☆ ɴᴇᴡ ʟɪғᴇ ☆

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Desde que se fue con aquel extraño, la vida de Roier ha sido bastante rara... O bueno, eso decían aquellas noticias.

Roier se ubicaba en una casa muy grande, se podría decir, mansión. Probablemente era por la cantidad de personas que hayan matado; el lugar olía bien, era acogedor y su cuarto también lo era.

Conocio a personas, un poquito más grandes que el pero, tenían el mismo sentido del humor que el pelinegro.

Cellbit siempre se iba de caza, traía algunas proviciones y vaya que cocinaba bien...

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Se podría decir que ya llevaba una semana al lado de esos extraños, por ahora se les podría llamar familia, había convivido muy bien con ellos.

— ¿Te vas a ir? — pregunto Roier.

Um... Yeah, why? — respondió Cellbit.
Desde que se lo llevaron no a matado a muchas personas que digamos y mucho menos con esté su interés amoroso. Se sentía un poco rechazado por parte de el.

¿Puedo ir contigo? — dijo, con un tono suplicante, sí bien, el mexicano no sabía si realmente estaba "enamorado" de este brasileño, si quería ir a matar a individuos con el, al menos... Para compartir un poco ¿no?

Yo... ¿Sabes matar Roier? Justo ahora me lo preguntas... Podíamos ir más veces con ocasiones más fáciles pero, esta vez voy a ir a una compleja. ¿Realmente estas dispuesto a venir conmigo? — se acerca más a el menor, ahora, estaba viendo los labios de esté, eran rojos, tal vez por el labial que el pelinegro usa... Se sentía raro como que... Le daba ganas de besarlo y que le quede marcado ese labial rojizo, para que vean que es de el y que no se deben meter con lo suyo... Era, ¿amor? O ¿simples celos?

— Sé clavar con las dagas, tengo práctica, Philza y Bad me enseñaron. Así que si, estoy dispuesto en ir contigo — salió de aquella mansión, orgulloso por ser su primera aventura con Cellbit.

Ok, pero, ponte esto, ocultara tu identidad... En lo personal, prefiero que la gente; en especial enemigos, no me vean la cara, no me gusta que sepan quien soy... Mejor darles una intriga por saber mi identidad. — mientras decía eso, se ponía lentamente su máscara de gas, tenía muchas pero esa era la que más le gustaba.

— ¿No me queda grande? Oye tu máscara de gas es sexy. Como tú. — se atrevió a decir, provocando un leve sonrojo a esté.

No, esta bien. Y deja de decir esas cosas... Me las puedes decir en la noche si vienes a seducirme ~ — comenzo a caminar, rumbo a esa casa olvidada...

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Bueno, nunca me dijiste tu edad. Sería raro verme coquetear si tienes diez. — bromeó Cellbit, detrás de esa máscara se dibujaba una sonrisa juguetona.

Tengo veintisiete años, así que puedo ligar tranquilamente... ¿Y tú? ¿Treinta? — también bromeó, el escaso tiempo que ellos dos pasaban en la mansión se iba desvaneciendo, ya llevaban una hora caminando y esos secenta minutos, habían sido de puro hablar.

No, tengo veintiocho, soy un poco más mayor que tú, podemos coquetearnos legalmente... Me agrada. — miro de reojo a Roier, si se le notaba mucho la sonrisa pícara de esté a diferencia de el castaño que a el no se le notaba...

★ Dᴀɴᴄɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴀ sᴛʀᴀɴɢᴇʀ ★/ ɢᴜᴀᴘᴏᴅᴜᴏ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora