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𝐇𝐨𝐠𝐚𝐫.

𝑭𝒊𝒓𝒔𝒕 𝑷𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏.

—Quackity...— llamé al chico pues estábamos regresando con los demás, este volteo a verme aunque seguía atento a no resbalar en el camino—¿Qué es eso que se mueve en tu espalda?.— cuestione señalando aquella zona de su cuerpo que desde hace varios minutos había algo que parecía forcejear en aquel lugar.

—¡Ah! Eh... No es nada.— dijo nervioso mostrando que ocultaba algo.

—Puedes decirme, prometo no contar nada.— aseguré aunque el chico no parecía muy confiado.

—Bueno es que no sé sí... Decirte.— agachó la mirada.

—Tal vez apenas nos conozcamos, pero desde el primer momento en el que te ví supe que podía confiar en ti.— mencioné tomando su atención y su mirada—Espero que tú también tengas ese sentimiento conmigo.— sonreí inclinando mi rostro, el chico también curveo los labios hacia arriba para mirarme con confianza.

Suspiro pesadamente para tomar el broche del cierre de su suéter y comenzar a bajarlo.

—¡No me refería a ese tipo de confianza!.— dije sobresaltada dándome la vuelta y tapar mis ojos, pero tal parece él no me hizo caso.

—Ya puedes mirar.— aseguró a lo negué—Descuida no es lo que crees.— por su tono de voz decidí confiar en sus palabras.

Comencé a girar lentamente y mirar a través de mis dedos los cuales seguían tapando mis ojos.

Una expresión de sorpresa apareció en mi rostro al ver como en su espalda sobresalían dos pequeñas alas amarillas como las de un pato.

—¿Alas?.— pregunte acercándome más confiada y mirar bien estás, apreciando como la piel de estiraba al comienzo de las alas amarillas siendo algo extrañamente perturbador de ver—También eres híbrido como Spreen y Rubius.— este asintió ante mi comentario.

—Tal parece que soy un híbrido de pato.— hablo a lo que lo mire—Patético lo sé, no se compara con un oso o algo por el estilo.— río decaído y sin emoción.

—Aún así el hecho de que seas un híbrido es muy genial.— hablé tomando su atención y me miro por encima de su hombro—Mírame soy una simple humana rodeada de seres increíbles como híbridos, entes y semi monstruos. Soy un asco a comparación de ustedes.— sonreí señalando mi cuerpo totalmente humano sin nada especial—No te subestimes a ti solo, eres genial.— termine calmando mi voz y dar una sonrisa cálida, el chico volteo su rostro evitando mi mirada algo que tomo mi atención.

—Genial...— susurro algo inaudible para mí.

Tuvo un sobresalto al sentir cosquilleo en su espalda, volvió a mirar por encima del hombro notando como la mujer tomaba sus pequeñas alas con dulzura y analizándolas con delicadeza e intriga.

—¡Perate mamona! ¡Se siente raro!.— grito a la chica la cuál lo miro con una sonrisa nerviosa.

—Son muy tiernas discúlpame.—

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ℳ𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒫ℴ𝓋'𝓈✧.*

𝑻𝒉𝒊𝒓𝒅 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏.

Ambos chicos se habían alejado para cumplir con la misión que les había puesto la muchacha.

Aunque Spreen solamente estaba recargado en una pared sin hacer nada, mientras que Missa estaba feliz recolectado comida para sus compañeros.

—No entiendo cómo la podés seguir y acatar sus órdenes.— menciono Spreen al ver como el chico de máscara de esqueleto iba de un lado a otro feliz.

—Porque me ayudó cuando nos conocimos sin cuestionar nada, además de que sin ella no hubiéramos sobrevivido a la horda de monstruos.— dijo levantándose y mirar al pelinegro de orejas de oso.

—¿Me estás desacreditando al igual que ha Shadoune?.— cuestionó en tono amenazante rápidamente el contrario negó.

