Capítulo 1: llegada

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Era una noche muy tranquila y fría de primavera en la ciudad de kuoh japon lo cual estaba bien. Ya que en esta ciudad supuestamente tranquila había muchos seres sobre naturales que causaban estragos, cosa que la nueva integrante de ese grupo no sabía que eso sucedía.

Ya que de repente en la oscuridad de un callejón sucedió una rotura la cual de esta salió una joven que callo al contenedor de basura que estaba abierto por suerte sino el golpe habría sido peor pero no quito el hecho que lo hizo que la joven soltara un gemido de dolor por el impacto.

“Por qué siempre me pasa esto cuando llego, al menos logre reforzar un poco mi cuerpo y la basura me amortiguo un poco el golpe” dijo Ritsuka Fujimaru o alias Gudako con molestia.

Se levantó lentamente y salió del contenedor sacudiéndose la ropa al igual que quitarse la cascara de banana que tenía en su pelo naranja rojizo.

“Bueno eso fue un asco no crees mashu” dijo gudako mirando a su lado no viendo a nadie, parpadeo unas cuantas veces y miro a su alrededor.

“Mash si esto es una broma no es graciosa…..” no recibió respuesta poniéndola nerviosa “si esto, es tu venganza por lo de la otra vez……. perdóname yo no sabía por qué habías tirado el traje Bestia peligrosa” no recibió respuesta nuevamente.

Estaba entrando en pánico al tampoco ver a ninguno de sus sirvientes al igual que, su cuerpo se sintió muy raro ante el ambiente del lugar, por lo que rápidamente se quitó el guante y miro su mano derecha la cual tenía sus sellos de comando.

Los cuales brillaron en rojo intenso significado que estaba cargado con mucho más poder de lo usual, cuando ella lo miro sintió su conexión con todo su sirviente lo cual la hicieron suspirar de alivio.

“Tal vez no estén aquí conmigo físicamente, pero al menos los siento en mi conexión mental” pensó ella mientras sonreía con calma.

Para luego respirar una gran bocanada de aire del lugar sintiéndolo más denso de lo usual, se sentía como cuando llegaba a las singularidades donde las épocas todavía los dioses Vivian, por lo cual este lugar sería igual de peligroso como esos.

Ella espera que no, no quería perder más la cordura de lo que ya perdió o la cual ya no tenía si tenía que ser sincera.
Soltando un suspiro, se volvió a poner el guante negro en su mano derecha el cual oculto rápidamente sus sellos de comando. Ella estaba vestida con el uniforme de chaldea de una batalla decisiva el cual estaba hecha para aguantar todo tipos de climas además de situaciones de combate extremas que podrían destruir la ropa en segundos.

Lamentablemente en este entorno de ciudad la hacían sentir incomoda por llevar esta ropa, sobre todo por la falda, culpa a da Vinci por esto.

“¿En qué lugar y tiempo estoy?” se preguntó mientras busca en uno de sus bolsillos de su falda sacando de este su comunicador el cual encendió solo recibiendo estática.

“vamos estúpida cosas da señales para que alguien me conteste” murmuro mientras lo levantaba intentado darle un poco de señal mientras lo hacía miro al cielo, notando como el sol estaba por salir por el horizonte.

“Siempre es hermoso ver esto” murmuro con una sonrisa tranquila Gudako recordando todos los amaneceres que vio junto a Mash y sus Servants a un que nunca los vio sola, ya que siempre había gente a su alredor para verlo con ella.

Soltando un suspiro, metio la mano de nuevo en sus bolsillos sacando de este un pequeño celular negro el cual encendió y monstro como pantalla de perfil una imagen del cumpleaños de Mash el cual estaban ella, Da Vinci en su versión adulta y Romani.

Al solo recuerdo la hizo suspirar de tristeza se le extrañaba mucho al doctor Romani era otra de las personas que por su inutilidad en combate murió, ella debió hacer más…….. ella…

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