˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳𝐀 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓 𝐅𝐎𝐑 𝐄𝐕𝐄𝐑𝐘𝐎𝐍𝐄「 ᵃᵠᵘᶤᶰᵒ ᵇᵒʷˡ」

Conterquino

「 𝘊𝘰𝘯𝘵𝘦𝘳 𝘴𝘶𝘱𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘪𝘰 𝘢 𝘴𝘶 𝘯𝘰𝘷𝘪𝘰 𝘶𝘴𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢𝘲𝘶𝘦𝘭𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘯𝘪𝘧𝘢𝘭𝘥𝘢 」
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Conter no sabía si era amor o odio lo que sentía por Soarinng.

Sin embargo, había algo innegablemente claro en medio de su confusión: los sueños húmedos y sensuales que lo habían envuelto en las últimas noches.
Desde el primer encuentro onírico, su encantador y seductor novio se había convertido repentinamente en el epicentro de sus pensamientos más íntimos en los días previos cuando caía el sol.

No se atrevía a expresar abiertamente su deseo, pero lo cierto era que las imágenes provocativas y los encuentros lascivos que experimentaba en su mente se habían convertido en una nueva rutina nocturna, una que Conter no podía ignorar ni evitar aunque quisiese.

Todo había comenzado cuando, desde aquel instante en que su amigo, mencionado previamente, desafió a su pareja en un duelo en Minecraft. Dónde nadie se esperó la sorprendente victoria qué se posó con gracia en las manos de Soarinng.
Y así, en un placer visual, sus ojos se deleitaron, quizás en exceso, con el castigo impuesto a Aquino por su fracaso inesperado. Resultó ser que el derrotado, en su búsqueda por la mayor humillación posiblemente, se veía obligado a vestir una minifalda durante todo un día completo. Castigos que solo a Soarinng se le podían ocurrir.

No sabía si era desgracia o fortuna, pero la figura del castaño emergió ante sus ojos, envuelta en una prenda tan escueta que revelaba, por vez primera, las límpidas curvas de sus piernas esbeltas y largas. Estas extremidades, que durante tanto tiempo estuvieron ocultas bajo el velo largo de los pantalones que nunca dejaban entrar mirada alguna. Ahora se mostraba en su plenitud, desnudas y suaves al viento.
Aquella vestimenta, sin duda, confería a su figura una fragilidad aperentada, añadiendo un toque sensual a sus caderas y sobre todo a ese trasero que tanto le encantaba, una mezcla de seducción y ternura que Conter nunca habría imaginado que pudiera gustarle tanto.

El albino nunca se había considerado alguien con gustos excéntricos ni con fantasías lascivas. Jamás se había autodenominado como alguien que tuviera esos fetiches que ahora, de manera inesperada, se habían adueñado de su mente. Fue por eso que, se sorprendió en el momento que tuvo un sueño húmedo con su novio por primera vez, donde la imagen de este último, montando su polla, ataviado únicamente con esa minifalda, despertó en él una excitación abrumadora que se quedó grabado en sus pensamientos.

Era una paradoja intrigante, pues aunque aquel concepto no era desconocido para él, ya había existido en su mente durante algún tiempo sin llamar especialmente su atención. Sin embargo, contemplar a Aquino en ese escenario era completamente distinto y único.
Conter de verdad deseaba abordar el tema con su pareja, pero ¡oh, querido Dios!, Aquino era increíblemente tímido cuando se trataba de asuntos sexuales. No quería que el castaño se sintiera incómodo o que simplemente accediera para complacerlo. El único obstáculo era que su propio cerebro parecía presionarlo para liberar esa idea que lo atormentaba, de modo que estaba convencido de que en cualquier momento estallaría y se lo confesaría. Y ciertamente, ya se estaba cansando de despertar cada mañana con una erección, se sentía como puberto iniciado la adolescencia.

El fluir de sus pensamientos fue interrumpido abruptamente por el impacto repentino que resonó en su pecho, despertándolo de su ensoñación. Alzó sus ojos y se encontró con la mirada de una joven, cuyos ojos reflejaban molestia, mientras sus bolsas de compras yacían dispersas en el suelo, testigos mudos del choque hace unos pocos segundos. Con una expresión de pesar dibujada en su rostro, se disculpó humildemente por su atención distraída y la ayudo a recoger sus cosas.