—¿Cómo podría hacerlo? Ustedes lograron que Rubius y Quackity nos acepten en la cueva.— dijo con una sonrisa.

—Aja.— no muy contento asintió Spreen.

—Con esto será suficiente para pasar la noche, volvamos con los demás.— indicó Missa a lo que sin emoción Spreen comenzó a caminar siendo seguido por la calavera.

Ambos regresaron junto a los chicos pero se sorprendieron al ver solamente a Rubius y Shadoune, pues tal parece que los otros dos todavía no regresaban de su extraño recorrido.

—¿Van a tardar mucho?.—cuestionó tal parece Spreen irritado a lo que ninguno supo dar una respuesta en concreto.

—¿Tanto me extrañas?.—  apareciò ______ y Quackity, la primera se acerco al de orejas de oso preguntando burlonamente para que el chico la mire mal.

—Por supuesto que no.— dijo Spreen con enojo.

—¿Qué encontraron?.— pregunto intrigado Rubius el cual había dejando de minar para verlos a ambos.

—Bueno les hemos traído regalitos que seguro que les gustarán.— sonrió la chica a lo que todos voltearon a verla con atención.

De su inventario comenzó a sacar multiples cosas desde armaduras algo desgastadas hasta las famosas manzanas doradas, los chicos veían impresionados todos los objetos.

—Ostia ¿Encontraron todo eso allá?.— pregunto Rubius sin poder creer lo que veían sus ojos.

—El lugar daba un chingo de miedo pero la neta tenía un vergo de cosas chetadas.— relató Quackity.

—Nosotros también les trajimos la comida.— indico Missa para sacar las vallas que habían recolectado anteriormente.

Decidieron comer un poco mientras rodeaban una antorcha que servía como fogata además de que platicaban de múltiples cosas.

Después de un rato continuaron buscando materiales y con forme iban obteniendo más se creaban distintas armas y armaduras que había en el manual de su reloj.

—Oigan ya salió el sol.— se acercó corriendo Shadoune a dónde estaban, todos voltearon a verlo para mirarse unos a otros.

Subieron por la roca para llegar a la entrada de la cueva donde la piedra que habían puesto la noche anterior por seguridad ya estaba destruida y con eso los rayos del sol se adentraban por el lugar.

Habían pasado tanto tiempo en la cueva que para ustedes había sido casi imperceptible y ahora la luz del sol ya estaba presente.

Salieron de la cueva para bajar por la montaña sin embargo al caminar por mucho rato en el bosque llegaron a aquella zona de pasto plano la cuál volvía a ser iluminada de una manera cálida.

—Devuelta aquí.— dijo Missa al ver dónde estaban.

—Sí, es como si algo nos atrajera a este lugar.— dijiste a lo que los demás asintieron.

—Nombre aquí se puede contruir, no sé algo como una...— decía Quackity mirando los alrededores.

—Casa.— termino de decir Shadoune a lo que todos lo voltearon a ver.

—Un hogar.— aclaro Spreen pero todos lo vieron sin creer—¿Qué? Nah boludo, uno ya no puede decir nada.— se quejo a que lo que varios rieron por su comentario.

—¿De verdad podremos tener un hogar?.— pregunto Rubius inseguro.

—¿Por qué no probamos?.— contradijo la chica con otra pregunta a lo que todos sonrieron al oírla.

Sin esperar más empezaron manos a la obra con Quackity a la cabeza ya que en la construcción él resaltaba.

Todos esperaron a trabajar para contruir aquel lugar que en algún futuro de verdad podrán llamar hogar.

𝐌𝐢𝐧𝐞𝐜𝐫𝐚𝐟𝐭 𝐄𝐱𝐭𝐫𝐞𝐦𝐨 || (𝑻𝒆𝒂𝒎 𝑽𝒂𝒄𝒊́𝒐 𝑳𝒆𝒈𝒂𝒍 𝑿 𝑻𝒖́)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora