Inui no toca el tema durante un par de días, y Ken puede asegurar sin un atisbo de duda, que de no ser porque ambos trabajaban en el mismo sitio Seishu le evitaría.
A pesar de que Inui parece incapaz de tocar el tema, para Ken no pasa desapercibida la manera en que le recuerda que sabe de su condición. Lo nota en la forma en que el de orbes verdes evita que realice cualquier clase de sobreesfuerzos o la forma en que ha vetado las visitas, al menos aquellas que tenga alguna mínima conexión con Manjiro, por lo que sabía y esperaba era temporalmente. Asume es mientras se hace un poco a la idea de que estará ahogándose entre pétalos y tallos por la simple presencia del pelinegro o el hecho de que podría tener que afrontar su repentina muerte.
Ken tampoco había comenzado a hacerse a la idea de que cabía la posibilidad de morir por un amor, aunque había sido totalmente honesto con Inui al confesarle la incertidumbre que tenía para hacerse la cirugía, el hecho de no saber quién terminaría siendo no hacía que la posibilidad de que su último aliento fuese entre pétalos, tallos, sangre y el pensamiento de aquella persona que tal parecía no correspondía sus sentimientos; era algo por lo cual Ryuuguji realmente no parecía estar completamente preparado.
No era el hecho de amar tanto a Manjiro Sano lo que le aterraba o la incertidumbre de la persona que sería si dejaba todos esos sentimientos en el olvido, a pesar de que realmente no era algo que querría en su vida. La situación actual le traía la realización de que dejaría de existir para estar ahí junto a aquellos que apreciaba.
De cierta forma era contraproducente, y lo sabía perfectamente. El hecho de no hacerse a la idea de que en un llegado momento podría dejar de estar junto a todos aquellos que apreciaba le aterrara en sobremanera. Y por otra parte negarse a deshacerse de todos aquellos sentimientos, de igual manera por temor a ser alguien distinto.
Ryuuguji consideraba que desde una tercera perspectiva sería ridículo. Incluso en escasos momentos consideraba que era algo bastante absurdo, renunciar a su vida por quien era su primer y, aunque odiara admitirlo, único amor, por aquel amor no correspondido. Aunque tal pensamiento se apartaba de su mente cuando se detenía a analizar las decisiones que envolvían su vida entera y se daba cuenta de que todo de sí giraba en torno a aquel amor no correspondido.
Aunque claro no tenía pensado expresar ese conflicto interno que estaba presentando, aún menos cuando la única persona que sabía acerca de todo ello no se habituaba a la idea de lo que estaba pasando.
Mentiría si dijera que no le afectaba que Inupi no hubiese hablado con él desde que sabía del hanahaki, aunque conocía al ojiverde para saber que necesitaba tiempo para al menos no irse haciendo a la idea de todo lo que sucedía con él.
Cuando Seishu finalmente habla por primera vez con él, al menos más allá de cosas de trabajo, lo hace un día antes de su cumpleaños.
—¿Has pensado si te gustaría algo especial para tu cumpleaños?
Ken le mira fijamente, después de los días en que Inui lo evadió y por consecuente evito dirigirle la palabra, no esperaba que el primer tema de conversación luego de días fuera su cumpleaños al día siguiente.
—No lo sé, no tengo nada en particular en mente, aunque cualquiera pensaría que alguien como tú ya tendría el regalo preparado con antelación. —responde aún un poco desconcertado ante el tema de conversación elegido.
—Ya tengo el regalo, solo quería asegurarme de haber elegido algo adecuado.
Ryuuguji sonríe ligeramente por las palabras de su amigo. —No hay nada en particular que quiera o necesite, así que cualquier cosa estaría bien.
—Cualquier otra persona diría que querría algo ridículamente costoso.
—Es solo que realmente no hay nada que necesite... —comenta deteniéndose antes de añadir algo innecesario, algo que indudablemente guiará a mencionar el tema que Inui ha evadido—. Quizá solo herramientas.
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Like there ain't enough dying stars in your sky
FanfictionEl amor se convierte en algo de gran complejidad para Ken Ryuuguji.