III

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Mientras Sophie se sumergía en las intricadas dinámicas de su día en el colegio elitista, en el modesto departamento de Lucas, la mañana transcurría en un tono diferente. El sofá que había servido de improvisada cama para Lucas evidenciaba las huellas de una noche de descanso incómodo. Su despertar, marcado por la rigidez en los músculos, resonaba con el eco de la realidad que lo esperaba.

Con movimientos lentos, Lucas se incorporó del sofá, y la rigidez en su espalda se hizo palpable. La conciencia de haber dormido en una posición poco convencional se apoderó de él mientras el reloj en la pared insistía en que el tiempo no aguarda. El roce de sus dedos contra la frente evidenciaba el desconcierto que lo envolvía.

Fue entonces cuando el peso de la responsabilidad se hizo presente con toda su magnitud. Lucas se dio cuenta de que había llegado tarde para asistir a la universidad, donde las exigencias académicas y las expectativas puntuales definían el ritmo de la jornada. La contrariedad se reflejó en su rostro, donde la preocupación y la incomodidad se mezclaban.

Lucas, con el desafío de la mañana sobre sus hombros, se apresuró a vestirse y prepararse para enfrentar las consecuencias de su tardanza. La realidad de sus obligaciones académicas chocaba contra la aparente despreocupación de la noche anterior, recordándole que, a pesar de las circunstancias, la vida seguía su curso inmutable.

Mientras Sophie se movía entre los pasillos de su colegio exclusivo, Lucas enfrentaba la realidad de haber perdido la oportunidad de participar en las clases universitarias. Cada paso que daba, cada mueca de incomodidad, era un recordatorio de que, a pesar de su amabilidad hacia Sophie la noche anterior, la mañana lo traía de vuelta a las realidades cotidianas de un estudiante con obligaciones y deberes.

Mientras lidiaba con la fatiga y la inevitabilidad del sueño en la primera clase, la mente de Lucas no dejaba de dar vueltas, no solo por las preocupaciones económicas y académicas que lo aquejaban, sino también por el misterio que rodeaba la repentina partida de Sophie de su departamento aquella mañana.

Entre la penumbra del aula, sus pensamientos se deslizaron hacia la incertidumbre de por qué Sophie había abandonado el departamento de manera tan apresurada. La noche anterior, había ofrecido su ayuda con amabilidad, y Sophie había aceptado su ofrecimiento de pasar la noche en su hogar temporal. Sin embargo, la ausencia de la joven cuando se despertó lo dejó con interrogantes que rondaban su mente como sombras esquivas.

Intentó reconstruir los eventos en su cabeza: el encuentro en el callejón, la oferta de ayuda, la llegada al modesto departamento compartido con su hermano Jace. Las piezas del rompecabezas parecían dispersas, y la imagen completa se resistía a formarse. La conexión entre la Sophie vulnerable de la noche anterior y la ausencia inexplicada en la mañana lo desconcertaba.

Lucas, mientras intentaba mantenerse despierto en clase, también se embarcaba en un viaje mental en busca de respuestas. ¿Había algo en su hogar que la hubiera incomodado? ¿O acaso las sombras de la noche anterior habían hecho que reconsiderara su decisión de quedarse allí? La incertidumbre, como un enigma no resuelto, añadía otra capa de complejidad a la ya intrincada red de preocupaciones que tejían su día a día.

La clase avanzaba, pero la mente de Lucas estaba atrapada en un laberinto de preguntas sin respuesta. A pesar de la lucha contra la somnolencia y el desafío de mantenerse al tanto de la lección, su pensamiento se dividía entre los apuntes académicos y la búsqueda mental de explicaciones para la partida de Sophie.

La realidad económica, las responsabilidades académicas y la inquietud sobre el misterioso actuar de Sophie convergían en un torbellino en la mente de Lucas. Mientras sus compañeros avanzaban con la lección, él navegaba por las aguas turbulentas de la incertidumbre, cuestionándose no solo sus propias circunstancias, sino también las decisiones y acciones de aquellos que habían cruzado su camino en una noche que se volvía cada vez más enigmática. En el trasfondo de las clases y el flujo constante de pensamientos, una sensación de arrepentimiento se afianzaba en la mente de Lucas. Mientras enfrentaba las responsabilidades académicas, la omisión de no haber recabado ningún dato personal de Sophie la noche anterior pesaba como una piedra en su conciencia. Una nube de preguntas flotaba sobre él, envuelta en el desconcierto de no conocer el paradero actual de Sophie ni tener medios para contactarla.

DISTINGUIDOS// GOODLADYYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora