Be my girlfriend! || Gojo Satoru x Lectora

V

— Ya bésense  — intervino Geto desesperado por el poco avance.

— Secundo la idea  — Le siguió Ieri quedando junto a él viendo de pie la escena.

Saliendo de su trance, la joven se percató de la cercanía que mantenía con el albino exaltándola de golpe, haciéndola mover su cabeza hacia los lados en un intento de comprender la realidad, golpeando la nariz de Satoru en el proceso a causa del constante movimiento que mantenía, logrando que este apartara un poco su rostro con dolor.

— ¡Ponte esto!  — gritó la joven desesperada sujetando los anteojos del más alto tapándole los ojos de un golpe lastimando nuevamente su tabique.

— ¿Tienes algo en contra de mi nariz?  — la cuestionó Gojo acomodándose los lentes con una mano rozando la ajena.

— ¡No!  — respondió con fuerza apartando sus dedos con nerviosismo apartando la mirada  — Sólo levántate — pidió bajando el tono.

En silencio el albino se dedicó a observar con dedicación el sútil sonrojo de la más baja.

— ¡Jamás, me quedaré aquí hasta que muera!  — articuló el de iris zafiro adhiriéndose al cuello ajeno.

— ¡Quítate! — se alteró nuevamente la fémina empujándolo en un intento de moverlo.

— ¡Que no!  — dijo juguetón el de anteojos pegándose cada vez más.

— Pareces una garrapata  — le dijo Suguru con burla.

— Es más como un mosquito  — musitó la castaña en contradicción.

— Cállense, envidiosos  — respondió Satoru asegurando nuevamente su agarre y sacándoles la lengua.

— ¿Cómo vamos a envidiar tu amor no correspondido? — argumentó Geto con la ceja alzada.

— Yo si soy correspondido, ¿Verdad, (Nombre)?  — giró su rostro hacia la fémina en búsqueda de una respuesta.

— ¡Que te quites, te digo!  — contestó frunciendo el ceño empujando el rostro del de orbes cielo con los dedos.

— ¿Ven?  — continuó Gojo con una sonrisa.

— Es como ver  en primera plana el amor no correspondido de un dueño hacia su gato  — Comparó Ieri.

— ¿Acaso yo sería el gato? — preguntó (Nombre) curiosa sacando la cabeza.

— Estás en lo correcto — le sonrió Shoko con un cigarrillo entre los labios.

— ¿Lo dices por como él quiere abrazarla y ella lo araña? — cuestionó Geto en comparación.

— Ding, Ding —  musitó la castaña imitando el sonido onomatopéyico de una campana en afirmación.

— ¡Hay gatos que quieren a sus dueños!  — se quejó el albino frunciendo las cejas.

— Este no es el caso —  se burló Suguru de él.

— Eso no es cierto, ¿verdad, (Nombre)? —  dijo Satoru dirigiéndose a la más baja buscando una afirmación.

— ¡Quítate, Gojo! — Le respondió ella a lo cual el peliblanco sin decir palabra alguna hizo un puchero escondiendo su cabeza en la clavícula de la contraria — ¡Suguruuuuu! — pidió auxilio a su amigo.

— Voooooooooy —  Accedió el pelinegro sujetando al peliblanco por los pies halándolo. 

— ¡No seas entrometido y suéltame! — reclamó Gojo con violencia activando su infinito, momento que la fémina aprovechó para rodar por el césped lejos de los brazos del albino.