Capítulo 5: Maldita terrícola

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Habían pasado tres meses, la sabandija no se volvió a presentar en Corporación Capsula. De alguna manera me alegraba, porque era muy molesto verlo y sentir su odioso Ki. Aun recordaba esas frías palabras que la mujer había mencionado, me quise burlar un poco de ella, un día que estábamos comiendo le pregunte.

-¡Mjmjmjm! Ese insecto ya no se ha presentado en los últimos días, por eso he podido entrenar adecuadamente sin sentir su desagradable Ki cerca. ¿Qué le hiciste Terrícola? Quisiera saber cómo vences a tus enemigos.

-¡No es mi enemigo! Solamente es que... ya no es mi novio

-¿Novio? ¿De que rayos hablas? ¿Qué es un novio?

-Jaja mira Vegeta, un novio es una persona a la cual quieres mucho, con la cual tienes una relación amorosa.

-¿Amorosa? ¡Hmm! ¿Amor? ¡Ah ya veo! ¿Eso hizo que Kakarotto se convirtiera en Súper Saiyajin verdad?

-¿Eh? Pues si...

-Mmm -Me fui a entrenar sin cruzar otra palabra más con aquella mujer.

¿Amor eh? ¿Amor? ¿Tenia que sentir amor hacia alguien? Pero esa palabra ni siquiera estaba en mi vocabulario. ¡Estúpido Kakarotto y sus estúpidas cursilerías! Estaba delante de mí, me estaba superando y eso no lo podía tolerar. Si tenia que sentir amor sería imposible que me convirtiera entonces. ¡Debía haber otra forma!

Anocheció, entonces fui a la cocina a cenar, tenia un montón de hambre. Ahí estaba esa mujer rubia de nuevo.

-¡Hola! Joven Vegeta.

-¡Hmm!

-¿Sabes? Deberías de salir con Bulma, es muy bonita ¿No es así?

-¡Arrgh! ¡No digas idioteces!

-Nada de eso querido, solamente quiero que tengas una oportunidad con ella, para que así puedas transformarte en el Súper Saiyajin que tanto quieres.

-¿Eh? ¿Qué dices?

-Para convertirte debes amar a alguien ¿Verdad? Pues inténtalo con ella. Te aseguro que no te arrepentirás.

-¿Qué? ¡Eso es más estúpido aun! ¡Largo de aquí!

-Bueno, está bien, te ayudare a conquistarla.

Esa mujer se atrevió hablarme de esa manera a mi el príncipe sayayin, como se atrevía , volteo mi mirada y veo.

A La muchacha terrícola se apareció con una pijama blanca, algo transparentosa, casi podía ver su ropa interior, voltee a otro lado, para no fascinarme con su figura. ¡Yo era un príncipe! No podía darme el lujo de caer tan bajo, a voltear a ver a una mujer tan provocativa como esa y además admirarme de ella.

-Querida, el apuesto Vegeta necesita un nuevo traje de entrenamiento y deberías reparar su armadura también ¿Puedes hacerlo? -Dijo la rubia, recordándome lo que había dicho, sobre que me ayudaría a conquistarla. ¡Tonterías!

-Él tiene boca, puede pedírmelo él mismo -Respondió ella

-¡Hmm! Haz lo que quieras entonces.

Me retire a mi habitación casi corriendo. ¿Pero que era esto? ¿Estaba atraído por ella? Si, tal vez era verdad que me recordaba a las mujeres de mi planeta, pero esto era muy raro en mí.

Recordé entonces, que cuando era niño, ni siquiera me importaban las mujeres que veía pasando por las calles de mi planeta, las miraba a todas con desprecio, fueran niñas o mujeres guerreras. ¡Para mi eran basura! Incluso cuando crecí, nunca me habían interesado las mujeres, tal vez si, mis ojos se escapaban una que otra vez hacia los escotes de mujeres, pero volvía a reponerme pensando que eso no era digno de mí, porque yo era un príncipe.

Orgullo de un SayayinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora