Capítulo 1
Tu nombre será Sahib.
Cuando nací, mi padre me puso el nombre incluso antes de saber que era. Estaba seguro que sería el Alfa entre Alfas. Así que me puso Malek, que dependiendo a quien le preguntaras significaba rey o persona que comanda sobre miles.
Cuando se enteró que yo, su primogénito en realidad era un omega. Ya era tarde para cambiarme el nombre. Desde ese día, Malek fue equivalente a humillación para mi padre. Aun así, si alguien preguntaba fingiría que no tenía problemas con que su primer hijo fuera omega. A fin de cuentas para "algo eran útiles" los omegas.
Mi padre era un hombre de negocios, dado que una herida de bala (cuando era soldado) lo saco del campo de batalla. Su familia tenía varios militares destacados entre sus integrantes. Por eso esperaba un hijo alfa, que pudiera ser criado entre militares y obtener la gloria que él no había podido tener como tal.
Ya con su amante, tendría el tan esperado Alfa, para entonces yo ya tenía 7 años. Mi madre omega no dijo nada cuando ese niño apareció con su madre en nuestra casa. Ella solo inclinaría la cabeza y no diría nada, como siempre. Me odiaba, por no ser el alfa que quería mi padre. Aun así, me esforcé para ser lo mejor de lo mejor...
Podía sostener cualquier conversación que un alfa quisiera entablar conmigo y modales impecables propios de un omega de buena familia.
Entre esos temas, debo decir, era muy bueno en el tema de mecánica. Tenía una obsesión personal con los mechas de guerra. Entre la ignorancia de mi padre y el odio no disimulado de mi madre, crecí siendo autodidacta en mecánica. Leía todo lo que mi padre poseía sobre este tema o prestaba suma atención cuando mis tíos hablaban ignorando mi presencia.
Cuando tenía 12, apareció el hijo Alfa que mi madre quería. Como siempre seguía siendo un objeto abandonado a un costado en esta familia. El otro hijo alfa de mi padre, perdió su esplendor, un hijo ilegitimo jamás sería tan valioso como uno legítimo. Pero aun asi no fue abandonado como serian otros.
Su madre fue sacada de la casa y los dos niños alfas quedaron bajo el techo de esta familia. Ambos eran criados por mi madre, aunque su hijo gozaba de mejores cosas... Ella no descuidaría jamás a un alfa con la sangre de mi padre.
Siempre los presentaba como sus dos hijos.
Sin darme cuenta, cada vez eran menos personas que sabían de mi existencia. Para la gran mayoria, mi padre solo tenia dos hijos alfas.
...
Un día mis padres me sacaron de la casa, me hicieron subir al auto y el chofer nos llevó hasta un lujoso hotel. Para entonces yo tenía 14 años.
Edad suficiente para que vaya conociendo candidatos a matrimonio, a los 18 ya me podía casar... Así que supuse que mis padres me presentarían a mi futuro esposo. Me hicieron poner una camisa blanca, una corbata verde a juego con mis ojos y un traje marrón comprado especialmente para la ocasión.
Supuse que querían dejar una buena impresión a mi futuro esposo, incluso me arregle mis bucles rubios para la ocasión.
Fui un ingenuo de primera.
Lo que me esperaba era el infierno.
Hotel.
-Tú cierras la boca y solo habla cuando te lo indiquen. –Mi madre me volvió a dedicar una de sus miradas de desagrado. A sus ojos, una vez más, me di cuenta que no era su hijo... Solo era una cosa que la había humillado al nacer omega.
Como si ella no lo fuera también.
-Tú también, cállate. –Mi padre la miro con irritación. –No estaríamos en esto si no fueras una estúpida. –Comenzamos a caminar por el lujoso hotel hasta los ascensores.
Las puertas del ascensor se cerraron y los tres quedamos separados del mundo. Sabía muy bien porque mi padre estaba enojado con mi madre. Los criados chismorreaban de todo y era inevitable que no lo escuchara.
