IV

1 0 0
                                    

Sophie salió de la escuela con un aire sombrío que reflejaba el peso de las malas calificaciones. Las imponentes puertas de su prestigiosa escuela se cerraron tras ella mientras el bullicio estudiantil quedaba atrás. Aunque el sol brillaba en lo alto, el día parecía nublado para Sophie.

Su chofer, un hombre de confianza que llevaba años siendo testigo de los altibajos de su vida, aguardaba con el auto a las afueras de la institución. La limusina negra, sin duda un símbolo de su estatus, ofrecía un refugio temporal ante la realidad académica que enfrentaba.

"¿Cómo fue tu día, Miss Sophie?" preguntó el chofer con una sonrisa amable mientras abría la puerta del automóvil.

Sophie, con una mezcla de cansancio y preocupación, se acomodó en la lujosa limusina. "No muy bien, James. Recibí mis calificaciones y no son lo que esperaba."

James, experimentado en lidiar con las vicisitudes de la vida de Sophie, asintió comprensivo. "Todos tenemos días difíciles, Miss. Seguro podrás superarlo."

El trayecto de la escuela a su penthouse en el exclusivo hotel propiedad de su padre estuvo marcado por el silencio. Sophie observaba la ciudad desde las ventanas tintadas, sus pensamientos centrados en el desafío académico que se avecinaba. El ronroneo del motor se mezclaba con sus reflexiones.

Al llegar al elegante hotel, James abrió la puerta para Sophie. El vestíbulo, con su mármol reluciente y su imponente recepción, la recibió con la familiaridad de la opulencia. El ascensor la llevó a lo más alto del edificio, donde su penthouse esperaba como un refugio sobre las nubes de la ciudad.

Al ingresar a su hogar, la arquitectura moderna y los amplios ventanales que enmarcaban vistas panorámicas crearon un ambiente de tranquilidad y lujo. Sophie, aunque rodeada de comodidades, llevaba consigo el peso de las calificaciones como una carga invisible.

En la elegante cocina, su sirvienta, Margaret, la recibió con una sonrisa cálida. "Miss Sophie, ¿cómo ha sido tu día?"

Sophie, compartiendo su pesar, respondió: "No muy bien, Margaret. Las calificaciones no fueron las mejores."

Margaret, con comprensión, asintió. "Recuerda que siempre estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. ¿Te gustaría algo para comer o beber?"

Sophie agradeció el gesto y aceptó con un suspiro. Mientras Margaret preparaba algo reconfortante, Sophie se sumió en pensamientos sobre cómo abordar este desafío académico en un entorno de lujo que, a veces, no mitigaba las presiones internas.

Sophie, aún lidiando con la frustración de las malas calificaciones, estaba de mal humor cuando su madre entró de manera dramática. La expresión seria en el rostro de Sophie contrastaba con la emocionada exclamación de su madre sobre la elección de su atuendo para la cita.

"¡Sophie, cariño!", exclamó su madre con una expresión de sorpresa. "No tenía idea de que iba a ponerme esta noche para mi nueva cita. Necesito tu consejo. ¡Es una ocasión especial!"

Sophie, harta de las citas constantes de su madre y sin paciencia para los asuntos frívolos en ese momento, respondió de manera brusca. "Mamá, en serio, ¿por qué no puedes decidir por ti misma? Siempre es lo mismo."

Su madre, tomada por sorpresa ante la respuesta poco usual de Sophie, bajó la mirada por un momento antes de intentar mantener la compostura. "Sophie, querida, solo quería compartir contigo un momento especial. No necesitas ser tan agresiva."

Sophie, consciente de su tono, se sintió momentáneamente culpable por su reacción. A pesar de su mal humor, decidió tratar de suavizar las cosas. "Lo siento, mamá. Estoy un poco de mal humor hoy. Veamos qué tienes en el armario."

DISTINGUIDOS// GOODLADYYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora