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Si era de dia o de noche Giordana no lo sabía simplemente estaba muy obscuro  a la hora que fuera pero ella sentía que ya habia pasado mas de un dia los tipos malos solo los venía a la hora de comer y el hombre del arma antes de irse le dijo que si no se callaba le dispararía en la boca, así que no le quedó de otra que llorar en silencio rogándole a su mami para que su padre la rescatara.

Las luces se encendieron y Giordana escucho una puerta habrirse y varios pasos bajar las escaleras.

— por aquí señor Marco escucho decir a unos de los malos— como prometí la niña esta en buen estado—

Frente a la pequeña ahora estaba los dos hombres que la habían traído antes a ese lugar pero no estaban solos con ellos había cinco personas más y ella reconoció a uno de ellos por que lo había visto ir a su casa unas cuantas veces.

— Hola pequeña— dijo el hombre arrodillandose para quedar a su altura— sabes quien soy verdad— ella asintió— perfecto por que he venido a sacarte de este lugar— el extendió su mano para acariciar su cabeza pero ella retrocedió— okey entendido sin tocar, dime alguno de estos tipos malos te hizo algo, te pego o te lastimo de alguna manera— ella negó— bien que te parece si salimos de este feo lugar y te llevamos a casa—

— mi papi lo envío— pregunto la niña.

— si pequeña tu papi me envió— una mentira piadosa pero valida en ese momento— yo personalmente te llevare a donde el esta, que dices nos vamos— le tendió la mano a la pequeña y ella aceptó.

Marco salió de ese espantoso lugar con la pequeña Giordana sujetando su mano y cuando por fin estuvieron fuera la luz del atardecer segó sus ojos por un momento la niña no reconocía el lugar lo que la hizo aferrarse aún más al braso de su rescatador.

— ya no tienes por que temer pequeña, vamos— ánimo a subirse al auto y cuando estuvieron dentro Marco habló a uno de sus hombres— mantengan vigilados a ese par aún no terminamos con ellos— ordeno— encerio viajaste un poco lejos Giordana Lombardo, tienes hambre tengo muchas golosinas— ella negó— ¿no? Bueno en ese caso ponte cómoda nos espera un largo viaje—

La tarde recibió a la noche y ella a la luz de la mañana la pequeña Giordana porfín dormía tranquila en el asiento trasero del auto al lado de Marco quien al  llegar a su hogar la cargo en sus brazos y llevó a la niña hasta una de las habitaciones de aquel enorme edificio el cual pertenecía a la familia de su jefe quien se haría cargo del destino de la pequeña.

Giordana despertó sintiendo que estaba en un lugar cómodo y calentito se levantó bruscamente para verificar que estuviera en su habitación y que todo lo anterior había sido tan solo un mal sueño pero no fue así ella no reconocía el lugar ninguna habitación de su casa era así lo que le causo temor y ganas de llorar, el señor Marco le había mentido, no estaba en casa.

— despertaste— escucho una voz al otro extremo de la habitación y ella volteo, era un niño al cual nunca había visto un poco mayor que ella aparentemente— Marco, infórme a mis padres que nuestra invitada despertó— hablo por lo que parecía ser un pequeño micrófono instalado en una mesa.

— tu quien eres— pregunto la pequeña por lo bajo.

— soy primogénito del dueño de todo este lugar así que si quieres que te valla bien más te vale no molestarme— respondió frío y odioso a lo que ella solo asintió y dirigió su vista a sus manos si había algo que Giordana había aprendido los últimos dos años con su madrastra era a callar para sobrevivir y hacer lo que le pidiera sin rechistar.

la puerta del lugar fue abierta y Giordana subió la mirada para ver de quien se trataba se sorprendió al ver que conocía a dos de las tres personas que habían entrado en el lugar, eran los señores Salvatore amigos de su papá, pero que hacían ellos aquí, su papá habrá venido con ellos, nuevamente Giordana se sentía feliz por que seguro estaría pronto en casa.

GorgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora