volver

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Debía volver a la escuela, no tenía prisa por volver por mí me quedaría todo el día acostado en mi cama aunque fuera resfriada o no, mi gato a mi lado maúlla con hambre mientras yo me sirvo mis cereales para ir a la escuela, le sirvo su cuenco y comemos juntos bueno no le sirvo su cuenco y comemos juntos. Reviso mi celular y las chicas ya me están apurando para que me apure en  llegar a la escuela, yo no lo encontraba el sentido al llegar temprano ella siempre llegaban súper temprano, por mí más lejos de la escuela mejor. Mi gato se estira y bosteza y vuelve a mi cama. Yo por otro lado sostengo mi mochila me la cuelgo al hombro y salgo de la casa cerrando con llave.

Emprendo el viaje a la escuela que no es muy largo pero sí debo tomar el bus, mi teléfono y conecto los audífonos al bluetooth, estaba escuchando cry de cigarettes after sex, mientras la dulce pero triste melodía llegaba a mis oídos el bus estaba llegando a la parada.

Al llegar a la escuela mirando hacia abajo lo primero que me topo es al inspector ; reclamándome porque llegué tarde nuevamente yo no escuchaba ni una sola palabra ya que estaba con los audífonos puestos y el volumen al máximo, así que paso de él.

Pasan las horas y yo solamente tengo clases y más clases y un poco de descanso hablamos con mis amigas cotilleamos un poco, todo muy monótono hasta que decido ir al baño y lo veo. Estaba parado con su skate a punto de entrar al baño de hombres me mira tal vez solo por un segundo pero yo sentí que fueron horas todo pasaba en cámara lenta, mi corazón estaba reclamándome porque hiciera algo pero yo solo entré al baño como si nada hubiera pasado como si mi corazón no me hubiera reclamado que quería salirte de mi pecho y mi mente estuviera viajando en un sinfín de escenarios ficticios que jamás pasarían, junto con mi pulso que bailaba al son de una canción romántica, no puedo negarlo era muy guapo bueno a mi gusto ya que a mis amigas dijeron que éramos un rarito y no no puedo negarlo era muy guapo bueno a mi gusto ya que a mis amigas dijeron que éramos un rarito y para nada bonito. Pero yo no podía dejar de mirar su perfil de Instagram y la destacada que tenía sus fotos.

Tal vez será muy tonta él no sabía ni mi nombre y yo ya estaba viendo su perfil de Instagram y sabía un poco de él, pero hay algo en él algo que no sé qué es pero me muero por descubrir.

A la hora de almuerzo me junté con una amiga que tenían último grado y coincidencia el chico rarito era su amigo, el se sentó con nosotras, al parecer mi amiga y El se tenían mucha confianza ya que hablaban de muchas cosas que yo no me enteraba.

En eso cuando se dirige a mí.

—como te llamas?, creo que no nos hemos presentado, lo siento.—

Tragos saliva antes de contestar

—Maeva, pero me gusta más que me digan Mae.—

—es un nombre original.— menciona él metiéndose una papa frita a la boca sin dejar de mirarme directamente a los ojos, no pude evitar ponerme nerviosa

—si, mi madre dice que es un nombre polinesio o algo así.—

Frunzo los labios mirando a cualquier lado menos a esos ojos penetrantes.

—¿Cuántos años tienes?—pregunta

—15.—

El asiente de manera lenta, parece que va a mencionar algo más pero es interrumpido.

—Ben, te parece si vamos a este lugar con mae algún día? Así pueden conocerse mejor ustedes, me encanta que mis amigos sean amigos.—, lisa me guiña un ojo de manera sutil, yo le reclamo con la mirada.

Ben observa la pantalla un instante y luego asiente, la idea le gusta.

—soy Ben, un gusto Mae.—

Dice levantándose de la mesa, toma su mochila y se va del comedor sin más, yo quedo paralizada en mi silla viendo cómo se perdía detrás de la puerta del comedor.

—es guapo no?—.

La voz de Lisa me trae de vuelta a la realidad, me encojo de hombros haciéndome la distraída.

—no lo sé, me pareció algo pesado.—

—si te parece un poco guapo.—

—que te den.—

—y mira que trato.—

El comentario me hace reír y le lanzó una bolita de servilleta, estuvimos así un buen rato, hasta que cojo mis cosas y salgo del comedor para poder lavarme los dientes, así que bajo las escaleras y antes de llegar abajo algún estúpido me empuja y caigo.

Pero no llego a tocar el suelo.

Hay una mano sujetando mi cintura evitando mi caída, y esa mirada calculadora y penetrante me miraba desde arriba.

Era Ben.

—estás bien Mae?.—

Y cuánto que lo estaba.

—si, estoy bien, no pasa nada estaba distraída.—

Ben me deja en mi sitio, yo me sacudo y le dedico una pequeña sonrisa.

—en serio, no pasa nada, muchas gracias.—
No me dijo nada y se fue, así sin más, dejándome ahí, sola, con miradas de chicas divertidas por la escena.

No entendí que había pasado con exactitud, hice como que me acomodaba la falda y me fui a lavar los dientes, sin dejar de pensar en Ben, y en cómo atraía a todas las chicas del colegio, bueno tal vez no a todas pero la mayoría lo miraba con intenciones depravadas.

Escupí en el lavabo me arreglé un poco el pelo y me dispuse a no pensar en él en lo que quedaba de clases, (o al menos lo intentaría), mi mente es traicionera y cada vez que puede me recuerda lo mucho que me atrae.

Maldito Ben.

Maldita mente.

Maldita suerte.

Maldita mi curiosidad por conocerte.

Destruyeme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora