Capitulo 31

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Egipto,2024

Olimpia

La verdad no es mentira para nadie que la conozca, que de verdad adora su cama, Olimpia trato de moverse en la pequeña cama pero su vientre se lo impidió, aunque no fue mucho pesar, porque se refugió en unos brazos y se envolvió en ellos con fuerza; su respiración es pausada mientras huele dulcemente el perfume masculino que esta vez la acompaña.

Sin poder seguir durmiendo, intentó levantarse  cuando escucho el sonido de las palas de nuevo remover la arena fuera de su carpa, en realidad puede escuchar todo, algunas camionetas al estacionarse, palabras en otros idiomas y algunos gritos, se levantó con mucho pesar, caminó con mucha cautela y abrió un poco la carpa, solo lo suficiente, para ver a un par de hombres removiendo la arena tratando de buscar más objetos antiguos.

Hoy no sabe si está más feliz o quizá es la hermosa mañana o el cielo que se expande por todo el desierto color, lo cierto es que toda esa felicidad es gracias a esa placentera noche que aún le estremece la piel, su corazón bombea con fuerza, está emocionada, incluso se mordió el labio y se dio la media vuelta con rapidez

Soltó un suspiro y se pasó las manos por el rubio cabello lo tiene tan largo y delgado como el oro, y con ojos brillantes miró el desastre que ella y su amante dejaron a noche, ropa tirada, pantaletas, la camisa de Christian junto a la ropa de ella, los zapatos tirados lejos, su sostén y las sábanas junto a la cama, los platos a medio comer y la cama desecha.

Que noche tan apasionada

El está desnudo en la cama, sin pena, ni vergüenza, tiene los brazos extendidos como si la buscara en la cama para acercarla a él, una par de mechones cae por su frente y sus mejillas están rojas por el calor, ese guapo hombre, por el cual sufrió y se olvido casi nueve meses debería de estar tomando un avión en el aeropuerto de El Cairo para ir directo a Londres, sabe, porque su celular no deja de vibrar, que todo el mundo lo está buscando, sus padres al parecer están furiosos, nadie sabe dónde está el príncipe heredero, pero también sabe que a nadie le gustaría saber que él está con ella en una carpa mal hecha en medio del desierto.

Y cuando se enteren del embarazo se van a volver locos.

Olimpia tomó asiento en la cama y Christian inmediatamente se abrazó a ella con fuerza, aún dormido, sin importarle la locura que tiene su celular, le removió el cabello delicadamente pero no puede negar que con la aparición de él ya no se siente sola, sabe que si algo le pasa él estará ahí, y se lo está demostrando, a pesar de que la manera en la que se enamoraron fue un poco extraño.

Olimpia lo ha pensado mucho, en realidad no quería un bebé,  o no estaba en sus planes dada la horrible realidad de su vida, porque entre momias y personas que quieren matar a su mamá y ella, no es una vida bonita para un bebé, pero no puede negar que ya no se imagina una vida sin ese ser que se alimenta de ella

También sabe que Christian le puede dar una mejor vida, llena de tías que la pueden consentir, y unos abuelos que se van a morir con ella, un hermano mayor que la va a proteger, puede vivir en castillos, usar vestidos y sobretodo un papá que sabe que siempre estará para ella porque (sabe que sea una niña) y sabe que será su pequeña princesa del desierto.
 
Y ella también le puede dar una buena vida, pero dentro de esa vida va Egipto, el desierto, momias y una abuela de años muerta.

Sin duda le gusta más la primera opción.

Tomó su ropa limpia del baúl, lavó sus dientes, tomó sus vitaminas y se peinó el cabello para prepararse durante el día, pero antes de salir de la carpa vio por última vez a ese hombre dormido y salió en silencio hacia el gran desierto.

Erase Una Vez Alejandría Donde viven las historias. Descúbrelo ahora