James corría por los interminables pasillos vacíos. Llegaba tarde a Aritmancia y no estaba seguro de dónde estaba el aula. ¿Había aparecido siquiera este curso? Dios, no se acordaba. Iba a suspender. ¿Dónde estaba?
Dobló una esquina y se detuvo en seco al ver a Severus Snape de pie, solo, al borde del Bosque Prohibido. Hogwarts había desaparecido, todos los pensamientos sobre Aritmancia se desvanecieron de su mente, mientras miraba a Snape con su gastado y remendado uniforme escolar. -¡Shh!- Dijo Snape. -¿Quieres que te oiga? Te matará si te encuentra-.
-Sólo es Moony-, dijo James automáticamente, a pesar de no saber qué estaba pasando. Estaba seguro de que Snape hablaba de Moony. ¿Quién más podría ser?.
-¡Ahí está!-.
Snape señaló a través de los árboles y James vio al monstruo entre las sombras, cada vez más cerca. Sí, era Moony, pero... era más pequeño, más parecido a un perro. Su pelaje se había oscurecido de un marrón suave a un negro oscuro. -Vamos-, Snape lo agarró de la manga y empezó a tirar de él hacia el bosque. -Tenemos que escondernos antes de que nos encuentre-.
Corrieron, pero no parecían llegar a ninguna parte. Los árboles no se movían. El monstruo les pisaba los talones. Y entonces, de repente, había una cueva delante de él, y Snape tiraba de él hacia dentro. Algo crujió bajo sus pies descalzos (¿dónde habían ido a parar sus zapatos?) y James miró hacia abajo para ver un montón de huesos blancos en el suelo de la cueva. -Snape, creo que es aquí donde vive-, dijo.
Como Snape no respondió, James levantó la vista y vio a Snape de pie sobre los cráneos de las víctimas del monstruo, desnudo. Era más viejo que hacía unos minutos; ya no era el chico flacucho y desaliñado, sino el hombre adulto que había visto desde la ventana. James lo recorrió con la mirada, observando la línea larga y delgada de su cuerpo flexible. Estiró la mano para tocarlo y se dio cuenta de que también estaba desnudo. Snape rodeó el cuello de James con los brazos y lo atrajo hacia sí para besarlo. James le devolvió el beso, trató de profundizarlo, de forzar su lengua para explorar cada centímetro de su boca cuando Snape se separó para darle ligeros besos en la mandíbula y a lo largo del cuello. James sintió el roce de los dientes y luego Snape mordió, desgarrando la carne y arrancándola con un chasquido nauseabundo. La herida abierta manaba sangre. Había tiras de carne entre los dientes de Snape. Podía oír los sonidos resbaladizos de Snape masticando, tragando, y así es como muero.
James abrió los ojos de un tirón, con la respiración agitada mientras se esforzaba por rechazar las imágenes oníricas que amenazaban con apoderarse de él. Se frotó la cara, gimiendo un poco, y luego, armándose de valor, se asomó por debajo de las sábanas para mirarse la parte inferior. Sí. Eso sí que era una erección. Hola, extraña sexualidad nueva que no pedí, pensó James.
Miró a Lily, que estaba tumbada a su lado en la cama. Estaba tumbada boca arriba, con un brazo estirado sobre la cama y el otro junto a la cara. Podía oír un ligero silbido cada vez que respiraba. No parecía la Lily Potter del día. Sin maquillaje, con la cara desencajada y la boca abierta. Parecía una mujer normal. James se dio la vuelta para acurrucarse junto a ella, besándole la mandíbula y pasándole una mano por el pecho. Apoyó su erección contra su cadera y eso bastó para despertarla.
-¿Hmph? Qué... James, para. Estoy durmiendo-.
Ella se subió las sábanas alrededor de los hombros y se tumbó de lado, lejos de él, y en cuestión de segundos pudo oír de nuevo aquel silbido. James dejó caer la cabeza hacia atrás y suspiró. A la mierda. Se levantó de la cama con un resoplido, fue al baño y cogió un frasco de loción de uno de los cajones. Se bajó los boxers y se sentó en el retrete. Se cogió con la mano y se puso manos a la obra, empezando por la base. Ni siquiera se molestó en pensar en Lily o en su amiga Mary o en cualquier otra chica. Pensó en Snape.
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THE DEMIMONDE
FanfictionDespués del tormento y el terror del quinto año, y con su madre muerta, Severus no quiere tener nada más que ver con Hogwarts, ni siquiera con la Gran Bretaña Mágica. Huye a París en busca de su último pariente príncipe vivo, pero lo que encuentra e...