˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳𝐀 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐅𝐎𝐑 𝐄𝐕𝐄𝐑𝐘𝐎𝐍𝐄「 ᵃᵠᵘᶤᶰᵒ ᵇᵒʷˡ」

Duxino

「 𝘈𝘲𝘶𝘪𝘯𝘰, 𝘶𝘯 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘵𝘦𝘳𝘰, 𝘱𝘰𝘳 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘶𝘪𝘥𝘰 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘧𝘦𝘤𝘩𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘶 𝘤𝘦𝘭𝘰, 𝘺 𝘴𝘪𝘯 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘰 𝘤𝘶𝘪𝘥𝘦, 𝘵𝘦𝘳𝘮𝘪𝘯𝘢 𝘧𝘳𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘢 𝘭𝘢 𝘱𝘶𝘦𝘳𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘴𝘶 𝘭𝘪𝘯𝘥𝘰 𝘷𝘦𝘤𝘪𝘯𝘰 𝘢𝘭𝘧𝘢 」

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Au omegaverse
• Aquino Omega !¡ Duxo alfa

Ese debía ser, sin duda alguna, su día de suerte completamente. Su alarma, que siempre era puntual, decidió traicionarlo y no sonar en la mañana, provocando que su día comenzara de la forma más apresurada posible. El resultado de esta inesperada traición de su reloj de confianza fue un desayuno carbonizado, arruinado por la prisa que le imprimía a cada acción.

Para rematar su desafortunada serie de eventos, al terminar de hacer sus compras en el supermercado, se topó con la desagradable sorpresa de que el elevador de su edificio estaba fuera de servicio. Aquino exhaló un suspiro de exasperación, resignándose mentalmente a enfrentar la titánica tarea de subir los cinco pisos cargando sus dos pesadas bolsas del supermercado, repletas de productos. En ese momento, lamentó con cada fibra de su ser no haber optado por un departamento en un piso más accesible. Con una mueca de disgusto en el rostro, comenzó su escalada, murmurando maldiciones bajo su aliento a todo aquel que se atreviera a cruzarse en su camino.

Para cuando logró llegar al tercer piso, una fina capa de sudor cubría su frente, producto del esfuerzo físico y el calor del ambiente. El dolor en sus piernas se intensificaba, sus músculos clamaban por un respiro. Decidió hacer una parada estratégica, concediéndoles unos minutos de descanso a sus maltrechas extremidades.

Justo cuando Aquino se disponía a retomar su ascenso, una sensación inesperada lo sobresaltó: una mano se posó sobre su hombro. El susto le hizo dar un respingo involuntario, soltando instintivamente las bolsas de sus manos. Estaba listo para enfrentar lo que en su mente era un potencial ladrón, pero un suave y familiar aroma a uvas y pasto invadió sus sentidos, endulzando su olfato y disipando momentáneamente su temor. Al girarse, se encontró con unos ojos de un color violeta brillante y una sonrisa amable que contrastaban fuertemente con su propia expresión de frustración.

- ¡Ay Duxo! - exclamó Aquino, sintiendo cómo sus mejillas se encendían con un calor propio de la vergüenza. Para su sorpresa, la risa contagiosa de su vecino, el apuesto alfa de estatura ligeramente inferior a la suya, y secretamente objeto de su afecto, llenó el ambiente. Vestido con ropa deportiva que resaltaba su tonificado cuerpo, era evidente que acababa de regresar de su habitual rutina en el gimnasio.

- Perdona por asustarte, noté que necesitabas ayuda, permíteme hacerlo por ti - dijo Duxo, su voz era suave y melodiosa, transmitiendo una tranquilidad que contrastaba con el caos de la mañana de Aquino. Sin esperar una respuesta, se inclinó y recogió las bolsas con una facilidad que demostraba una sorprendente fuerza, la misma que el de hebras castañas había admirado en secreto durante tanto tiempo.

Aquino se tomó un breve instante para recoger sus pensamientos, fijando su mirada en el joven Alfa que ascendía las escaleras con sus bolsas de compras en mano.

- ¡Espera! - exclamó, apresurándose para alcanzar al hombre de cabello oscuro con ágil determinación. - ¡Al menos déjame cargar una!