Mi madre había sido estafada y mucho dinero se había perdido. Un estafador la había conocido en una fiesta de la alta sociedad a la que mi progenitor la llevo. Cuando mi padre descubrió lo que había pasado, el robo ya se había llevado acabo y mucho dinero faltaban de las cuentas familiares.
Le había concedido permiso a mi madre, uno muy pequeño, de tomar dinero de las cuentas para las necesidades de mis hermanos alfas. Pero ese permiso, que era solo una rendija, se volvió una puerta inmensa para el estafador.
Supuse que ahora estábamos los tres afuera, por que las marcas de la paliza ya no eran visibles en el cuerpo de mi madre.
Llegamos a una suite, había unos hombres en ella. Mis padres se alejaron y entraron a una habitación con casi todos ellos. Luego de una larga charla, donde estuve solo en la sala de estar, con un hombre con aire de guardaespaldas, volvieron a salir. Mi padre llevaba un maletín, que no traía cuando llegamos, y mi madre que tenía la mirada gacha llevaba un segundo.
-14 años, Ojos verdes, cabello rubio anrutal, 1.67 metros... alto para ser omega... -Comento el hombre que hablaba con mis padres y luego se sentaba frente a mí. –Pero... es un niño muy guapo y su edad es buena. –El hombre me miro con una sonrisa- ¿Cómo te llamas?
-Mi nombre es Malek.
-Un nombre muy poderoso para un omega –Se rio, sus ojos una vez más se posaron atentos en mi como si evaluara una mercancía... -Es más propio de un alfa. –Mi padre me miro con desagrado y mi madre no levanto la mirada, solo se limitó a apretar ambas manos sobre la manija del maletín.
-Nos dijeron que era alfa en el primer control. –Fueron las frías palabras de mi padre.- Él fue un error. –Había escuchado varias veces esa oración en mi vida, pero por alguna razón me dio mala espina. Incluso había escuchado, de boca de mis propios padres, que si hubieran sabido que era omega... Mi iban a abortar.
-Sí, Malek no es un nombre acorde para él. –Un sujeto se aproximó y le tendió una cigarrera al hombre. Luego, tras tomar uno, se puso uno en los labios y su asistente lo encendió. Observe con algo de terror los tatuajes que eran visibles en las manos que sostenían el encendedor.
-Mamá... -Mire a mi madre, pidiendo una explicación ante la horrible premonición que tenía, ella seguía muda.- ¿Es hora de ir a casa? –Me quise poner de pie, pero uno de los asistentes me hizo sentar de nuevo. Sus poderosas manos estrujaron la chaqueta de mi traje marrón y de paso mis hombros.
-¿Casa? –Al fin me miro con rabia- Un error como tú, nunca debió entrar por las puertas de nuestra casa.
-Papá...- Observe a mi padre, las lágrimas cayeron y la desesperación invadió hasta la última célula de mi cuerpo.
-Me retiro entonces, fue un placer hacer negocios con usted.
-Luego le enviare la comisión correspondiente. –El hombre me observo una vez más, sus ojos estaban llenos de satisfacción mientras yo sentía un nudo en la garganta.-La subasta será el viernes, si gusta participar... solo como observador.
-No, gracias, tengo asuntos que resolver. –Mis padres salieron por la puerta, mi garganta estaba estrujada del dolor. Quería gritar, pero nada podía salir... no tenia voz. No tenía capacidad de aceptar lo que me gritaba mi razón.
-Malek, no es un buen nombre. –El sujeto al fin hablo tras varios minutos donde yo solo pude llorar.- Sahib significa compañero, es más acorde para ti... -Se levantó y apretó mi mentón observando mi mirada llorosa y luego dejo que el humo de su cigarrillo impactara en mi cara- Dado que serás un compañero de cama de ahora en adelante.
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Sahib: se mi compañero
RomanceEn un lugar donde ser un omega "inutil" puede ser garantia de terminar en un lugar peor. Sahib, se las ingenia para sobrevivir y siempre tener contento a su dueño. Ya rendido y limitandose a existir, Sahib perdio toda esperanza de escapar. Hasta q...