Estaquino

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「 𝘕𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘣𝘦𝘣𝘪𝘥𝘢 𝘮á𝘴 𝘢𝘥𝘪𝘤𝘵𝘪𝘷𝘢 𝘺 𝘴𝘢𝘨𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘢𝘭𝘧𝘢𝘴 que 𝘭𝘢 𝘭𝘦𝘤𝘩𝘦 𝘮𝘢𝘵𝘦𝘳𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘰𝘮𝘦𝘨𝘢 」

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AU Omegaverse
• Aquino Omega ¡! Estailus Alfa
• Lactancia masculina









Sus dedos continuaban su danza frenética, una melodía de inquietud que rasgaba su propia piel y, de vez en cuando, dejaba pequeñas cicatrices en sus manos a causa de los pellizcos proporcionados. El sudor perlaba su rostro, testigo silencioso de su nerviosismo, deslizándose por su piel como lágrimas de ansiedad mientras esperaba con impaciencia la llegada de la doctora. Cada segundo se convertía en una eternidad, su corazón latía con fuerza en su pecho, como si intentara liberarse de su cárcel de huesos y carne. En un intento por encontrar calma en medio de la tormenta emocional que parecía tragarlo, cerró los ojos por un instante, buscando refugio en la oscuridad. Pero, incluso en la oscuridad, el dolor punzante en su pecho se intensificaba, una picazón constante que le recordaba la naturaleza de sus preocupaciones. Anhelaba desesperadamente el sonido reconfortante de la puerta abriéndose y la aparición serena del rostro de la doctora, aquel faro de esperanza que le traería respuestas a sus inquietudes.

Aquino agradeció cuando sus súplicas, finalmente, se materializaron en realidad. Su emoción se hizo evidente al ver una hermosa cabellera rubia deslizarse por la puerta de madera del consultorio, mientras la mujer sostenía entre sus brazos un par de papeles cuidadosamente cubiertos por su bata.

Con paso elegante, la dama se dirigió hacia el escritorio que los separaba, y se sentó con gracia. A través de los cristales de sus lentes, su mirada penetrante se encontró con la de Aquino.

— ¿Qué es lo que tengo, doctora? — La ansiedad era palpable en su tono de voz.

La doctora, consciente de la preocupación reflejada en los ojos del hombre, decidió adoptar una expresión amable y le sonrió con tranquilidad, buscando así brindarle algo de alivio.

— Tras llevar a cabo un análisis no se encontró ninguna anomalía maligna en su organismo, joven. Lo que usted presenta es un caso de desregulación hormonal — notó como el omega aún esperaba una explicación más clara. — No tiene que preocuparse, estos casos son algo común en muchos individuos omegas, especialmente en aquellos que estaban en las etapas iniciales de la adultez, tal como usted. Debido al proceso de maduración que aún estaba experimentando su cuerpo, existe la posibilidad de que se produjera una desregulación hormonal temporal o incluso permanente, lo cual pueda dar lugar a la producción de leche, que es lo que le sucede.

El castaño quedó pasmado en su asiento, procesando atónito las impactantes palabras de la mujer. Su mente se llenó de preguntas y una sensación de intranquilidad se apoderó de él.

— ¿Cómo puedo estar seguro de que esto no es permanente? — Aquino no pudo contener su inquietud en su voz temblorosa

Hace apenas unos pocos días, habia comenzado notar una leve hinchazón en sus pechos, acompañada de una sensibilidad inusual en esa área de su cuerpo. Al principio, pensó que eran síntomas secundarios y temporales de su ciclo de celo recientemente finalizado. Sin embargo, cuando se dio cuenta de que sus pezones eran capaces de producir leche, supo de inmediato que aquello no era normal.

Y claro que se vio preso del miedo, pues en lo profundo de su ser, en su parte de ignorancia, creía que solo los omegas con crías o en cinta eran los únicos que podían lactar. Y él no se encontraba en ninguno de esos dos casos. Ahora, sentado en la fría sala de espera, con la inquietante noticia de un desequilibrio hormonal que podría acompañarlo hasta el fin de sus días, el pavor se apoderaba de su ser.

 ˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳𝐀 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐅𝐎𝐑 𝐄𝐕𝐄𝐑𝐘𝐎𝐍𝐄「 ᵃᵠᵘᶤᶰᵒ ᵇᵒʷˡ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora