Hoy, al llegar a mi escritorio, algo diferente captó mi atención: una nota. No era común encontrar algo distinto entre los papeles de trabajo rutinarios. La observé un momento, indeciso sobre si debería abrir el misterioso papel o no. Sin embargo, la curiosidad me venció, y la tome.
Era él, Wakiya.
Esa nota, escrita por mi jefe, se convirtió en un inesperado rayo de luz en mi aburrido día de trabajo. Mientras la leía, las palabras escritas a mano parecían traer consigo una chispa de emoción. La curiosidad inicial pronto se transformó en una sonrisa boba que no podía quitarme del rostro. La releí varias veces, quizás diez o quince veces, ¿quién cuenta en esos momentos? Sinceramente yo no. Con cada palabra impresa, sentí una corriente de entusiasmo que me impulsó a terminar mis tareas con rapidez, sin notar el pasar del tiempo.
Al llegar a casa, mamá notó mi sonrisa, y tal vez contagiada por mi entusiasmo, también sonrío.
Después de esa "larga" jornada, me encontré dando vueltas sobre las sábanas de mi cama, incapaz de contener mis risas enamoradas. Aquellos besos plasmados en papel habían desencadenado una ola de felicidad, convirtiendo un día ordinario en algo extraordinario. La magia de esas palabras escritas habían transformado en mi una alegría inexplicable, recordándome la belleza de los gestos simples y la dulce sorpresa que puede esconderse entre papeles y notas de mi rutina diaria.
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"Escritos en papel." [Rantaro Kiyama]
Fanfiction¿A ustedes les gusta los "te amo" escritos en papel? A Rantaro... Tal vez ya no.