★ Dᴀɴᴄɪɴɢ ᴡɪᴛʜ ᴀ sᴛʀᴀɴɢᴇʀ ★/ ɢᴜᴀᴘᴏᴅᴜᴏ!

✩ ʙᴀɢʜᴇʀᴀ ᴀɴᴅ ᴄᴇʟʟʙɪᴛ ✩

Han pasado dos meses desde aquel sucedido con el ex de Roier. Las heridas de Cellbit cicatrizaron rápidamente, dejándolo con más de las que ya tiene alrededor de su cuerpo y rostro.

- Mirate, estas horrible, no sé como las personas dicen que eres el más guapo del mundo. - se burlo Forever de su amigo, al ver casi todo su cuerpo, esté estaba en boxer para su suerte.

- Cale a boca e verifique meu corpo para ver se está em boas condições. - hablo, un poco serio e incómodo al estar así.

- Cellbo... Soy tu amigo, casi tu hermano, nos conocemos desde que nacimos. - no mentía, decía la pura verdad; ellos dos son casi hermanos adoptivos, porque la mamá de el castaño nunca estuvo para el. - Estas en buenas condiciones. ¡Sin embargo! Tendrás que andar con alguien, para que te cuide, no puedes permertirte dañarte así. - aviso con preocupación, sí, Forever es muy sobreprotector con el.

- ¡Perfecto! Gracias Forever, ahora, me iré a mi habitación. - agradeció y se fue.

Roier se fue con Bad a hacer algunas misiones que ambos tenían, dejando solamente a Cellbit, Forever y a Philza en la mansión.

En está, siempre había un profundo silencio, ya tenían mucho con los pájaros que cantaban en la mañana, las veces en las que había un poco de conversación en el hogar es cuando todos desayunan, almuerzan y cenan, no mucho...

~🐤~

- Hello o debería decir... Bonjour Cellbit. - saludo la chica, Baghera, una vieja amiga de el brasileño y de el rubio. Una que en muchas ocasiones, mataba junto a ella, como un tiempo entre amigos.

- ¡Baghera! ¡O-ye! ¡Hace tiempo que no te veo! - la abrazo con cariño. - ¿A que viniste? ¿Saludaste a Forever? Y... ¿Como entraste? no escuche nada y eso que aquí hay mucho silencio. - pregunto con desesperación.

- Tranquilizate ami, te las respondere todas : Vine a pasar los viejos tiempos ya sabes... Matar juntos, si, salude a Forever, el mismo me abrió la puerta. ¿Ahora si podemos salir? - se vio las uñas sin interés.

- ¡Oh! Claro, claro, dejame ponerme la máscara de gas. - se giro a buscarla; sí está era un lindo símbolo entre ellos.

- Oye y ¿ya tienes novio? -

- Tú siempre preguntando tan de repente - dijo mientras se ponía la máscara.

- Sabes que soy así. Bueno, salgamos. - salió de la habitación emocionada.

~🐱~

- ¿A donde van? - pregunto Forever, observando a ambos confundido.

- Cellbit y yo vamos a matar a un par de personas, ¡ya sabes! Viejos tiempos. - el rubio salio de su pieza, llendo a ellos.

- ¡A perfecto! Que les vaya bien chicos. - dijo y entro a su cuarto otra vez.

Ya habían asesinado a más de veinte personas alrededor de el día; los dos hedientos de sangre, su cordura podía ser mejor, pero al menos estaban consientes de lo que hacían... Era algo bueno ¿no?
No.

- Ya son las ocho de la noche ami, deberíamos volver, sino, mataremos más gente y perderemos los que nos queda de cordura. - aviso la chica con un poco de preocupación.

- Si, tienes razón volvamos. - guardo su navaja en el bolsillo de su pantalón, lastima, dieron un solo paso y un chico se les apareció en el camino.

- ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hacen en mi territorio? - salió una voz de un adolescente, no tan adolescente era medio esté, medio adulto; tenía un pelo de color castaño y tonadas amarillas, su tez era blanca, tenía una pequeña cicatriz dibujada en su mano y los ojos eran de un celeste tan brillante; no parecía tener muchos años.

- ¿Quien eres tú? ¿Qué putas hace un niño aquí? - se burlo Cellbit, sacando su navaja y apuntando hacia el con está, tipo amenazandolo.

- Soy Tubbo, y para tu información, tengo dieciocho años. - dio un paso para atrás.

- Es igual, Baghera, tenemos que matarlo. - la miro con firmeza, pero está estaba un poco encariñada de este individuo.

- Oye no, ¿qué tal si nos lo llevamos? - se acerco más a el menor.

- ¡No! ¡¿Que pasa si es de otro bando y nos saca toda la información posible?!- habló desesperado, su sangre quería matarlo, no quiere que pase algo con Roier y esté también sea uno de ellos.

- No le pertenezco a nadie, literalmente soy independiente, asesino a personas por mi propia cuenta y esa casa pequeña que esta ahí es mi hogar. - el de mechones amarillos medio confiaba en ellos pero más en la chica rubia, el castaño ese no le inspiraba confianza.

- ¡Ami! ¡Llevemoslo! Estaríamos drogados si no lo hacemos, ¿qué más se puede pedir? Asesina personas, sabe vivir solo y quien sabe desde cuando esta así, ¡el sabe cuidarse bien! - suplico quitándose su máscara de gas.

-... Ok... Llevatelo, es tu problema, no el mío. - camino mientras dejaba a ambos atrás, no estaba muy convencido por la idea pero, ¿qué iba hacer? Prácticamente si decía que no, igualmente se lo iba a llevar.

- Hueles horrible Lange... Igual tú Jones. - hablo Forever con asco, ahora tendría que limpiar la gigante casa. - ¿Y quién es ese? - lo observó de pies a cabeza, le daba seguridad pero, todavía no quería confiar en el.

- ¿El? Dile a Baghera que ella lo adoptó sin ser de este hogar. - suspiro con agotamiento. - ¿Vino Roier? - no iba a tardar en mencionar al mexicano, era algo obvio.

- Si, esta en tu cuarto, no sé el porqué. - contesto sin interés. - Bueno, ¿Cómo se llama? - se le dibujo una sonrisa amable en su rostro.

- Se llama Tubbo. - lo presento la rubia con calidez, le daba mucha ternura el menor.

- Un gusto, ya sabe mi nombre, pero no mi edad; tengo dieciocho años. - le dio la mano con amabilidad, definitivamente se iba a llevar bien con todos menos con... Sí, Cellbit.

- El gusto es mio, tienes suerte de que nos sobre muchas habitaciones, exploralas y elige la tuya. - le dio la bienvenida a su nueva casa, pobre Forever, tendrá que limpiar todo su hogar... Esa cosa extremadamente grande.

~❤️~

- Ugh... Hueles horrible gatinho - se quejo el pelinegro apenas lo vio entrar.

- Uh ~ ¿en serio guapito? ¿Qué tal si me acerco más a ti y me das unos buenos besos? Uuf ~ me encantaría. - coqueteo, parecía estar borracho, bueno... Tomo un poco de vino que tenía un mortal, seguramente fue eso.

- E-espera... No pienso darte besos si no te bañas... Me iré a mi cuarto y cuando estés listo, te daré unos cuantos. - se paro de la cama del mayor y se fue, sin antes guiñarle el ojo... Wow... Ese chico lo tenía realmente loco...