Día nuevo, nota nueva.

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Cuando me aproximaba al edificio, pude divisarlo en la entrada, inmerso en su teléfono

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Cuando me aproximaba al edificio, pude divisarlo en la entrada, inmerso en su teléfono. Con un corazón lleno de alegría y amor, me acerqué y le saludé con entusiasmo.

"¡Buenos días, Wakiya!" pronuncié con una sonrisa cargada de afecto. Sin embargo, apenas me dedicó una mirada fugaz para luego volver su atención al frío resplandor de la pantalla. Su mirar era frío, desprovisto de cualquier sentimiento que no fuera la indiferencia.

"Buenos días, señor Kiyama." respondió con una frialdad que me caló hasta lo más profundo. Sentí una punzada en el corazón, mi cuerpo se tensó ante su indiferencia. Bajé la mirada hacia el suelo y me retiré. Aunque la tristeza me invadió, reflexioné: "Solo es por la gente, Rantaro." y decidí volver a dibujar una sonrisa en mi rostro. Al llegar a mi escritorio, me sorprendió encontrar otra nota.
—"¡Lo sabía!"

"Escritos en papel." [Rantaro Kiyama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora