IV

2.1K 241 35
                                    

— Dios, ¿A ese qué le pasa? — preguntó (Nombre) colocándose una mano sobre el pecho sintiendo el acelerado latir de su corazón.

Observando lejana la pista de atletismo donde se encontraba un molesto Yaga, se dispuso a sentarse en el borde de la pared frente a una máquina expendedora palmeándose las mejillas en busca de hacer desparecer el calor que se alojaba en estas.

— ¡La encontré! — dijo una voz femenina a su lado.

— No sabía que tenías esa habilidad para huir — habló esta vez una voz masculina seguida de un leve empujón en su hombro.

Elevando sus cejas en sorpresa se topó con la mirada divertida que le dirigían Ieri y Geto.

— ¿Qué hacen aquí? — ladeó su cabeza confusa por la presencia de sus amigos.

— Persiguiéndote — habló esta vez el albino asustando a la fémina la cual no se había percatado de su presencia — Y cumpliendo lo que te prometí — culminó Satoru dándole un golpe a la máquina expendedora.

En segundos esta comenzó a brillar haciendo sonar sus resortes expulsando una docena de latas de limonada resonando por el pasillo al caer sobre el metal.

— ¿Mmm? — murmuró Suguru con una mano en la barbilla — ¿Qué te prometió? — preguntó con gracia acercándose a la fémina con malicia.

— ¡Nada! — se levantó de golpe tapando la vista del pelinegro con sus manos en un intento de ocultar el color rojo que subió a sus pómulos ante la memoria del abrazo que había tenido anteriormente con el de orbes zafiro.

— Qué tímida — la molestó Shoko al ver su rostro.

— ¡No ayudes! — dirigió su mirada hacia la castaña con un puchero en sus labios.

— ¿Qué voy a hacer? esta belleza se sigue robando mi corazón — Habló nuevamente Gojo abrazando a la fémina agarrándola desprevenida sonrojándola hasta las orejas.

— ¡Ya te dije que no me abraces! — se removió ella entre sus brazos en busca de liberarse — ¡Suguru, quítamelo! — buscó auxilio.

— ¿A quién? No miro — el pelinegro fingió demencia con una sonrisa.

— ¡No sean así! — lloriqueó (Nombre) entre los brazos del más alto escuchando las risas ajenas.

— Veo que se divierten mucho — Los interrumpió una grave voz — ¿Me cuentan el chiste? — pidió la misma entrando en la escena.

Girándose con nerviosismo los cuatro estudiantes de primer año se encontraron con el aura oscura que salía de su maestro.

—  Musculitos, amigo mío — lo saludó el peliblanco comenzando a sudar.

— Yo no soy tu amigo  — lo cortó el moreno con ímpetu.

—  Clarooo, mejor... — respondió Gojo buscando algo más para decir —  ¡mira, conseguí novia! — continuó el albino cambiando abruptamente de tema sujetando por los hombros a (Nombre) empujándola hacia su maestro como si se tratara de un sacrificio.

— No le crea, yo no soy su novia — aclaró ella moviendo la cabeza y una de sus manos en negación siendo seguida por el resto a excepción de Satoru.

— ¡Traición! — se quejó Gojo mirando a sus amigos.

— Suena a una buena noticia, pero no entiendo — interrumpió Yaga la algarabía —  ¿Qué tiene que ver eso con que no hayan llegado a la clase? — cuestionó quitándose los anteojos dejando a la vista su filosa mirada.

— Pues...  — comenzó a hablar (Nombre) frente a él tratando de idear una excusa.

— Esa pregunta se la puede contestar Satoru — Intervino Geto tomando uno de los brazos del peliblanco elevándolo en señal de participación.

— ¿Qué? Yo no — se apartó Gojo de un movimiento alejándose del agarre del pelinegro y cortando el contacto que mantenía con la fémina.

— ¿Es eso así?— preguntó recibiendo un asentimiento acelerado por parte del trío empujando a Gojo — Sería un gusto escucharte — habló Masamichi dirigiéndose al albino — Los demás adelántense — ordenó.

— ¡Sí, capitán! — dijeron los tres al unísono dirigiendo su mano hasta su frente en un saludo militar.

— ¡Esperen!, ¡No huyan! — pidió el peliblanco intentando seguirlos siendo interceptado por el mayor.

— Tú no — musitó Yaga sujetándolo por el cuello de la camisa — todavía tenemos una plática pendiente — culminó mandatario tronando los nudillos de su mano libre dejando estático a Gojo. 

Esta vez no se iba a salvar.

[...]

— ¿Qué te pasó, Satoru?  — se acercó Geto al mencionado aguantando la risa mientras observaba el prominente bulto que sobresalía por el cabello del albino.

— Nada — contestó Gojo dirigiéndole una mala mirada, que el contrario no pudo notar gracias a sus lentes.

— Por supuesto  — musitó Suguru volteándose, ocultando su risa.

— ¿Se escala? —  intervino Shoko con duda.

 — ¿El qué? — la cuestionó el peliblanco ante su comentario.

— ¡El Monte Fuji que te creció en la cabeza! — respondió la castaña apuntándolo con gracia comenzando a carcajearse siendo seguida por el pelinegro.

— Chicos, no sean tan crueles con Gojo — los reprendió la fémina con burla, tapándose la boca con la mano tratando de no hacer notar su sonrisa sin salirse del papel.

— ¡(Nombre)! — lloriqueó Satoru lanzándose a los brazos de la contraria haciéndola caer por su peso — ¡Tú siempre me has entendido! — continuó el albino moviendo su cabeza sobre el cuerpo ajeno como un gato.

— ¿Qué pasa, (Nombre), ¿defendiendo a tu novio? — la molestó Geto ante la escena.

— No es mi novio  — respondió la nombrada levantando su cabeza como pudo para ver al pelinegro.

—  Pero podría serlo — intervino el peliblanco guiñándole coqueto, levantando su rostro para verla a la cara.

Dirigiendo su mirada molesta a Satoru dispuesta a protestar, la fémina se encontró con aquellos hipnotizantes iris zafiro que solían ocultarse detrás de unos oscuros lentes de sol que al relajarse la observaban géntiles a los suyos, sumergiéndola en el mar de sus ojos.

Embelesada, dejó de percatarse de la poca distancia que mantenía con el albino, dándole paso a un recorrido del cielo através de su mirar, otorgándole el espacio de la perspectiva que tenía una gaviota al volar. Dejándola naufragar en un hermoso océano.

Curioso, el peliblanco continuó acercando su rostro al ajeno fluyendo junto al viento, mientras se dejaba llevar, logrando frotar con cariño su nariz con la contraria en un sincero beso esquimal, induciéndolo en una burbuja.

Porque después de todo, en ese momento, eran únicamente ellos dos lejos del mundo.



Be my girlfriend! || Gojo Satoru x Lectora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora