigo me quitaba el balón asi que pasé, hasta que escuché la voz de Matheo detrás de mi.

—Vete ha hacer los deberes con tu mami —dijo este junto a todo su grupo.

—Hemos llegado antes —dije cogiendo el balón, no iban a echarnos.

—¿Habéis oído? Yo no he oído nada —dijo el mayor acercándose a mi muy serio, tanto que intimidaba, pero no a mi.

—Aquí solo pueden jugar los buenos.

—¿Va enserio? Tu y tus amigos dais pena jugando —me estaba enfadando y eso no iba a acabar bien, mi amigo me sujetaba el hombro permitiendo que no hiciera una locura.

—¿Qué dices mocoso?

—Tú y yo, delante de todos, un uno contra uno, el perdedor se larga —desafié a Grimo, sabía que podía ganar.

—Un desafío de verdad, cinco contra cinco, el gimnasio con dos canastas, mi equipo contra tu equipo de perdedores —propuso y por supuesto que iba a aceptar esa apuesta también.

—Hecho —pese a que quien pierda será considerado el fracasado de la isla, íbamos a ganar.

—¿Cómo? —dijo mi amigo a mi lado y yo lo miré para tranquilizarlo pero no sirvió de mucho.

—¿La semana que viene? —pregunté.

—La semana que viene, ahora lárgate —e hicimos lo que nos pedía porque no iba a empezar una pelea de dos contra cinco.

Y ahora yo tenía un plan.



𝐐𝐔𝐄𝐃𝐀𝐓𝐄, pietro maggiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora